- No me quiero ir.
- No me importa- dijo apretando los dientes.
- ¿Que se supone vamos a hacer en Florencia?- dije con rabia.
- Firmar unos documentos y dar mi opinión sobre un proyecto.
- ¿Por qué tengo que ir yo?
- Porque eres mi esposa, debo presentarte a mis socios- dijo irritado
- No quiero conocer a tus socios, yo quería quedarme, vine de vacaciones a este lugar.
- ¿Puedes dejar de ser una niña caprichosa y dejarme descansar el resto del viaje?-froto el puente de su nariz y suspiro.
Me quede callada, una vez subimos al jet, me senté en los asientos de atrás saque uno de mis tantos libros favoritos (Hush,hush) para concentrarme en algo que no fuera su maldita presencia. Mientras lo leía sentía la mirada de David, me irritaba de sobremanera el cosquilleo de mi piel ante su insistente mirada, sin embargo seguí sumida en mi lectura.
Unos minutos después carraspeo su garganta, puso su grande mano sobre la página que estaba leyendo y no pude aguantarlo más.
- ¿Qué quieres?- dije cortante.
- Nada, solo me gusta observarte.
- Pues deja de hacerlo, no me dejas concentrarme en mi lectura- podría apostar que mi rostro se estaba tornando de color rosa pálido.
- Qué lástima- posó una de sus manos en mi muslo, empezando a deslizarla hasta mi entrepierna.
- ¿Que haces?- lo maldeci en mi casa, pues mi voz había salido algo temblorosa.
- Quiero tocarte- movió sus manos hasta mi pantalón, desabotonandolo e introduciendo de a poco su mano.
- No me toques- me levanté del asiento, a pesar de la mala mirada por parte de la azafata. El Jet ya iba a despegar.
- Cómo gustes- me guiño el ojo, se retiro a uno de los asientos delanteros.
Sólo esperó a que el avión despegará, su sonrisa maliciosa junto a esa mirada coqueta y llena de sorna no me dejaron despegar mis ojos de su rostro, menos cuando tomo a la azafata de la cintura para llevarla a la pequeña habitación del Jet. No entendía porque mierda mi corazón punzaba ante lo que había visto, David era un idiota, no merecía si quiera algún tipo de emoción de mi parte.
(***)
Cuando por fin llegamos quise estar lo mas alejada de David posible, admitía que estaba dolida, el resto del trayecto lo había pensado demasiado bien concluyendo en una sola cosa.
No nos debíamos nada, pero de alguna manera me había traicionado en mis propias narices. Él no me quería, solo se había casado conmigo para complacer a su abuelo, yo había hecho lo mismo por mi familia, pero era imposible que con todo el tiempo que compartíamos juntos no desarrollara por lo menos algún tipo de cariño.
Apenas bajar, David tomó mi mano con fuerza, me apego a su cuerpo sonriendo de una manera tan genuina que me desconcertó su acción, quise protestar o incluso mandarlo a la mierda porque ese apretón me había dolido pero tan pronto abri la boca me di cuenta de que su padre caminaba hasta nosotros.
- ¡Hijo!, gracias al cielo llegaste- lo abrazo con fuerza y se giro hacia mi- Hola Alexa, estas preciosa- me beso las dos mejillas y me envolvió en un fuerte abrazó.
- Papá, si no te molesta quiero ir a casa a descansar, ha sido un viaje muy largó.
Nos quedamos treinta minutos en los que el padre de David lo puso al día de lo que sucedía, el hombre me agradaba, era todo sonrisas y bastante afectivo. Una vez David estuvo informado nos despedimos, subimos al auto en completo silencio, no quería verlo, estaba enojada, cansada de todo esto. Me dediqué únicamente a mirar por la ventana, de seguro Natalia y Rodrigo estarían disfrutando de la playa.
ESTÁS LEYENDO
Matrimonio infernal.
RomancePor mis padres haría lo que fuera, incluso, casarme con aquel hombre de ojos verdes y sonrisa perfecta. Pero alto ahí, él no es mi caballero de resplandeciente armadura. Él es el caballero negro del cuál las damiselas escapan. Portada hecha por @dr...