"Gemelas Rostov"

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{Unos meses después}

Mavie

La felicidad al fin había tocado nuestra puerta. Han pasado tres meses desde que Cassian y yo nos casamos. Vivimos en la casa en el bosque, muy felices y esperando a nuestras hijas. Sí, me he realizado una ecografía y son niñas, mis gemelas. Roxan y Laury están en Londres. Papá ha tenido que viajar y ella lo ha acompañado; dice que no le dejará su hombre a nadie.

Cassian está más atento a mí, no se me despega ni un segundo. Me hace el amor todas las mañanas y siempre me complace en mis antojos.

Meses atrás....

Mi esposo, visiblemente inquieto, permanecía a mi lado mientras la doctora iniciaba la ecografía. Sentía su mano ligeramente crispada sobre la mía, su pulgar trazando círculos lentos, casi inconscientes, sus ojos se fijaban en la pantalla, absorto en cada movimiento.

El silencio en la sala era solo interrumpido por el leve zumbido del aparato, y ambos conteníamos la respiración, expectantes. La doctora, señaló un punto en la imagen y nos miró.

—Aquí están. Ya se pueden saber los sexos de los bebés.

—¿Qué son, doctora? —preguntó mi esposo, ansioso.

—Son niñas, señor Rostov. Felicidades, serán dos hermosas niñas.

Como lo predijo la señora de mis sueños, estoy esperando dos niñas: las gemelas Rostov.

—¿Has escuchado, amor? Son niñas, nuestras pequeñas Rostov.

—¡Niñas! Te amo, mujer —me besó—. Las amo.

Actualidad...

Mi esposo no estaba en casa; se encontraba en su trabajo, eso no quiere decir que esté sola. Tony siempre se mantenía a mi cuidado, junto a mis fieles amigos Furia e Ira. Llevaba unos shorts cortos y una blusa blanca. Todas las tardes venía a jugar con los leopardos. La jaula era muy grande, con acceso al bosque, árboles, flores y un pequeño río. Cassian la tenía bien preparada y con mucha seguridad.

Una vez dentro de la jaula, Furia e Ira se me acercaron jugueteando con mis piernas.

—Hola, lindos bebés. Mamá ha llegado —me senté cerca de un árbol y ellos vinieron detrás de mí—. He traído fresas.

Los leopardos me rodearon protectores. Furia, la hembra, también está en estado de gestión. Cuida de mis hijas desde mi vientre y no permite que nadie me toque, nadie excepto Cassian.

Metía una que otra fresa en mi boca mientras acariciaba el vientre de Furia, que ya tiene dos meses de preñada

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Metía una que otra fresa en mi boca mientras acariciaba el vientre de Furia, que ya tiene dos meses de preñada. Ira no perdía el tiempo, era igual que Cassian: no se apartaba de mí.

—¿Quién es la preñada más linda? ¿Quién es? —frotaba su barriga—. Tú lo eres,​ cariño tú.

—¡Rooooooaaar!—rugió ella.

"El Abogado de la Mafia" { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨✅}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora