Capítulo 43

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Termino de hacer la maleta de David mientras él toma un baño, me siento a los pies de la cama con mis manos en mi cabeza, no quiero que se vaya porque hay algo en mi que grita que algo malo va a pasar si él no está a mi lado, pero trato de ignorarlo para que no vea que estoy preocupada. Aunque quiera que se quede, también se que este negocio es muy importante, no puede perderlo. Me giro cuando lo escucho venir hacia mí y veo varias gotas de agua bajar por su torso dejándome casi sin respiración pero aparto mi mirada rápidamente.

- ¿Qué pasa?- sonríe porque sabe lo que provoca en mí.

- Nada- el levanta una de sus cejas y suspiro- es solo que te voy a echar de menos, ya me estaba acostumbrando a tenerte aquí en casa- él niega, sabe que a pesar de que eso es verdad algo me pasa, bufo resignada- tengo un mal presentimiento.

- He sentido algo similar- se sienta a mi lado aún con la toalla atada a su cintura- por eso no quiero que salgas de casa, si tienes que hacer algo le pides a alguno de los de seguridad que te lleve o te traiga lo que deseas, ¿estamos?- asiento. 

David me da una sonrisa de boca cerrada, deja un casto beso sobre mis labios antes de levantarse para ir a cambiarse.

(***)

Rodrigo conduce hacia el aeropuerto y el dolor en mi pecho aumenta al irnos acercando cada vez más, saber que pronto se irá y no lo veré en una semana me hace sentir fatal pero todo el trayecto intento sonreir, hablo de cualquier estupidez para mantenerlo distraído necesito que se vaya tranquilo, que no se sienta culpable de dejarme. Apenas llegamos al área privada del aeropuerto, Rodrigo nos abre la puerta, el piloto espera a David a unos cuantos pasos y le asegura que todo está en perfecto orden, que pueden despegar en cuanto el de la orden, el asiente con una sonrisa y me estruja entre sus brazos.

Retengo mis lágrimas como puedo mientras él me abraza y besa mi cabello. Esto es peor de lo que había pensado, a pesar de haber pasado muchas veces por esta situación algo se siente diferente. Él se aferra más a mí que de costumbre como si no pudiera dejarme, ambos sabemos que es una despedida pero parece que uno de los dos se estuviera diciendo adiós para siempre, me zafo de su agarre porque me quiero hacer a la idea de que todo estará bien y que él volverá a mí como siempre.

- Te amo Alexa, nunca lo olvides- golpeó su pecho con fuerza mientras el frunce el ceño.

- Deja de hacer eso David- su ceño se frunce aun más y las lágrimas que estaba reteniendo salen de mis ojos- estás despidiéndote de mí.

- Lo hago porque me iré por una semana cariño- el limpia mis mejillas, niego, él sabe a lo que me refiero sin embargo teme decirlo.

- Estas diciéndome adiós- su mirada va hacia el frente evitando la mía- ¿lo ves?, ¡basta!, estaremos bien los tres- él asiente, abre su boca y la cierra al instante.

- Te amo- deja un último beso sobre mi frente y un "también te amo" sale de mis labios.

Lo veo subir al avión con una mirada triste, Rodrigo va a su lado y le susurra un par de palabras a las que el asiente, levanta su mano en señal de despedida, hago lo mismo, David envía un beso hacia mí mientras ambos se pierden dentro del avión. El camino a casa es tan silencioso que me dedico solo a mirar por la ventana, me pierdo tanto en mis pensamientos que ni siquiera me doy cuenta que hemos llegado hasta que el hombre que conduce me avisa y bajo del auto, no quiero hacer nada, así que después de cenar voy hasta la habitación y me acuesto en la cama sin siquiera dignarme a quitarme la ropa.

(***)

Solo falta un día repito en mi cabeza tantas veces que la frase parece haberse quedado tatuada en mi cerebro, me siento en el jardín junto a mi madre y padre que me miran interrogativos, los padres de David hacen lo mismo poniéndome realmente incómoda. Sonrió hacia ellos para que sepan que estoy bien y sirvo sus limonadas, Leonard da una pequeña patada haciendo que ambos abuelos miren mi vientre con emoción.

- ¿Qué tal con David?- pregunta mi madre y me encojo de hombros.

- Bien, vuelve mañana- ella sonríe junto a la madre de David quien se gira para hablar con su esposo, mi madre sigue mirando y sé que no me dejara tranquila hasta que le cuente todo- estamos bien mamá, solo fue una pequeña discusión, tú y papá las tienen todo el tiempo- ella asiente quedándose callada.

Habíamos vuelto a discutir pero a mí me parecía lo más normal del mundo, éramos una pareja como cualquier otra, siempre teniendo uno que otro mal momento, pero siempre juntos y dispuestos a solucionarlos, además nadie dijo que esto iba a ser todo el tiempo color de rosas y que mejor que nosotros para decir que esa frase era totalmente cierta. Rosita nos sirve la cena a eso de las siete, mientras todos comemos en una charla bastante interesante mi teléfono suena, voy hasta él y sonrió porque es David quien llama.

- Hola cariño, ¿Cómo estás?- escucho bastante ruido pero decido ignorarlo.

- Estoy bien, mejor dicho estamos bien- escucho una risa y alguien grita su nombre- ¿Dónde estás?- vuelve a reír pero eso ya no me parece divertido.

- Adelante mi vuelo- de mi garganta sale un pequeño grito- necesito verte Alexa, estar mucho tiempo alejado de ustedes me está matando.

- Oh dios, eso es lo mejor que me has dicho en seis días- él dice unas cuantas palabras más antes de decirme que ya tiene que irse- bien cariño, te estaré esperando despierta, te amo.

Vuelvo a la mesa con una sonrisa mientras le cuento a todos que David llegara cerca de las doce de la madrugada, ambas madres deciden quedarse a mi lado mientras que mi padre y el de David deciden ir a jugar un rato billar. Estoy tan emocionada que si pudiera saltar estoy más que segura que lo estaría haciendo en estos momentos, Leonard se suma a mí felicidad no dejando de moverse en mi vientre y no puedo negar que duele un poco, ambas me dicen que es normal ya que pronto estaré por dar a la luz y la piel de esa zona se vuelve un poco más sensible.

Las horas pasan tan lento que decido ir a descansar un rato, sin embargo no puedo dormir, aquel dolor en el pecho vuelve de manera violenta haciendo que el aire no llegue a mis pulmones. Un grito sale de mi boca llamando la atención de todos en la casa, mi madre corre hacia mí y le grita a mi padre que traiga un poco de agua. La bebo tan rápido que un nudo se hace en mi garganta al querer tragarla, ambas me pasan unas pastillas que estoy segura van a darme sueño y decido tomarlas a pesar de haberle prometido a David esperarlo.

(***)

Despierto cerca de las diez de la mañana, lo hago porque oigo varios sollozos en la parte baja, me levanto de la cama, cojo mi bata y bajo las escaleras muy lento. Al llegar a la parte baja mi mundo se derrumba al ver a la madre de David llorar mientras mis padres a cada lado la abrazan y le dicen cosas que no escucho con claridad, su padre no se encuentra por ninguna parte y el llanto viene a mi sin que pueda darme cuenta, llamando la atención de las tres personas.

- ¿Qué pasa?- siento que en cualquier momento voy a caerme y trato de no hacerlo porque sé que le haré daño a mi bebe

- Cariño, ven- mi padre quien me toma con delicadeza para llevarme hasta uno de los sillones- Perdona ser tan crudo, pero no hay una forma dulce para decirte esto- el hace una pausa, que me hace latir demasiado rápido mi corazón- David ha tenido un accidente.

No escucho nada mas de repente todo se vuelve tan lejano que lo único que quiero en este momento es que esto sea un mal sueño, que nada de lo que dice mi padre es cierto, que todo es una cruel mentira. Pero no, esto en verdad está pasando.

Últimos capítulos. Agradezco su apoyo, sus votos y sus comentarios.

Matrimonio infernal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora