5 AÑOS DESPUÉS.
- ¡Mami!- Geordi viene corriendo hacia mi lado, está enojado- Leonald y Malcus no quieren dejalme jugar.
- Cariño estoy un poco ocupada aquí, ¿Por qué no vas y le dices a papi?- él se cruza de brazos y no me queda más remedio que ir a solucionar su problema.
La casa está llena de toda la familia y nuestros amigos que durante los últimos años han crecido bastante, veo a lo lejos a Natalia con su hijo Vincet, Rodrigo los sostiene a ambos con una sonrisa, también veo a Manuel con sus mellizos Carlos y Anna, su esposa que está embarazada de su próximo hijo come emocionada un pastelillo, pero no veo por ninguna parte a David. Hoy celebramos el quinto cumpleaños de Leonard y se suponía David cuidaría de los niños mientras yo terminaba de decorar su pastel, pero como siempre se ha desaparecido.
- ¡Leonard y Marcus Maestroni, vengan aquí en este momento!- sus rostros palidecen un poco, el primero en acercarse es Leonard.
- ¿Qué pasa mami?- sus ojos verdes me miran al igual que su padre cuando quiere conseguir algo, sus tácticas de niño tierno y bueno no funcionaran esta vez conmigo.
- ¿Por qué no dejan jugar a Geordi con ustedes?- ambos se miran a la cara y al igual que David cuando está nervioso rascan la parte baja de su cuello.
- Mami, Geoldi es un tlamposo- Marcus se cruza de brazos al igual que lo está su gemelo.
- No mami no es cielto, ellos no quielen jugal conmigo- veo la cara de Geordi transformarse por el llanto las lágrimas empiezan a salir, Marcus al igual se larga a llorar.
Me arrodillo frente a ellos, beso sus cabecitas castañas y los apretujo en mis brazos, Leonard se hace un hueco sin aplastar mi vientre de ocho meses pasando sus pequeñas manos por mi cuello, al igual que sus hermanos gemelos beso su cabellera negra repetidas veces, amo a mis hijos más que a mi vida son sobre todas las cosas lo mejor que me pudo dar David.
- ¿Hay un espacio para mí también?- David aparece frente a mis ojos y lo miro mal, los niños se zafan de mi agarre y corren al lado de su padre- ¿estás enojada?- pregunta con una sonrisa
- Sí, se suponía que ibas a cuidar de los niños mientras yo terminaba de decorar el pastel pero los dejaste completamente solos- acaricio mi vientre para calmarme, no es momento de discutir- me voy, no los vuelvas a dejar solos.
- Alexa espera- me toma por la muñeca y me hace girar- tuve que ir a solucionar algo- me cruzo de brazos para que siga- los perros saltaron su cerca y debía volverlos a dejar en su lado de la casa, no quería que los lastimaran o ellos lastimaran a algún invitado- una pequeña sonrisa sale de mis labios y asiento.
- Bien, pero a la próxima no quiero que los dejes solos- él asiente- te amo- beso su mejilla- y los amo a ustedes- beso la mejilla de cada uno de mis hijos.
Voy de nuevo hacia la cocina donde mi madre y Elois ya han terminado con el pastel, me siento en una de las sillas que allí se encuentran y mi mente divaga por todo lo que hemos pasado estos cinco años. A pesar de que todo no es miel sobre hojuelas nuestra vida ha cambiado mucho, las discusiones fueron disminuyendo, los días en los que pasaba tiempo sola también se han ido, me pude graduar en medicina pero no ejercí mi profesión hasta que Leonard entró a la guardería y los gemelos cumplieron dos años que fue hace un año, dentro de poco cumplirán sus tres y no puedo estar más feliz.
- ¿En qué piensas Alexa?- Elois acaricia mi vientre.
- ¿Recuerdan el día en que nacieron los gemelos?- mi madre se voltea a vernos y se echa a reír junto a Elois.
- Oh cariño, cómo no me voy a acordar si mi hijo parecía querer morir en el momento en que empezaste a pujar- asiento y me rio.
- Recuerdo cuando llegó al hospital con solo su pijama, su entrada fue épica, tropezó con una de las sillas de ruedas y luego se levantó como si nada hubiese pasado- añade mi madre- algunas de las enfermeras pensaron que era un loco por la manera en cómo gritaba tu nombre y palidecía con cada grito que escuchaba.
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Matrimonio infernal.
RomancePor mis padres haría lo que fuera, incluso, casarme con aquel hombre de ojos verdes y sonrisa perfecta. Pero alto ahí, él no es mi caballero de resplandeciente armadura. Él es el caballero negro del cuál las damiselas escapan. Portada hecha por @dr...