Cassian
Mavie se removió, sosteniéndose a mi cintura. Me fue imposible salirme de la cama. Esperaría unos minutos más hasta que ella se durmiera completamente. Tendría que dormir a mi mujer antes de irme, y eso haré.
—Señor Rostov, la señorita Alexandra ha cambiado el rumbo.
—Encuéntrala, Tony. Esa mujer se atrevió a amenazar a mi mujer, bajo tus propios ojos. ¿Qué estabas haciendo, carajo? —susurré bajito para no despertar a Mavie.
—Señor, fue un descuido mío. No volverá a pasar, lo juro.
—Otro error, Tony. Solo otro error, y me pagas con tu vida. Busca a esa mujer o yo mismo lo haré a mi manera. —cerré, molesto.
—Qué demandante es el señor Rostov —soltó una sonrisa.
—Así que no estás durmiendo, pequeña malcriada.
—Me es imposible dormir contigo ladrando órdenes no sé a quién.
—Se lo que quieres vida—la cojo de la mano, dándole un beso—Voy a complacer date la vuelta.
—¿Vamos a follar ahora? Pensé que...
—¿Qué no iba a complacer a mi mujer?—la saque debajo de las sabanas—Solo te estaba dando tiempo para descansar, pequeña vamos a jugar.
Llevaba una bata de dormir. Se la destrocé rompiéndola, en trocitos.
—Eres un salvaje.
—Soy peor que Tarzan—succioné su cuello—Manos detrás de la espalda, vida te la voy a meter por detrás.
—¿Por detrás?
—Quiero follar tú culo, pero hoy no será—acaricio sus pechos—Te follare en cuatro.
—He visto esa pose.
—¿Dónde la viste—inquirí latoso.
—En internet. Las poses del Kamasutra.
—Pequeña, traviesa. ¿Has estado viendo pornografia?
—No, solo tenía curiosidad.
—Espero que te haya gustado la sesenta y nueve.—metí mi pulgar, en su boca; y ella chupó—Pienso follarte en varias poses. Pero esa, será nuestra favorita.
Conduje mi boca hasta sus tetas y comienzo a devorarlas. Ella jadea, procurando tocarme. Más se lo impido empuñando sus muñecas.
—Vamos a jugar vida. Te enseñaré que bien, sabes complacer a tu hombre.—Tomé unas esposas de la mesita de noche. La coloqué en la cama. —No tires de las esposas o te lastimarás.
Ella se queda callada, y lo que provoca es, que le azote el trasero vertiendo un color rojizo en sus preciosas nalgas.
—¿No te escuché Mavie?
—Si—gritó—Entendí señor.
—¿Señor que?—la azote nuevamente—No te oigo vida.
—Señor Rostov.
—Así me gusta, puedes correrte mi amor.
Su cara quedó entre las sábanas. Alcé su trasero hacia arriba. Me acomodé en medio de su culo y arqueo su espalda, tan pronto como desabroche mi pantalón. Desenfundé mi pene tieso lo bajé de manera descendente, masturbandome con ella en cuatro. "Joder" Tomaría una foto metal, de lo bien que se ve mi mujer en esta posición.
Alcance sus muñecas y las até con las esposas. Ella no se movió, ni tiró de ellas conduciéndome a seguir. Recogí su melena castaña, en mis manos envolviéndolas en derredor de mi brazo. Jalé hacia atrás, resuello incita; manipulo sus nalgas castigándolas suscitando. Localicé mi polla en su vagina, de un solo embate residía dentro de ella. Gimo sonoro y comienzo a penetrarla por detrás; tiré de su cabello.
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"El Abogado de la Mafia" { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨✅}
RomanceQuizás te habían dicho que es un abogado novato, pero no es verdad. Es el diablo en persona: ruso, millonario, codiciado, peligroso y sin escrúpulos. Así se describe Cassian Rostov, un abogado de la mafia. Las leyes del abogado perderán su rigidez c...