Jeff
La música sonaba suavemente en el fondo, creando una atmósfera tranquila mientras estábamos concentrados en nuestros libros. Cada tanto, levantaba la vista por encima de mi libro para observar a Way, tratando de descubrir si me estaba vigilando secretamente. Sin embargo, parecía completamente absorto en su lectura. Me sorprendí mucho la primera vez que vi sus libros. A pesar de lo feroz que podía ser en realidad, solo leía novelas románticas y de fantasía. Empecé a preguntarme si de allí sacaba las ideas para la personalidad dulce que mostraba al mundo. A mí, ese tipo de libros nunca me habían llamado la atención; prefería las historias de aventuras.
Al principio, Way venía para enseñarme a bordar y hablarme sobre las costumbres de la sociedad aquí en el sur. Pero desde hace unos días, parecía que simplemente venía a leer en mi habitación. Se acomodaba en el sofá y se sumergía en sus libros. Al tercer día, me preguntó qué tipo de música me gustaba y si me molestaba leer con música. Cuando le dije que no, sonrió de forma genuina. Al día siguiente, había preparado una lista de reproducción con la música que más nos gustaba a los dos.
Así que nos reuníamos todas las tardes a leer mientras escuchábamos música. De vez en cuando, me comentaba alguna escena que le había impresionado de su libro o de la canción que sonaba. Luego, tomábamos el té de la tarde y, después de un rato, se despedía. No entendía esta dinámica. ¿Me estaba vigilando? ¿Quería comprobar si estaba practicando con Alan? Pero nunca se quedaba a verlo, ni me mencionaba nada al respecto. No sabía qué pensar, pero era extrañamente agradable. Su voz me sacó de mis pensamientos.
—¡Ah, no lo puedo creer! ¿Cómo puede un escritor ser tan cruel como para dejar un final abierto? No quiero dejarlo a mi imaginación, quiero leer que fueron felices para siempre —se quejaba cerrando su libro con fuerza.
—Bueno, no pasa que sean felices para siempre todo el tiempo —le dije con indiferencia, aunque en el fondo me divertía su reacción apasionada.
—Qué frío eres, Jeff —me dijo haciendo un puchero—. Yo sé eso, pero con los libros puedes vivir otra vida además de la tuya. La idea es que sea feliz, para el resto está la realidad —me aseguraba mientras se levantaba del sofá y se acercaba a mi mesa—. No pensé que lo terminaría tan rápido. ¿Tendrás algún libro que me prestes? —preguntó mientras ya revisaba entre mis libros.
—Elige el que gustes —le dije sin quitar la mirada de mi libro, aunque en realidad me intrigaba saber cuál elegiría.
—Oh, puede que no seas tan insensible después de todo. Este es realmente precioso —decía mientras sacaba uno de colores morado y rosa. Era uno de los que me había traído Pean cuando dudaba acerca de la mordida. Nunca leí ese.
—No lo he leído. Me lo trajeron porque tenía curiosidad por la marca, pero conseguí otro que parecía más científico —espeté volviendo mi mirada al libro.
—Ah, pero sabes de lo que habla, ¿cierto? —continuó Way, con una chispa de curiosidad en sus ojos que reflejaba la luz tenue de la habitación.
—¿De alfas y omegas? —pregunté, visiblemente confundido—. Ya nos enseñan de eso a los 15 años.
—Pero no como lo describe este libro —insistió Way, levantando el libro con una reverencia casi sagrada—. Lo que nos enseñan es que hay compatibilidad química por feromonas, el proceso químico del vínculo y cómo aparearse. Todo frío e impersonal. La verdad no es así del todo.
Way hizo una pausa, sus ojos se suavizaron mientras miraba el libro con una ternura extraña. El ambiente se llenó de una calma solemne, como si el tiempo se hubiera detenido.
—Este libro —continuó, su voz temblando ligeramente—, me lo leyó mi madre antes de morir. Aquí explican que tenemos una pareja predestinada, incluso desde antes de nacer. Lo reconocerás por su aroma, un aroma único como ningún otro, y te hará sentir confort, calidez y, al mismo tiempo, tu corazón se acelerará ya que tus feromonas responderán a él y lo reconocerán como su complemento. Serás capaz de distinguir incluso las notas más sutiles de su aroma y tus feromonas, en conjunto con las suyas, harán la combinación perfecta que los hará sentir una conexión que no pueden encontrar con nadie más.
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Corazones en guerra (AlanxJeff)
FanfictionEn un mundo donde dos reinos han sido enemigos desde tiempos inmemoriales, dos príncipes se ven obligados a unirse en matrimonio por razones políticas. Al principio, sus corazones laten en ritmos discordantes, llenos de odio y desconfianza. Sin emba...