Quizás te habían dicho que es un abogado novato, pero no es verdad. Es el diablo en persona: ruso, millonario, codiciado, peligroso y sin escrúpulos. Así se describe Cassian Rostov, un abogado de la mafia. Las leyes del abogado perderán su rigidez c...
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Era el cumpleaños del hijo de Laury, y nos encontrábamos en Londres disfrutando de unas mini vacaciones. Las niñas jugaban con Logan y Lucas, el hijo de mi amiga que es también mi hermanito. Respecto a mi esposo, ha logrado su objetivo: me ha dejado embarazada. Tengo seis meses y, esta vez, es uno solo y es un niño.
Tony y su esposa también vinieron con nosotros. Cassian sigue teniendo celos del pequeño Lucas y lo aleja de las niñas cada vez que puede. No importaba cuánto tiempo pasara, su actitud protectora y posesiva con nuestras hijas seguía siendo la misma.
—Cassian, mira a las niñas, se divierten tanto con Logan.—Mi esposo me rodeó con su brazo, acariciando suavemente mi vientre.
—Sí, pero recuerda que seré aún más celoso con nuestro hijo —acarició de arriba abajo—El me ayudará alejar los hombres de su madre, y sus hermanas.
—Qué posesivos serán los dos—ríe apoyándome en el—. Y seguro que nuestras hijas serán sobreprotectoras con su hermanito.
Laury se acercó a nosotros con una sonrisa.
—Mavie, estás radiante. ¿Cómo te sientes?
—Mejor que nunca, aunque esta vez Cassian no puede renegociar el contrato de tener más hijos —le guiñe un ojo a mi esposo.
Cassian rió y besó mi frente.
—Veremos sobre eso.
Roxan se unió a la conversación, plantando un beso en la mejilla de su esposa, Laury.
—Mis nietas son bellas —dijo orgulloso.—Identificas a su abuelo.
—Ni en tus peores pesadillas.—replicó—Dudaba que procrearas hijos, pero acepté la posibilidad.
—¡Cassian! —exclamé, golpeándole ligeramente el brazo.
—No te preocupes, hija. Conozco a Cassian desde hace años, y sé cómo es.
—No me conoces; solo sabes lo que quiero que sepas.
—Idiota.
—Pelele.
—¡Basta!—intervine—Parecen niños.
Las niñas vinieron corriendo, tomadas de las manos de Logan y Lucas.
—¡Papá, nos vamos a casar con ellos! —dijeron al unísono, señalando a los niños con orgullo.
Cassian estalló de celos, su expresión se endureció y sus ojos se oscurecieron.
—¿Qué? ¡No, eso no va a pasar! —exclamó, mirando a Lucas y Logan con una magnitud que hizo que los niños dieran un paso atrás.
—Cassian, cálmate —puse una mano en su brazo—. Son solo niños.
