Cassian
No sé cómo llegamos a este punto, pero no puedo negar que me atrae más de lo que debería. Ella me miraba nerviosa, mordiéndose el labio inferior. Retrocedió sobre la cama y se acostó, mientras la devoraba con la mirada y avanzaba hacia ella.
—Juegas con fuego vida.
—Me gusta quemarme.
—Pienso consumirte.
—¿Eres mío también?
— Tú mía, y yo todo tuyo, pequeña.
—No más mujeres—dejó claro—Solo yo.
—Nadie más que tú mi mujer. Ahora acuéstate y abre las piernas.
Abrió sus piernas de par en par. No llevaba sostén, pero si bragas. Sus pequeñas tetas, encajaban perfectamente en las palmas de mis manos. Quería probarla a toda ella, pero me tomaría mi tiempo y todo mi puto autocontrol para lograrlo. Me situé en medio de sus piernas; ella me miraba anhelante y deseosa.
—¿Quieres esto pequeña?—pregunte una vez, que iniciará no me detendría.
—Te quiero a ti—se mordió el labio inquieta.
—Por supuesto que a mí, vida mía, y solo a mi.
Sin dejarla asimilar el placer que se vendría sobre ella. Lamí el pezon derecho, y con fuerza apreté el otro. "Joder" Sus tetas se ajustaban implacablemente en mi boca Mavie jadeó acto continuo, oprimí más de prisa su pezon. Era un maldito desauciado, en cuanto a sexo se trataba sus gemidos no me ayudaban ya que me ponían el pene duro. Fantaseaba con abrirle los glúteos y remeter contra ella sin tregua alguna.
—Cassian—musitó de placer—Por favor.
Diablos. Diablos. Sentía que me corría con solo escuchar su voz, suplicándome que siga. ¿Y quien era yo, para no complacer a mi mujer?
—Vida mía, si sigues así. No llegarás virgen a ningún lado.
—Quiero más—jadea.
—Te daré todo lo que quieras pequeña—capturé su boca en otro beso, y ella me correspondió—Pide por tu boca, soy todo tuyo.
—Pruébame...
Me ubiqué entre en el medio de su entrepierna. Las abrí más, ella me dejó y seguí debilitándome con su centro. De un solo tirón, rompí las malditas bragas, no será necesario que las lleve puestas y más cuando, apruebe su coño no habrá poder en esta tierra que me haga dejarlo de disfrutar. Mavie, iba depilada y eso me puso a pensar muchas cosas; pero, aleje esos pensamientos no hay tiempo para pensar. Tenía a mi mujer, abierta de piernas ante mi no necesitaba más.
Me tomé mi tiempo, como todo admirador de la belleza. Ella es una delicia, una adoración y, gloriosamente, mi perdición. Incline mi cabeza hacia su entrada, le di el primer lengüetazo estaba mojada, y sabía que no resistiría mucho antes de que el orgasmo la tomara por completo. Ella arqueó la espalda y aún no comenzaba, con mi tortura en su carnal, sus paredes se contrajeron de este o este introduje mi lengua, más a fondo mierda, ella era, ella es; el puto edén.
Intento cerrar sus piernas más no se lo permití. Los movimientos, de mi lengua ahora eran más rápidos, más sincronizados ella sabía jodidamente bien, y no quería alejar mi lengua de centro palpitante. Volvió a elevar su cuerpo sobre el colchón, sus puños agarraron con fuerza las sábanas. Tenía los labios, entreabiertos una exquisita imagen que llevaría conmigo toda la vida.
"Cassian, Cassian estás perdido"
—Cassian... mmm... Me voy a...
—Vida mía, no te resistas dámelo todo.—solicitó.
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"El Abogado de la Mafia" { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨✅}
RomanceQuizás te habían dicho que es un abogado novato, pero no es verdad. Es el diablo en persona: ruso, millonario, codiciado, peligroso y sin escrúpulos. Así se describe Cassian Rostov, un abogado de la mafia. Las leyes del abogado perderán su rigidez c...