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Jeff

Desde el día que lo conocí en la fiesta, todo ha sido un desastre tras otro. Mis planes cambiaron de forma tan brusca que todavía me cuesta asimilarlo.

Primero, Bank. Se suponía que esa sería nuestra noche especial, pero terminé en un supuesto romance con el heredero del reino enemigo. Bank iba a sacarme a bailar, lo sé. Lo haría antes de que ese príncipe grosero lo hiciera por petición de Pete. Pete siempre me había parecido un querido hermano mayor, pero últimamente no puedo evitar pensar que él no me tiene el mismo cariño.

Ahora estoy en medio de un aparente romance con mi enemigo, como si fuera una novela de amor. Puedo escuchar los susurros de la gente, sentir sus miradas escrutadoras. Si supieran la verdad... Sigo sin entender de dónde sacaron las supuestas miradas dulces. Estoy empezando a creer que de verdad somos buenos actores, porque la realidad no puede ser más diferente. ¿Cómo vamos a tolerarnos si nos casamos? Aunque ese tema no me preocupa, después de todo, no es posible que se case con alguien que no le ayudará a tener descendencia. O al menos, eso creía hasta que ocurrió el accidente.

Marte siempre ha sido muy noble y cariñoso. Lo que ocurrió ese día me atrapó por sorpresa a tal punto que ni siquiera supe cómo reaccionar. Cuando desperté, el dolor de cabeza se sentía tan fuerte como un trueno. Los ruidos, la luz, moverme, todo dolía. Luego, la oscuridad volvió a rodearme. Me despertaba aturdido cada tanto, me ayudaban a bañarme, me daban algo de comer y volvía a caer dormido. Cuando por fin empecé a pasar más tiempo despierto que dormido, me miré en el espejo. Ocho puntos de sutura en la frente. Al menos estaban cerca de las raíces de mi cabello, de modo que este lo cubriría. Lo único que me queda como omega es que, según dicen, soy algo bonito. Si me quedan marcas visibles, ni eso tendré. El dolor de cabeza se ha calmado lentamente, pero sigo dependiendo de medicamentos. Debo permanecer en cama casi todo el tiempo, por lo que las pocas veces que me levanto me mareo. El doctor me dijo que mejoraría con el tiempo. Hasta allí, todo iba relativamente bien.

Luego me enteré de que sacrificaron a Marte. Y mi corazón se rompió. Él no era salvaje, no tenían por qué haberlo hecho. La reina se aprovechó de mi inconsciencia y Charlie no pudo hacer nada para evitarlo. Lloré por varios días. El doctor insistía en que eso empeoraría mi dolor de cabeza, pero me dolía más el corazón. Mucho más.

Después, Charlie se acercó en compañía de Pete, y supe que todo solo empeoraría.

Charlie había aceptado la propuesta del sur durante mi convalecencia. La noticia cayó sobre mí como un balde de agua fría. Por un momento, mi respiración se detuvo. Charlie... Charlie me estaba entregando al sur. Aceptó sin el consentimiento de la reina, y una vez enviada la carta al sur, no sería honorable retractarse. A ella no le quedó otra opción que aceptar.

Escuché que Charlie se le enfrentó como nunca antes. Le dijo que realmente ella no era de sangre real, que su posición era meramente provisional y que solo nosotros teníamos la potestad de tomar decisiones que marcarían el futuro del reino. Pero... a mí no me diste opción, Charlie. No lo hiciste. Me estás entregando al hombre que claramente te dije que detestaba con toda la fuerza de mi ser.

Charlie me miró con culpa, pero no me dio opción. Me dijo que era el precio a pagar por un mejor futuro para nuestro reino y que se aseguraría de que ese hombre no me lastimara, que pondría condiciones y que no sería para siempre. Que todavía en el futuro, si mi destino era estar con Bank, aún podría hacerlo. Que Bank también estaba separado y que no pondría objeciones a mi problema. Me insistió en que era temporal y que solo debía soportarlo por un tiempo. Que era para protegerme.

Sentí una mezcla de tristeza y desesperación. Pero...solo debía encerrarme en mí mismo e interpretar un papel. Era por el bien de mi reino, trataba de convencerme mirándome en el espejo de mi habitación. La luz de la luna se filtraba por las ventanas, bañando la habitación en un resplandor que contrastaba con mi ánimo sombrío. Hasta que un ruido me sacó de mis cavilaciones.

Corazones en guerra (AlanxJeff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora