Cassian
Me aproximo a ella un poco más cuando ella me está curando el brazo. Quiero tocarla, no me lo permite y se aleja; solo pongo cara seria, como niño berrinchudo que no consigue lo que quiere.
—Déjame tocarte.—insisto.
—No —me manotea—. Estate quieto, déjame curarte ese brazo.
—Soy un hombre desdichado y sin mujer.
—¿No eres tú quien dice "eres mía, mi mujer, solo mía"?
—Sí, lo digo, pero ahora me tienes a dieta y sin plan de alimentación.
—Aún te lo mereces.
—Siempre y cuando estés a mi lado, no me importa esperarte toda una vida.
—No lo dejaré, señor Rostov —besó mi hombro—. Listo.
—Bésame a mí, no a mi hombro.
—Me gustan tus tatuajes, tienes demasiados. ¿Cuántos son?
—Son incontables, pequeña. En mi brazo izquierdo tengo tatuada la cara de un leopardo, en mi pecho una mariposa, un águila, un ancla, una serpiente y muchos más, de los que mi dolor no podría expresar cada uno con una historia a través de la tinta. Los dos leopardos en mi espalda... no sabía por dónde comenzar. Son todos recuerdos y...
Colocó un dedo en mis labios callándome.
—No sigas, sé que es doloroso, ya no vas a sufrir más —llevó mi mano hacia su vientre—. Te amo, ellos también te amarán, mi amor.
Mis ojos se agrandaron al escuchar un "te amo" de sus labios.
—¿Me amas?
—Lo amo mucho, señor Rostov.
Situé una mano en su nuca y la traje hacia mi boca besándola. Se apartó buscando respirar, juntamos nuestras frentes.
—Yo te amo, Mavie. En esta vida y en la siguiente, te amaré. Joder, siempre te amaré.
—Esta noche está muy romántico —se rió sobre mis labios—, señor.
—Mi mujer me ha dicho que me ama, es algo que debo alabar.
—Sabías que te amo, solo no te lo dije porque estaba enojada.
—¿Ya no lo estás?
—Mmm. Un poco.
—Cásate conmigo, pequeña. Sé mi señora Rostov.
—Lo pensaré.
—Es un no.
—Quizás.
—Lo tomaré como otro castigo hacia mí —la besé—. Serás mi esposa.
—¿Algo más que deba conocer?
—Compraré una casa para nosotros.
—No crees que vas muy rápido.
—Ya te embaracé, ¿qué más rápido pude ir?
—Cassian, esto es en serio, no puedes andar por ahí proponiendo matrimonio solo porque estoy embarazada.
—No es un secreto que te dije antes de embarazarte que me quiero casar contigo, Mavie.
Se quedó callada, sabe que digo la verdad.
—Te amo —seguí—. Te amo, y me quiero casar contigo, pequeña. Eres mía.
—Aún te haré sufrir.
—Todo lo que quieras, pero cásate conmigo.
—Duerme —se paró de la cama, pero la detuve por un brazo—. ¿Qué pasa?
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"El Abogado de la Mafia" { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨✅}
Roman d'amourQuizás te habían dicho que es un abogado novato, pero no es verdad. Es el diablo en persona: ruso, millonario, codiciado, peligroso y sin escrúpulos. Así se describe Cassian Rostov, un abogado de la mafia. Las leyes del abogado perderán su rigidez c...