En las profundidades de los sueños de Elira, un dragón la visita noche tras noche, un presagio de un destino desconocido. Intrigada por este vínculo, se aventura en busca de respuestas para estas insistentes visitas, pero tan solo logra descubrir un...
Eldrassil es una isla apartada, situada entre las tierras del Norte y del Sur.
Es un centro importante de intercambio comercial, famosa por sus ricos mariscos y peces, y por sus colores.[...]
Políticamente, ha logrado mantenerse fuera de las potencias del Norte y del Sur. No tiene interés estratégico para la guerra, lo que ha ayudado a que la isla sea vista más como un valioso punto de venta que como un territorio militar. Esto ha permitido a la isla desarrollar una cultura propia, rica y vibrante.
Los líderes de Eldrassil han trabajado para mantener buenas relaciones con ambas potencias, asegurando que la isla siga siendo un lugar de libre comercio y paz.
[...] Cada noche, la isla se transforma en un festival de luces vibrantes. El aire se llena de risas y canciones mientras la gente celebra en sus coloridas calles. Los mercados están repletos de puestos que ofrecen exquisitas prendas de ropa, deliciosos manjares y hermosas vasijas artesanales, creando un mundo diferente de cultura y alegría.
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—Si te enseño lo que tengo... —titubeo—. ¿Me vas a llevar al calabozo?
—Así es, ratita —sus ojos brillan con el destello de la curiosidad. Con un interés casi depredador. —Estoy deseando ver por qué cuidas tanto esa bolsa y por qué estabas dispuesta a defenderla con tantas ganas.
La ansiedad me golpea justo en la boca del estómago.
—¿Y cómo puedo confiar en ti? —pregunto intentando sonar lo más firme posible. —¿Cómo sé que si te enseño lo que hay aquí, no intentarás nada extraño después?
D'Arcy se inclina un poco más cerca y su sonrisa se ensancha maliciosamente.
—Si no puedes soportar la curiosidad, no te queda otra opción—responde con una confianza que me pone aún más nerviosa—. Vas a tener que confiar en mí, ratita.
Me quedo en silencio por unos momentos, intentando escoger las mejores palabras.
—Tengo un guardia en la puerta de mi habitación —trago saliva al ver como su ojo blanco está clavado en mí.
D'Arcy se ríe suavemente. Un sonido que me hace estremecer.
—Yo me encargo de eso. Tú solo asegúrate de estar lista a tiempo. Iré a buscarte en tu misma puerta.
Respiro hondo, sintiendo la presión de su presencia.
—De acuerdo —murmuro.
¡Estás chiflada, Elira! ¿Cómo vas a confiar en él? ¿Por qué piensas siquiera que es una buena idea?
D'Arcy me observa, su expresión cambia ligeramente, pero lo suficiente leve para que note el brillo del triunfo en sus ojos.
—Aunque... —parpadeo un par de veces ordenando las preguntas de mi cabeza— ¿Qué es lo que ganarías tú enseñándome el calabozo?
