- ¿Que vas a hacerme?- trate de soltar las ataduras pero estas no cedían, vi como David fruncía el ceño y sonreía de una manera cruel.
- No te haré nada Alexa, sólo responde, ¿cómo te sientes así?
- Frustrada y vulnerable ¿que tiene que ver eso?- su sonrisa me hacia querer partirle los dientes.
- Pues de esa manera me siento yo cuando tu actúas con los demás feliz y en confianza- paso ambas manos por su cabello y se acercó para desatar mis muñecas, llevaba cerca de treinta minutos en la misma posición, solo siendo observada por él- ¿Por que no actúas así conmigo?
- Porque me das miedo, me haces enojar con solo abrir la boca. Siempre que intento hablar contigo o acercarme a ti, te cierras como una ostra y tu ánimo cambia en segundos- me acerqué hasta donde ahora se encontraba, por más rabia que tuviese necesitabamos por fin hablar, tome su rostro entre mis manos para que me mirara- solo funcionamos en el sexo, ¿qué te pasa?
- yo...yo... no puedo, lo siento- se levantó y salió de la habitación dejándome más desconcertada que antes.
Justo en ese momento la mujer fuerte y decidida que había en un rincón de mi tomo una decisión, tenía que sacarle la verdad a David, no podía seguir con lo mismo toda la vida, pero no iba a hacerlo si me comportaba como lo estaba haciendo. Paso exactamente una hora en la que me quedé sumida en mis pensamientos que no me fije de que aún llevaba puesto el vestido, me levanté de la cama para ponerme algo más cómodo, estaba cansada, tome algunos pijamas y me despoje de aquella ropa, tome uno de los más sencillos, la camisa de tirantes era bastante suave, pero no pude siquiera pasarla por mi cabeza, porque unas fuertes manos me tomaron de la cintura, de inmediato me aleje.
- ¿Qué pasa?- dijo frío.
- ¿No, que te pasa a ti?- dije brusca.
- Alexa no me hables así, déjate de tonterías- se volvió a acercar a mi y mordió el lóbulo de mi oreja, pero volví a alejarme.
- ¡Basta!, ¿que es lo que te pasa a ti?, siempre que no quieres hablar más de un tema me distraes con sexo, ¡ya no mas!
- Alexa- advirtió.
- Nada de Alexa, estoy cansada de ti y de tus cambios de humor, cansada de que me trates como a tu peón- me sorprendí por mi voz y por la dureza con la que escupía mis palabras- no soy una muñeca David, soy una mujer que se sienta estúpidamente atraída por un hombre que se acuesta con cuanta zorra se le atraviesa.
- ¿De que estas hablando?- sus labios estaban hechos una fina línea y sus ojos destilaban furia.
- ¡Te acostaste con la azafata!- grite y empuñe mis manos al recordar como se la había llevada por la cintura hasta la habitación del avión.
- Era eso- bufó y puso sus ojos en blanco- no me acosté con ella, solo quería platicar un asunto.
- Claro, yo también llevo mis amigos a la habitación para hablar de "asuntos" ¡te la follaste, no me mientas!
- No voy a discutir de algo que no hice, contigo- se acostó en la cama dándome la espalda- No eres la única con una atracción tan mierda metida en la cabeza, pero lo mio no se trata de simple atracción. Buenas noches Alexa.
Me quede con la boca semiabierta, no pude articular más palabras, David era muy cerrado con sus sentimientos, me había dado cuenta en este mes que hacia todo lo posible por reprimirse y no mostrarlos a la luz, me acosté a su lado dándole también la espalda, cuando casi me quedaba dormida lo oí susurrar algo en mi oído.
- Tú no mereces nada de esto.
(***)
Me desperté casi a las diez, lo primero que hice fue observar el lado de la cama de David, como siempre el nunca estaba a mi lado, tome una ducha y baje a desayunar, rosita ya tenía mi desayuno hecho. Platicar con ella era gratificante, era tan sabia en tantas cosas pero en cada uno de los temas que hablamos en la mayoría ella se encargaba de alabar a David diciendo lo bueno que era y de todo lo que había hecho por ella todos estos años. A la hora del almuerzo sucedió lo mismo, platique con rosa y le ayude con los trastes, cuando ya habíamos terminado David llego, tenia entre sus manos una caja de regalo.
- Es tuyo- me dio la cajita verde que traía entre sus manos, esta vez me dio una de esas sonrisas que solo sus padres eran merecedores.
- ¿Qué es?- mire la caja con desconfianza,
- Abrelo, estaré en mi despacho si necesitas algo- se quitó la corbata y el saco, dejo un beso en mi sien y se retiro.
La caja contenía un celular nuevo, me sorprendí bastante ya que pensé que tenía que rogarle para que me devolviera mi antiguo teléfono. Lo primero que hice fue llamar a mis padres, llevaba casi una semana sin hablar con ellos y ansiaba oír la voz de mi madre.
Llamada telefónica...
- ¿hola?- su voz era cansada, parecía como di algo le estuviera preocupando.
- mama, ¿que pasa?
- ¡oh Alexa hija eres tu!- exclamo con entusiasmo- no sabes lo preocupada que me tenías, he llamado a Natalia pero me a dicho que hace cuatro días no sabe de ti.
- lo siento si te preocupé, David tuvo que resolver unos asuntos y no pude despedirme de Natalia, tu ¿como estas?
- bien, tu padre esta de viaje deberías visitarme, desde que te casaste con ese hombre no has venido a verme- suspiro y su voz se cargo de intriga con la pregunta que formuló- Alexa, ¿eres feliz?
No sabia que responderle, si le decía la verdad se atormentaría y se hecharia toda la culpa, pero y si le decía una mentira me sentiría mal pero por lo menos no se preocuparía por mi.
- si mama, soy feliz- opte por la mentira- David es un poco difícil de llevar pero puedo manejarlo.
Hablamos un poco mas y después de prometerle que la visitaría mañana nos despedimos, quería ver si David estaría todavía en su despacho o si ya se había ido a la habitación así que fui directo allí, toque un par de veces y después de escuchar un "pase" de su parte entré.
- necesitas algo- aparto la vista se su computadora y me miro directo a los ojos.
- solo quería agradecerte por el regalo.
- no importa, después de todo te lo debía, ¿algo mas?
- oh si, le prometí a mi madre ir a visitarla.
- le diré a José que te lleve hasta su casa y que te espere para que te traiga de vuelta.
- no es necesario yo puedo pagar un taxi y pu...
- no esta en discusión Alexa- me interrumpio y se acerco a mi tomando me con delicadeza el rostro- ayer me confrontaste y no sabes como me gusto que lo hicieras, estas tan acostumbrada a ser una mujer tan noble y sumisa que nunca haz sacado a la luz tu lado frívolo, aveces tenemos que serlo para que las personas no pasen por encima de nosotros.
- sólo contigo lo sacare a la luz, durante todos mis años ningún hombre me hizo llorar tanto como lo hiciste tu, y creeme cuando te digo que algún día pagaras por cada lágrima- se alejo de mi y me dio una sonrisa un tanto nostálgica.
- eso estoy esperando- susurro, pero logre oírlo.
Salí rápido de su despacho antes de que su estúpida bipolaridad me sacara de quicio, anoche había tenido unas ganas irrefrenables de gritarle y decirle todo lo que tenia atajado en el pecho, pero no sabia si seria capaz de tener la misma actitud en este momento por lo que decidí irme al cuarto y hablar por horas con la única persona que mejor me entendía, ¡Natalia!
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Matrimonio infernal.
RomancePor mis padres haría lo que fuera, incluso, casarme con aquel hombre de ojos verdes y sonrisa perfecta. Pero alto ahí, él no es mi caballero de resplandeciente armadura. Él es el caballero negro del cuál las damiselas escapan. Portada hecha por @dr...