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Alan 

Sentía que el pánico y la desesperación me desgarraban por dentro. Yo...yo lo había perdido de vista. El salón estaba lleno de gente, pero sus rostros se desdibujaban en mi mente, solo podía pensar en Jeff. Las luces brillaban intensamente, reflejándose en los adornos dorados y los grandes espejos que adornaban las paredes, pero para mí todo era un borrón.

—Alan, cálmate. Hasta donde sé, Bank es cercano a la familia real —trataba de tranquilizarme Babe, pero él no entendía. Esta sensación de inquietud no eran solo celos, era algo más. Algo estaba mal, realmente mal. Sentía un nudo en el estómago, una opresión en el pecho que me dificultaba respirar.

—¿Qué ocurre? ¿Dónde está Jeff? —se acercó Charlie, preocupado, mientras me miraba buscar por todo el salón. Sus ojos reflejaban la misma preocupación que sentía yo, pero no podía detenerme a explicarle.

—Desapareció con Bank —espeté sin dejar de buscar en el salón—, pero... su aroma... no está... el jardín —dije más para mí mismo que para los demás. La desesperación me consumía, necesitaba encontrarlo.

Salí corriendo con ellos detrás. El aire fresco del jardín me golpeó el rostro, pero no logró calmarme. 

—¿Confías en él? —le pregunté a Charlie.

—No, no lo hago, pero no sabría explicar la razón. Jeff... él lo aprecia mucho. No creo que... quiero pensar que él no le haría nada —espetó Charlie, perdido en sus pensamientos—. ¿Cómo saber a dónde fueron? No siento el aroma de Bank cerca. El palacio está rodeado de jardines enormes y el viento puede llevarse su aroma y llevarlo a otros sitios. Deberíamos separarnos. Babe, ve al posterior y Alan y yo tomaremos cada uno un lateral.

—¿Cómo sabemos si alguien lo encuentra? —preguntó Babe. 

—Mandará a los guardias a avisar —espetó Charlie.

Todos asentimos y nos dirigimos a nuestros sitios de búsqueda. No lograba percibir su aroma. O  no lo hice hasta que entré en el extraño jardín. Él estaba aquí. Me llené de esperanza que duró solo unos cuantos minutos hasta que me di cuenta lo extraño que era el lugar, parecía... parecía un laberinto. Era confuso y estaba seguro de que había pasado varias veces por el mismo sitio. Eso solo me llenaba de desesperación. Cada paso que daba, cada giro que tomaba, sentía que me alejaba más de Jeff.

Se acercaba otra persona, ese aroma era...

—¿Príncipe Alan? —me miró sorprendido Winner. Su presencia solo aumentaba mi ansiedad.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté con sospecha, mi voz temblaba ligeramente.

Él resopló con desdén.

—Resulta que este es mi territorio, ¿recuerdas? Estás en mi palacio ahora, yo soy el que debería preguntar —espetó con desprecio.

—Jeff desapareció, lo estoy buscando —pude ver cómo su mirada cambiaba. Parecía... ¿preocupado?

—Jeff no entraría aquí, lo odia —espetó aligerando el tono de su voz.

—Sentí su aroma, estoy seguro de que él está aquí —espeté—. Solo... este lugar me confunde. Si no lo has visto, no me estorbes, seguiré buscando.

—¿Su aroma? —preguntó enarcando una ceja incrédulo. Resoplé con la intención de continuar mi búsqueda.

Vi que suspiraba mientras se adelantaba.

—Te perderás, dime en qué sentido lo sientes y te diré cómo llegar sin perderte. Este sitio es mi especialidad.

—Qué coincidencia, ¿eh? —espeté con sospecha.

Corazones en guerra (AlanxJeff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora