Jeff
Ha pasado una semana, y cada día que pasa, la sensación de compartir habitación con Alan se vuelve más intensa. Solo queda una semana más, me repito, tratando de encontrar consuelo en esa idea. Después del tercer día, sus sirvientes le acomodaron un cajón en el clóset, y ahora, cada vez que entro al baño, veo su cepillo de dientes y su toalla colgada. Es como si su presencia se hubiera infiltrado en cada rincón de mi vida. Parece como... Sacudí la cabeza, tratando de alejar esos pensamientos extraños que querían aparecer. Esto es una farsa y falta una semana, Jeff, solo una. Y poco a poco serán menos días.
Mi estómago gruñe, recordándome que no he comido bien en días. La energía para pelear se me escapa poco a poco. ¿Debería aprender a cocinar? Me pregunto, casi en un susurro. ¿Y si finjo que quiero prepararle algo a Alan, como lo haría un esposo cariñoso? La idea me hace reír amargamente. Ahh, odio esto.
Me arreglo y me dirijo al comedor. El frío de los últimos días ha sido un alivio inesperado, ya que Alan no ha tenido que renovar la marca. Cada vez que salgo de mi habitación, llevo una bufanda para protegerme del frío y evitar mostrar mi supuesta marca. Sé que pronto deberá hacerlo, pero solo recordarlo me llena de miedo. Es solo una mordida, Jeff, me repito, tratando de calmarme. Una simple mordida.
Pean me había conseguido varios libros sobre alfas y omegas, pero mi pobre alimentación me dejaba sin energía para leerlos. Sin embargo, abrí uno de los libros y busqué la parte que más me interesaba, con la esperanza de calmar mi espíritu inquieto.
La sección sobre el vínculo me atrapó de inmediato. Un alfa puede morder a un omega en la base del cuello, durante el acto sexual. Esta mordida, conocida como "marcaje", es un acto simbólico y biológico que indica posesión y protección. La mordida libera feromonas que crean un vínculo químico entre el alfa y el omega, pero para que el vínculo sea verdadero y completo, ambos deben desearlo. Esto implica un consentimiento mutuo y un deseo de formar un vínculo duradero. Una vez realizado el marcaje, el vínculo no es solo físico, sino también emocional. Los alfas y omegas vinculados pueden sentir las emociones del otro y tienen una conexión profunda que va más allá de lo físico.
Leí esas palabras una y otra vez, tratando de encontrar consuelo en ellas. Alan tenía razón, es solo una mordida más. Aunque sea sumamente incómodo, es necesario.
Me dirijo al comedor, perdido en mis pensamientos. Desde que llegué, he comido solo. Alan tiene sus supuestos horarios irregulares, la reina está en una infección respiratoria y aún no la conozco, y Babe está en el norte. La soledad se siente más pesada con cada paso que doy.
Me siento en la enorme mesa y empieza mi tortura diaria. Todo huele realmente bien, pero... respiro profundamente, tratando de calmarme. Todo está bien, me repito. Cierro los ojos y me concentro en mi respiración. Todo... todo está bien, pero puede que hoy tampoco pueda probar nada. Fruta, la fruta es saludable, me digo, tratando de convencerme.
Voy a coger una manzana cuando escucho su voz y mi mano queda a mitad de camino.
—Buen día, mi querido Nu. Qué puntual —me dice con una sonrisa mientras se sienta a mi lado.
—Buen día... —alcanzo a esbozar en un hilo de voz mientras frunzo el ceño. ¿Qué está haciendo aquí? Si él come conmigo, se dará cuenta. La mesa es tan grande, ¿por qué se sienta a mi lado? ¿Por qué siempre termina siendo un entrometido?
—Wow, todo se ve delicioso. ¿Ibas a tomar algo? Dime, te ayudaré a servirte —me dice mientras toma un plato y unos cubiertos, mirando los platos.
—No... no tengo mucha hambre hoy, quiero algo ligero —le digo en un hilo de voz, antes de que el sonido de mi estómago me traicione. Abro los ojos perplejo y siento cómo mis mejillas se encienden. Siempre... siempre paso tanta vergüenza con él. Por favor, tierra, ábrete y trágame.
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Corazones en guerra (AlanxJeff)
FanfictionEn un mundo donde dos reinos han sido enemigos desde tiempos inmemoriales, dos príncipes se ven obligados a unirse en matrimonio por razones políticas. Al principio, sus corazones laten en ritmos discordantes, llenos de odio y desconfianza. Sin emba...