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¡Hola a todos! 🌟

La historia está llegando a su tramo final. Pensé que la terminaría hoy, pero aún quedan algunos detalles por cerrar. Creo que faltan al menos dos capítulos más, y cuando me siente a escribir, lo sabré con certeza. Mañana no podré actualizar, y realmente no estoy segura de cuándo podré hacerlo. Mi país está en elecciones y, generalmente, nos sabotean la luz y el internet. Mañana puede pasar de todo o no pasar nada. 🌍

Quiero pensar que al menos dejé la historia con el cierre de los temas más importantes, para no dejarlos con la ansiedad de qué pasará después. Lo que falta son agregados que creo que le darán el cierre cálido que he tratado de mantener en la historia y espero haber logrado. 💖

De nuevo, gracias por estar aquí y espero leerlos pronto. ✨

P.D.: He leído algunos de sus comentarios y cada día me sorprenden más. Ya lo había dicho antes, pero lo repetiré: me encanta cómo viven las historias. 📚💕 Siempre me sacan una sonrisa  😊

Jeff

Todavía las cosas daban vueltas, pero había mejorado mucho después de comer.

Dean y Winner estaban heridos, pero fuera de peligro y se recuperaban juntos, según me había dicho Alan. Me tomaron muestras y el doctor me chequeó de forma exhaustiva. Preguntó por síntomas previos y le conté todo: los mareos, las náuseas, los vómitos. Al finalizar, despeinó mi cabello con ternura. "Está bien, su alteza. De ahora en adelante debe cuidar aún más su alimentación. Le dejaré una lista al príncipe Alan de lo que no debe faltar. Lo mejor es que espere unos días antes de viajar. Lo haré pasar antes de que enloquezca en el pasillo", terminó con una sonrisa.

Le sonreí en respuesta. En la mansión Blake, Alan no parecía molesto. Pero, ahora que se dé cuenta de que estoy bien, podría acordarse y molestarse. "¿Y si me quejo de forma lastimera para que me tenga lástima y no se moleste mucho? No, eso podría molestarlo más" Pensaba cuando entró con una hermosa sonrisa y mi corazón se aceleró con fuerza. Ahhh, no parece molesto.

"Nu", susurró mientras se sentaba a mi lado, tomando mi mano con delicadeza y llevándosela a sus labios para depositar un beso suave y lleno de ternura. "¿Cómo te sientes, mi amor? ¿Te apetece algo en especial? Dime, cualquier cosa que desees, la conseguiré para ti", me dijo con una mirada tan dulce y llena de amor que mi corazón se estremeció. No... no esperaba esto. Quizás no necesite usar el cupón después de todo.

"Estoy bien. Ya me dieron algo ligero, no quiero abusar y vomitar de nuevo", le dije con un hilo de voz, apenas audible. "Lo... lo siento, por no decirte".

"¿Decirme qué, Nu?" preguntó con preocupación en sus ojos.

"Lo de Kluem y todo..." susurré, mi voz temblando ligeramente.

Alan me miró con una ternura infinita, sus ojos reflejaban un amor tan profundo que me hizo sentir seguro y amado. "No tienes que disculparte por nada, mi amor", dijo suavemente, acariciando mi mejilla con una delicadeza que me hizo estremecer. "Estamos en esto juntos, siempre. No importa lo que pase, siempre estaré a tu lado. Y bueno, gracias a los dioses todo salió bien. Conseguiste buenos aliados", añadió con una sonrisa orgullosa y llena de amor. Le sonreí en respuesta, sintiendo una calidez en mi corazón. Era cierto, tenía buenos aliados, pero sobre todo, tenía a Alan.

"¿Winner...?" pregunté con preocupación, mi voz temblando. La última vez que lo vi fue antes de escuchar un disparo, antes de otros más.

"Tiene una herida en un brazo, pero nada de gravedad. Estará bien. Estaba muy preocupado por ti. Es extraño, al parecer tiene su lado bueno", me dijo con una sonrisa tranquilizadora.

"Él en realidad no es malo, se comporta así porque siempre creyó que debía hacerlo", le expliqué suavemente.

