Capítulo 49

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- ¿Qué?- mi mano se sujeta con más fuerza de la necesaria sobre el coche de Leonard, me giro a verlo y se por su mirada que no me miente- ¿Eso quiere decir que todo lo que me contaste sobre tú y ella fue mentira?

- No todo- vuelvo sobre mis pies y el coche de Leonard hacia el sillón.

- Explícate- no me siento triste, pero si decepcionada el saber que me estuvo mintiendo todo este tiempo.

- No quiero hacerlo aquí- su voz es fría, aquello me da igual, ya no soy la misma mujer de antes que se dejaba intimidar por ello- ¿que tal con los cachorros?

- Rodrigo y Natalia cuidan de ellos- asiente con una sonrisa, no puedo devolvérsela, me siento un poco dolida con él- creo, que es mejor que me vaya, nos vemos mañana.

- Alexa no hagas de esto un drama- vuelvo a pararme en seco.

- ¿Crees que estoy siendo dramática?- asiente- pues entonces perdóname-frunce el ceño no entendiendo lo que le pido- si perdóname, por no estar feliz de que mi esposo me haya revelado que iba a ser padre con la mujer que estuvo amenazandonos, acosándonos y que casi acaba con tu vida, perdóname soy toda una desconsiderada.

Salgo de la habitación con Leonard hecha una furia, si las cosas hubieran sido diferentes estoy más que segura que él ya hubiera salido huyendo o incluso acabado con nuestra relación como el cobarde que es en este tipo de situaciones. Voy directo al auto y pongo a Leonard en el porta bebés, aseguro bien sus correas y luego guardo su coche, dentro de este golpeo el volante con fuerza mientras muerdo mi labio inferior para ahogar los sollozos que quieren escapar. Me niego a llorar, lo he estado haciendo mucho por todo estos meses y no pienso derramar una lágrima por una situación del pasado, esto no puede afectarnos.

Cambio mi ruta y voy directo a casa de mis padres, se que si me dirijo a casa voy a estar torturándome con ello y es lo último que quiero hacer en el día, además no quiero tener que cenar sola de nuevo. Aparco en la parte trasera y mi madre se alegra de verme, me ayuda a sacar a Leonard del auto, algo que le agradezco porque en estos momento me siento demasiado débil, la falta de sueño y de comida me están pasando factura. Mi padre viene casi corriendo a abrazarme, nuestra relación se fortaleció bastante en este mes, algo por lo que tengo que estar contenta pero no es así.

- Pensé que te quedarías con David hoy- sonrío, ella arrulla a Leonard- ¿pasa algo cariño?

- Solo estoy cansada mamá, hoy no he podido comer bien y Leonard me mantuvo despierta en la madrugada- ella me sonríe con ternura, me siento mal por tener que mentirle pero no quiero que las cosas se pongan raras entre ellos de nuevo.

- ¿Por qué no descansas en tu habitación?, yo me quedaré con mi nieto un rato- asiento y corro escaleras arriba para poder dormir por lo menos media hora.

(***)

Me siento frente al escritorio del doctor Ferreira, mis manos sudan más de lo normal, él no hace el amago de hablar ni de iniciar una conversación por lo que me quedo en silencio hasta esperar que termine de leer los resultados de las pruebas. No he visto a David por más de dos días, tiempo suficiente en el que he aclarado todas mis ideas para no iniciar una pelea en cuanto tenga que contarme aquel asunto. Por fin el doctor me mira con una sonrisa y mi corazón se alivia al escuchar las palabras que salen de su boca.

- La parálisis es temporal señora Maestroni- un pequeño grito sale de mis labios, él levanta su mano para que lo deje continuar- sin embargo, tendrá que ir a terapias por seis meses.

Me levanto feliz de mi asiento y abrazó al doctor quien se queda bastante sorprendido por ello, me separo con lágrimas en mis ojos. Por fin la vida nos está sonriendo, salgo del consultorio y corro hasta su habitación, él tiene que saber la noticia cuanto antes. Apenas pongo un pie en esta, él levanta su cabeza, sus ojos están rojos y de nuevo tiene bolsas negras bajo sus ojos, verlo así me hace sentir culpable, fui muy egoísta al pensar solo en mi dolor pero era lo mejor para ambos, si volvía al día siguiente una guerra empezaría entre nosotros y no quería tener que separarme de su lado.

- Antes que nada, lo siento- mi boca queda ligeramente abierta- se que fui un idiota al no decirte la verdad, pero las cosas entre nosotros estaban tan bien que no quería arruinarlas con toda la mierda de mi pasado.

- No me importa- me acerco a su rostro y lo beso- solo quería aclarar mis ideas, no era justo para ti ni para mí discutir por algo que no tiene importancia ahora.

Le cuento sobre lo que me acaba de decir el doctor y se alegra por completo, volvemos a besarnos un par de veces más hasta que el doctor Ferreira entra y le explica más a fondo sobre lo que tendrá que someterse en las terapias, apenas el doctor se marcha veo la duda y culpa en sus ojos, de nuevo me siento mal porque fui yo la causante de ponerlas ahí. El silencio es tan incómodo que carraspeo para tratar de que me diga algo pero él sigue mirando a la pared.

- David, lo...

- Scarleth aborto a nuestro hijo- mis ojos se abren tanto que por poco y se salen de sus órbitas- no me aleje de ella por lo que pasó ese día, lo hice porque ella hizo que firmara los documentos para hacerse el procedimiento.

- ¿T-tu no querías a ese hijo?- él frunce el ceño con molestia.

- Ni siquiera sabía que existía- ahora la que frunce el ceño soy yo, no estaba entendiendo- yo seguí viéndola después de que todo entre nosotros se acabó, un día llego a mi oficina llorando diciendo que iban a quitarle su casa, como se supone que éramos "amigos con beneficios", decidí ayudarla, le di el dinero que me pedía para ello, incluso me ofrecí a ir con ella a cancelar la deuda pero se negó. Era joven y confiaba en ella, así que no le di importancia al asunto- hizo una mueca, yo estaba en shock- un mes después me llamaron de una clínica, ella estaba hospitalizada por una infección que por poco y acaba con su vida, ese día me enteré de todo, ella había tomado la decisión de abortar a nuestro hijo, el lugar en el que le hicieron el procedimiento no lo hicieron bien y de ahí la infección. Después de eso me aleje completamente de ella, hasta que Bianca me pidió internarla en un centro de rehabilitación pues la droga estaba consumiendo su vida de a poco.

No sabía qué decir o hacer en este momento, era demasiada la información que me había soltado de golpe, con razón tanto odio al principio, tanta felicidad al saber de mi embarazo y tanta emoción el saber que iba a ser padre, ella le había arrebatado lo más maravilloso que una pareja puede experimentar en su vida.

- No fue tu culpa- lo mire directo a los ojos, los tenia empañados de lágrimas, lo atraje hacia mí y lo abrace con fuerza.

- Claro que fue mi culpa- lloro mas fuerte- yo debí estar al pendiente de todo, debí convencerla a tener ese hijo, no me importaba si ella no lo quería yo lo hubiera cuidado mejor, le hubiera dado todo el amor que un niño necesita.

- David no puedes obligar a nadie a hacer algo que no quiere- él se aferró más a mi cuerpo- tu no sabias de ello, solo quisiste ayudarla porque era tu amiga, el cielo sabe que tú eras inocente de aquella situación, no te tortures más cariño- seguía llorando sobre mi hombro.

Maldita la hora en que fui tan curiosa y decidí escarbar más en su pasado, todo estaba perfecto. Verlo llorar de esa manera me hacía ver el verdadero hombre que tenía a mi lado, él solo fue víctima de malas situaciones que transformaron su vida. Me sentía culpable por esto pero ahora más que nunca quería hacer pagar a esa mujer.

Matrimonio infernal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora