Desperté como todas las mañanas, a pesar de ser solo lunes me sentía feliz de tener todo lo que quería o incluso más de lo que un día pude pedir. Tenía una familia hermosa, la cual me amaba y compartía conmigo mi felicidad, claro, sin importar que mi padre tuviera que salir cada quince días de viaje, confiaba en que el siempre volvería con bien a casa.
Mi padre era dueño de varios hoteles y eso lo obligaba a tener que estar constantemente al pendiente de lo que ocurría en cada uno de ellos, a veces podían pasar meses sin que necesitaran de su presencia, pero en otras ni siquiera podía descansar.
Lavo mis dientes y bajo a desayunar, allí ya se encuentra mi hermosa madre con mi desayuno servido, le doy un beso en la mejilla y ella me sonrió dulcemente. Amaba a esa mujer, siempre dispuesta a darlo todo, incluso su vida por saberme bien.
- Oye mamá ¿a que horas llegará papá?- pregunte mientras metía una tostada a mi boca.
- No lo se cariño, pero supongamos que llegara temprano- se encogió de hombros.
- Esta bien, avísame cuando llegue- trague con fuerza la tostada.
- Claro que sí mi cielo- siguió batiendo lo que sea que estuviese haciendo- pero desayuna rápido que se te hace tarde para la universidad- vertió la mezcla en la sartén y empezó a mirar por la ventana. Me estaba ocultando algo.
- Mamá por favor, sabes que no es como la escuela, puedo entrar a la hora que quiera y nadie dirá nada- tome otra tostada junto a un poco de jugo.
- Aveces olvido que ya hace mucho dejaste la escuela- volvió a observar por la ventana y una sonrisa adorno su rostro- pero ve a bañarte pronto, el lugar ya empieza a oler mal- hizo un abanico cerca de su nariz.
- Que graciosa señora Rodríguez- termine mi jugo y me dispuse irme a bañar.
- Alexa Montesano Rodríguez, esa no es forma de hablarle a tu madre- me quede paralizada a mitad de las escaleras.
Esa voz, por Dios mi padre estaba aquí. Volví sobre mis pies y corrí hasta donde el se encontraba, le di un fuerte abrazo y lo llene de besos.
- Cariño se que me extrañas pero estas asfixiandome- hice mala cara e intente soltarme pero me apretujo más entre sus brazos- ahora ve a ducharte, debes ir a la universidad y se te hace tarde- beso mi coronilla.
- Oh vamos papá llegaste justo antes de irme- hice ojitos pero el solo rodó sus ojos- el destino quiere que me quede todo el día contigo- me aferre más a su cintura, amaba el olor que desprendía mi padre.
- No me convencen tus argumentos, debes ir a la universidad- me separe resignada.
- Esta bien- le di un último beso.
Subí a mi habitación, empece a despojarme de mi ropa y entre a la ducha, al salir fui hasta mi armario, tome unos jeans ajustados negros, una blusa verde con escote ceñida al cuerpo y unos converse negros, me veía bien, me hice una trenza simple y tome mi mochila. Me despedí de mis padres quienes se estaban dando arrumacos en la cocina, tome mi auto y partí a la universidad.
Después de veinte minutos llegué al estacionamiento, baje rapido al ver a mi novio y avance unos cuantos pasos para ir hasta donde él se encontraba, al llegar a su lado me di cuenta que había dejado la mochila.
- Hola -salude emocionada .
- Hola, tenemos que hablar- Austin estaba nervioso, algo pasaba.
- Claro, pero antes debo volver a mi auto por la mochila- negó.
- No, Alex es algo importante- giro su rostro a un lado, no me gustaba su actitud, jamás había actuado así.
- Solo son unos segundos, además faltan quince minutos para entrar- bufó molesto.
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Matrimonio infernal.
RomansaPor mis padres haría lo que fuera, incluso, casarme con aquel hombre de ojos verdes y sonrisa perfecta. Pero alto ahí, él no es mi caballero de resplandeciente armadura. Él es el caballero negro del cuál las damiselas escapan. Portada hecha por @dr...