"Solo tú fuiste capaz de verlo. Eso me hace sentir aún más orgulloso de ti", dijo, sus ojos brillando con amor y admiración.

"Y Dean", añadí, sintiendo una calidez en mi corazón.

"Y Dean", confirmó Alan, sonriendo con ternura. "Les ayudaré si se quieren comprometer".

Esbocé una sonrisa aún más amplia, sintiendo una oleada de felicidad. "¿En serio? ¡Eres grandioso!" exclamé emocionado.

"¿Te acabas de dar cuenta?" me dijo levantando una ceja, su tono juguetón y lleno de cariño.

"No quise decir eso", le dije riéndome, mientras acariciaba su mano. "Eres grandioso, siempre lo has sido".

Él me miró con una intensidad que hizo que mi risa se desvaneciera. El ambiente se había vuelto inesperadamente serio. ¿Estaba realmente molesto? Tragué saliva, sintiendo un nudo en la garganta. "El cupón, Jeff. Usa la opción del cupón y pide misericordia", pensaba frenéticamente.

"Jeff, ¿sabes que el médico descubrió otra cosa? Pero le pedí que me dejara decírtelo", dijo con una suavidad que contrastaba con la tensión del momento, mientras besaba mi mano con ternura.

"¿Otra cosa? ¿Es malo?" pregunté, sintiendo cómo el miedo se apoderaba de mí.

"Jeff, tus síntomas..." Inspiró profundamente, y mirándome directamente a los ojos, continuó con una dulzura que me desarmó. "Estamos esperando un bebé".

"Yo... escuché mal..." pensé, sintiendo que todo en lo que había creído se desmoronaba a mi alrededor.

"No entiendo", le dije, frunciendo el ceño con confusión. ¿De qué estaba hablando? Eso no era posible, pero mi corazón latía cada vez más rápido.

Él me miró con una ternura infinita, sus ojos reflejaban un amor profundo y sincero. "Que a nuestro bebé le dan algunos antojos, pero como son sus antojos pueden ser muy extraños y también vomitas. Y también te puedes marear. Y te da más hambre. Y como te estás alimentando por dos, si no comes bien y te exiges mucho te puedes desmayar, como lo que te pasó antes. No es imposible, Jeff. Seremos papás. Nuestro retoñito ya está allí gritando que viene en camino. Tienes tres meses".

Abrí los ojos, perplejo. "¿Nuestro...?" Las lágrimas comenzaron a fluir sin control. "Pero... pero..."

"Mintieron para protegerte", me dijo mientras me abrazaba con fuerza, su calor envolviéndome. "Para tenerte seguro".

Yo... me sentía tan feliz. No podía creerlo. Me aferré a él, dejando que su calidez y su amor me envolvieran, mientras mis lágrimas fluían sin control. Sentía que estaba en un sueño. Después de tanto tiempo pensando que no podría tener hijos, que algo en mí estaba roto, ahora tendría un bebé con Alan. Mi corazón se estremeció de felicidad. ¿Se podía ser así de feliz? Yo de verdad era tan afortunado.

"¿Y si tuviera sus ojos? ¡Ahhh, y sus hoyuelos!" Pensé, sintiendo una oleada de ternura solo de imaginarlo. 

En ese momento, todo el dolor y la incertidumbre del pasado se desvanecieron. Cada lágrima derramada, cada noche en vela por las pesadillas, cada momento de duda, todo valió la pena por este instante de pura felicidad. Alan me abrazó aún más fuerte, y en ese momento supe que todo estaría bien. Porque estábamos juntos, y nuestro amor había creado una nueva vida. Una vida que cuidaríamos y amaríamos con todo nuestro ser.

"Gracias, Alan", susurré, mi voz quebrada por la emoción. "Gracias por amarme."

"Siempre, Jeff. Siempre.", respondió, besando mis lágrimas. "Vamos a ser una familia, y no hay nada más hermoso que eso."

Y así, en medio de lágrimas de felicidad y abrazos llenos de amor, comenzamos a soñar con el futuro que nos esperaba, sabiendo que, juntos, podríamos enfrentar cualquier cosa.

Corazones en guerra (AlanxJeff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora