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Alan

Los primeros rayos de sol se filtraban suavemente a través de la ventana, acariciando mi rostro y despertándome a mi pesar. Estaba durmiendo tan bien, algo que no había experimentado en mucho tiempo. La cama, con su aroma dulce impregnado en las sábanas, me daba una sensación de paz y reconfortaba mi corazón, como si estuviera envuelto en un cálido abrazo.

Hace dos semanas se cumplió lo que habíamos estipulado al principio: dos semanas de luna de miel, y luego empezaríamos a disminuir los días juntos. Lo intenté, juro que lo intenté.

Ese día me bañé como de costumbre en mi habitación, me puse ropa cómoda para dormir y, a diferencia de otros días, no fui de inmediato a su habitación. Me acosté en mi cama, que debería haber sido el cielo después de dormir dos semanas en el sofá, pero no lo era. Di vueltas y vueltas, pero por más cansado que me sentía, no lograba conciliar el sueño. Así que, después de un rato, me rendí y volví a su habitación. Apenas toqué el sofá, me quedé dormido.

Al tercer día de intentarlo, me rendí. No dejaría su habitación todavía. Sabía que era mentira que Jeff no podía dormir por mi aroma, así que continué como si nada pasara y decidí no mencionar nada a menos que él lo hiciera. Lo hizo casi al cumplirse un mes. Sabía que no le gustaba mucho la idea, pero nunca pensé que llegara a ser tan travieso.

Me giro para encontrarlo durmiendo a mi lado. Está acostado de lado, con el rostro en mi dirección, abrazando las almohadas que colocó como una aparente barrera. Mis labios se curvan en una amplia sonrisa que no soy capaz de contener.

El muy travieso duerme tan profundamente y todavía no para de quejarse. Me acomodo de lado para verlo mejor. Su rostro dormido es tan hermoso. Tiene largas y oscuras pestañas, su nariz es perfecta y sus mejillas tienen algo que te hace desear pellizcarlas. El cabello le cae desordenado en el rostro, lo que solo hace que se vea más entrañable. Sus labios rosados están entreabiertos y su aroma me inunda. Sentí una oleada de emociones al observarlo. Había algo tan puro y vulnerable en su expresión dormida que me llenaba de ternura.

¿Quién diría que se ha convertido en mi pequeña amenaza personal?

Jeff y yo habíamos estado compartiendo nuestras comidas juntos, algo que inicialmente pensé que ambos disfrutábamos. Sin embargo, pronto comenzaron a aparecer zanahorias en cada plato de cada comida. El cocinero real me había intentado preguntar sobre esto, pero yo lo ignoré, diciéndole que complaciera cualquier petición de Jeff siempre y cuando estuviera dentro de su dieta. Nunca imaginé que haría algo así. ¿Acaso le molestaba tanto? ¿Me estaba probando? Decidí que no dejaría de comer con él, y que, si él podía ser terco, yo podía serlo aún más.

Me acerqué al cocinero real y le pedí que averiguara con Pean qué platillo dentro de la dieta de Jeff no le gustaba. Y lo mandé a preparar. Ver su rostro lleno de expresiones era fascinante. Intentó usar su mirada dulce, pero después de todo, merecía un pequeño castigo. Era tan lindo cada vez que le daba de comer que simplemente no paré hasta que terminó el plato. A mi favor diré que él fue quien comenzó, y gracias a que le seguí el juego, no volví a ver zanahorias en las comidas. Además, era un platillo realmente bueno para su salud, así que se mataban dos pájaros de un tiro.

Pero luego Jeff preguntó por qué seguía volviendo a su habitación. Traté de restarle importancia y creí ingenuamente que todo seguiría igual. Pero supongo que él tenía otros planes. ¿Por qué insiste en decir que le molesta? ¿Por qué parece que no quiere que nos acerquemos ni siquiera un poco más?

Ni siquiera puedo molestarme por lo que hizo anoche. Para empezar, él no sabía que era alérgico. Luego lo vi llorar, y cómo temblaba por el miedo, la preocupación y la culpa, y me dolió el corazón. Me dolió más que las ronchas en mi espalda. Cuando intentó pedir ayuda, mi corazón brincó. La gente podría decir que él intentó hacerme algo e intentarían dañarlo. Él realmente no quería hacerme daño. Además, es algo entre los dos que los de afuera no podrían entender. Ni siquiera yo lo entiendo, pero de alguna forma extraña funciona.

Corazones en guerra (AlanxJeff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora