Ecos de Amor - Alexia Putellas

Capítulo 71: La Espera

La decisión de adoptar a Isabella había sido el primer paso en un largo y desafiante camino. Elena y Alexia estaban listas para enfrentar el proceso de adopción, sabiendo que no sería fácil, pero convencidas de que valdría la pena. Los días siguientes estuvieron llenos de trámites, reuniones y visitas, poniendo a prueba su paciencia y determinación.

Para iniciar debían contactar con una agencia de adopción y completar una solicitud inicial. Elena y Alexia pasaron varias horas rellenando formularios, proporcionando detalles de su vida, trabajo y situación económica. La agencia les informó que el proceso podría durar meses, incluso años, dependiendo de varios factores.

"Sabíamos que no sería fácil," dijo Elena, mientras revisaban los formularios. "Pero tenemos que estar preparadas para cualquier cosa."

Alexia asintió. "Estamos juntas en esto, y no importa cuánto tiempo lleve. Isabella vale cada segundo de espera."

Elena y Alexia asistieron a varias reuniones con trabajadores sociales y psicólogos para evaluar su idoneidad como padres adoptivos. Estas reuniones a menudo eran exhaustivas, con preguntas detalladas sobre sus vidas personales, su relación y sus motivaciones para adoptar.

Una de las reuniones más importantes fue con la trabajadora social asignada a su caso, la señora Rodríguez, una mujer amable y comprensiva que tenía años de experiencia en adopciones.

"Queremos asegurarnos de que Isabella vaya a un hogar amoroso y seguro," explicó la señora Rodríguez. "Así que necesitamos conocerlos a fondo y entender sus motivaciones."

Elena y Alexia respondieron a todas las preguntas con sinceridad y transparencia, compartiendo su amor por Isabella y su deseo de darle un hogar estable y amoroso.

"Isabella nos robó el corazón desde el primer momento," dijo Elena con una sonrisa. "No podemos imaginar nuestras vidas sin ella."

Uno de los requisitos del proceso de adopción era una serie de visitas al hogar por parte de la trabajadora social para evaluar el entorno en el que Isabella viviría. Elena y Alexia se aseguraron de que su casa estuviera en perfectas condiciones, con una habitación preparada para Isabella.

La primera visita de la señora Rodríguez fue nerviosa para ambas. Limpiaron y organizaron todo, queriendo causar una buena impresión. Cuando la señora Rodríguez llegó, la recibieron con una cálida sonrisa y le mostraron cada rincón de la casa.

"Esta es la habitación que hemos preparado para Isabella," dijo Alexia, abriendo la puerta de una habitación decorada con colores suaves y juguetes.

La señora Rodríguez observó todo con atención, tomando notas y haciendo preguntas. Al final de la visita, sonrió y dijo: "Tienen un hogar hermoso y acogedor. Estoy segura de que Isabella será muy feliz aquí."

El proceso de espera estaba lleno de altibajos emocionales. Había días en los que todo parecía avanzar sin problemas, y otros en los que sentían que el tiempo se detenía. Cada vez que recibían una actualización, sus corazones latían con fuerza, esperando buenas noticias.

Una tarde, después de una larga jornada de trabajo, Elena llegó a casa agotada. Alexia estaba en la cocina, preparando la cena.

"Hoy ha sido uno de esos días," suspiró Elena, dejándose caer en una silla. "Siento que no estamos avanzando."

Alexia se acercó y le dio un beso en la frente. "Lo sé, amor. Pero tenemos que ser fuertes y pacientes. Isabella nos necesita, y no podemos rendirnos ahora."

Durante los momentos más difíciles, Elena y Alexia se apoyaban mutuamente. Sabían que su amor y compromiso eran la base de todo, y que juntos podrían superar cualquier obstáculo.