Capítulo 1

506 36 0
                                        

Egeo:

Mamá está en el suelo destrozada, tratando de tranquilizar a mi hermano que me sujeta fuerte la mano.

-Rudalf por favor no te lo lleves, es mi hijo, no los separes, no pueden estar sin el otro-el llanto de mi hermano se intensifica al comprender que no podrá venir conmigo.

-Ida no seas patética, es mi hijo y me lo llevo conmigo-mi padre es un hombre frio. Nunca se ha fijado en mi hermano, nunca se le ha acercado, aunque en silencio lo agradezco, no quisiera que sufriera mis males.

- ¡Si lo olvidas, tienes dos hijos! Apenas tienen 5 años Rudalf, son gemelos, son uno-mi padre suelta una sonora carcajada burlona.

- ¿Acaso eres siega? Solo tengo un hijo, Egeo. Ni tú, ni nadie impedirá que me lo lleve-mi corazón se rompe cuando Azov mi hermanito pequeño me abraza llorando ¿Cómo evito que sufra? ¿Cómo?

-No sé qué le hiciste a mi bebé -mamá me mira destrozada y luego se dirige a mi padre-no sé qué le prometiste a mi familia, pero recuerda que en este mundo la traición se paga con sangre.

A mi padre no le importa la amenaza. Simplemente me toma en brazos, separándome bruscamente de mi hermano y tirando a un lado a madre sin mirar atrás.

El recuerdo se esfuma rápidamente de mi mente, esa fue la última vez que había visto a mi hermano, hasta hace aproximadamente una semana. Estaba rastreando un grupo perteneciente a la mafia italiana y me encontré con él en un club.

Lo reconocí de inmediato, el también a mí. Si nos vean por separado parecemos dos hombres completamente distintos, pero juntos, nuestros rostros son como dos gotas de agua. Solo que su cabello es chocolate lacio como el de madre y ojos miel. En cabio mi cabello es dorado, rizado y ojos color hielo, un azul frio extremadamente pálidos, por el estúpido experimento al que pertenezco y por ese mismo experimento fuimos separados.

-Debes parar con esta locura-grita mi mejor amigo Niklaus -te está pidiendo que te hagas pasar por él, no te ha dicho el porqué, para que, ni con quien-sé que tiene razón.

- ¡Es mi hermano! -es el único argumento coherente que puedo darle para seguir adelante con esto. Niega.

-Joder eres un general de la fuerza de inteligencia alemana ¿Recuerdas porque continuamos en toda esta locura? -respiro fuerte. No puedo perder los estribos, me recuerdo a mí mismo.

- ¿Tu no recuerdas quién soy? -mi tono es filoso, a pesar de ser mi único amigo, al único ser que considero familia.

-Egeo eres más que mi amigo y por eso te lo digo, los italianos te están rastreando, el nuevo líder no conoce tu rostro, Rudolf se encargó que todo aquel que lo hiciese este bajo tierra, incluyendo tu madre. No solo te estás poniendo en peligro a ti, también a él, tú padre lo matará-resoplo agotado, deseando matar a la escoria de mi padre, como lo hace él con cada suspiro de vida que tengo.

-Klaus siento que se lo debo, le he quitado todo, él solo me está pidiendo un favor, serán tres días, me haré pasar por él solo tres días, la mafia italiana no se percatará.

-Te has puesto a pensar que en esos tres días tu padre puede encontrar un nuevo prospecto, otra mujer embarazada para realizar sus jodidos experimentos, dos vidas que no salvaremos. Para eso estamos aquí, para evitar que el proyecto MARES siga adelante, para que no nazca otro éxito. Un sujeto C -joder en ocasiones su persistencia me incita a matarlo.
-Se que en este momento tiene unas inmensas ganas de retorcerme el cuello-ambos reímos-pero sabes que tengo razón.

-Por eso te dejaré al frente, tomarás todas las decisiones junto a Chema, sin consultarme nada-me interrumpe.

-Si vas, yo voy, sabes que no está en discusión-me esperaba esa respuesta.

Egeo (Mares)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora