"El Abogado de la Mafia" { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨✅}

"Azriel Rostov"

Cassian

Disfrutaba verlo sufrir. Sus palabras ya no afectaban mi estabilidad emocional. Estuve a punto de perder a Mavie y todavía tengo ese miedo. Debo dejar ir mi pasado cuando me atormenta. No me dejaré caer. Soy Cassian Rostov, un abogado de la mafia sin escrúpulos.

—Qué placer saber que pronto será tu ruina, Cassian Rostov —escupió sangre de su boca. Los policías a cargo de él siguieron mis órdenes de recordarle su estadía en la cárcel—. Ella morirá.

—¿Escuchaste algo, Tony? —Tony estaba a mi lado, siempre como mi sombra.

—No, señor, no escuché nada. Debe ser el viento hablando solo.

—Azriel, Azriel Rostov. Debo reconocer que fuiste muy estúpido al engañarme, pero te doy los méritos: lo lograste y me hiciste un favor.

—¿Llamas favor a dejarla embarazada?

—Por supuesto, la he dejado embarazada y nadie la mirará porque, como haré contigo, les arrancaré los ojos.

—Que lindo ¿Quieres que te felicite por qué ese bastardo la mataran?

Expuse el humo de mi habano en su cara y saqué unas pinzas. Tony se sometió a mi orden, y agarró su mano extendiéndola hacia mi.

—Son dos—adquiero un dedo, y el sonido del hueso rompiéndose me contenta—No son bastardos—quiebro otro dedo y el, grita—Son mis hijos. Mis herederos, esos que continuarán con el apellido Rostov.

—Serán unos malditos—se quejó de dolor—Si tenías miedo, con uno que serán dos.

—Te morirás cuando mis hijos nazcan—tome otro dedo—No maté a mi madre. No le pedí nacer, le agradezco que al menos ella me amo y me dejó vivir.

—Te odio por eso—soltó veneno—Te detesto porque ella te eligió a ti. Encima del amor que decía tenerme.

—No fue mi culpa. Sin embargo me hiciste vivir en un infierno—lo dejé. Mis manos estaban manchadas de su sangre.—Cuidaré y amaré a mis hijos no importa lo que pase.

—No lo harás—aseguró—No dejarás de ser, el demonio que nadie quiere cerca.

—Yo daría la vida por mi mujer y mis hijos. Entendí que después de tanto sufrimiento merezco la oportunidad de amar y ser amado.

—Nadie te ama Cassian Rostov—se rio—Nadie escúchame tu—sus palabras se estacan cuando la navaja perfora el dorso de su mano.

—Me ama mi mujer—clave la hoja más a fondo—Me amaran mis hijos. ¿Sabes porqué?

El no me miro, se negaba a llorar. Tony lo acogió de la cara y le ordeno mirarme.

—Porque seré un buen, padre estaré en cada uno de sus cumpleaños. Su primera palabra, sus primeros pasos todo. Porque yo, Cassian Rostov, soy mejor que tú y siempre lo he sido.

—Lo perderás todo Cassian Rostov lo harás.

—Eso tú no lo verás Azriel... Marco—llame al policía y se arrimó.

—Dígame señor Rostov.

—Mi padre no necesita dos ojos para ver mejor—lo miré siniestro—Con uno es suficiente y córtale la lengua. Últimamente la tiene muy afilada.

—Como dicte señor Rostov.

—¿Porque no lo haces tú cobarde de mierda?

—Mi mujer me está esperando, es a la única a la cual me le arrodillo. No te preocupes papá, volveré pronto. Espero que cuando regrese ya no haya más que decir, aunque lo dudo. Ya no contarás con una lengua para destilar tu veneno.