"Una galaria de arte"

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Mavie

Me hice un moño alto, dejando dos mechones sueltos al frente. Me puse un poco de perfume y me miré al espejo. Llevaba un vestido negro largo con una apertura en el muslo derecho y un escote muy provocativo. Espero que Cassian no se moleste; mi novio es muy celoso. Me gusta decir "mi novio" porque, sí, es mi novio. Agarré el móvil y llamé a mi amiga Laury, que me había llamado antes y no pude comunicarme con ella.

—Mavie, ¿cómo estás? No pude comunicarme contigo después de la competencia de arte. ¿Todo bien?

—Sí, Laury, gracias. He estado algo ocupada, pero todo bien —mentí.

—Me gustaría vernos. ¿Crees que puedas?

—Por supuesto, pon el día.

—¿Qué te parece mañana? Vamos por un helado.

—Está bien, amiga.

La llamada finalizó, y me centré en el espejo nuevamente cuando el reflejo de Cassian apareció. Llevaba un esmoquin negro con un moño; estaba muy apuesto. Su cabello negro y el perfume Clive Christian inundaban mis fosas nasales. Este hombre me tenía mal.

—Tendré que arrancar muchos ojos hoy —posó una mano en mi cadera, y la apretó besando mi cuello.

—¿No te molesta que me ponga este vestido? —le pregunté.

—Para nada, pequeña. Jamás te voy a prohibir algo, y mucho menos cómo vistes. Eres libre, pero mía.

—Eres un celoso.

—Y tú eres mía.

—Hueles delicioso—desvíe el tema.

—Lo mejor para mi mujer.

Amaba cuando decía "Su mujer" Las mariposas en mi estómago, no pasaban desapercibidas. Cassian me gusta demasiado, más de lo que podría admitir.

—¿A donde iremos Cassian?

—Es una sorpresa.

—Me gustan mucho las sorpresas—revelé como niña pequeña.

—Yo vivo para complacerte, vida mía —verbalizó, girándome hacia él. Sus labios tocaron los míos—. Pídeme el mundo, y te lo daré.

—¿Y si te pido un beso? —articuló seductora.

—No tienes que pedirme un beso, soy tuyo. Haz conmigo lo que quieras.

—¿Puedo manosearte?

—De pies a cabeza.

Sus labios tocaron los míos, y me dejé guiar por sus manos sobre mi cuerpo. Me tomó de la nuca, profundizando aún más el beso; su agarre me descontroló. Mordió mis labios con ansia, intenté llevarle el ritmo pero con Cassian era imposible cuando de placer se trataba.

—Vamos, o no llegaremos a ningún lado—jadea.

—Muy intenso señor Rostov—intento recuperar el aire.

—Abandonemos este departamento. Antes de que me arrepienta—me ofreció su brazo, y lo tome con una sonrisa.

—Guíeme señor.

—Toda una vida, pequeña.

"Galería de arte"

El trayecto fue silencioso; no sabía a dónde íbamos y mi novio no me daba detalle alguno. Confiaba en él, así que la desconfianza no tenía cabida en nuestra relación. Sostuve su brazo con más fuerza, nerviosa. Nos detuvimos, el lugar me sorprendió. Cassian bajó del auto antes de que pudiera hablar y me ofreció su brazo.

"El Abogado de la Mafia" { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨✅}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora