Azov:
El hombre que tengo dentro del comando acaba de explotar los servidores, tendrán que venir arreglarlos manualmente y sin las medidas de seguridad se nos ha hecho bastante fácil entrar.
Tengo que recuperar a mi mujer a como dé lugar, no me importan las consecuencias. Ya estoy lo suficientemente involucrado en toda esta mierda para que me importen un par de cadáveres más.
Veo a los tres chicos acercándose, sabía que no dejarían solo a Derek por lo que tengo tres en lugar de uno. El plan era que Mikalay me la entregara para salvarle la vida a sus amigos, pero cuando llegué me informaron que Egeo había partido con mi mujer y dos tropas de ataques a una misión confidencial.
Todavía me hierve la sangre de solo imaginar de que Egeo la tenga tan cerca como me ha dicho mi informante. Lo voy a matar, voy a destriparlo, órgano por órgano.
Nunca me imaginé que él sería el hombre que tenía que cazar para la organización. El hombre que me daría la libertad para que pudiera volver con Antonella, para cuidarla y amarla como había prometido, como se merece.
Me importa poco que sea mi hermano, Antonella es mi vida entera, incluso si la organización me pidiera que tengo que entregar a mi propia madre para que me libere y tener una vida normal, lo haría, haría cualquier cosa por ella.
-Objetivo en la mira-informa mi cuñado el cual es un político perfecto para el mundo legal, pero que para el de nosotros es el mejor francotirador. El único que lo supera es mi hermano y porque no necesita precisamente una mirilla para dar en el blanco, es un monstruo, un experimento, un error que debemos remediar.
En cuestiones de segundos Rafaello tiene a los tres hombres en piso, sedados y listos para el interrogatorio.
En cuanto levantamos a los hombres y los sacamos de las ballas las alarmas y luces rojas se disparan. Al parecer Derek y Faber son mejores de lo que pensamos y pudieron reparar parte del sistema de seguridad.
Nos apresuramos a llegar al helicóptero y en cuestiones de segundos estamos siendo asediados por una nube de balas y perseguidos por algunos helicópteros a los cuales perdemos cuando no camuflamos entre los otros que teníamos preparados por si algo salía mal.
Cacheteo la cara de Mikalay para que se despierte, su pupila esta dilatada y desorientada por el calmante, tira de las cadenas de sus brazos de inmediato.- ¿Sabes? no me gusta macharme de sangre-mira a su alrededor viendo a sus dos amigos en su misma situación.
Están dentro de una bañera de metal cubierta de cubos de hielos atados con cadenas, con agujas de corrientes en sus manos y torso.
-Algunos dicen que esta tortura es mucho más cruel que arrancar uñas y cortar dedos.
Activo rápidamente el sistema de sus amigos dándole una pequeña demostración, una pequeña que los hace despertar de inmediato gritando.-Ho pero que maricas, solo han sido 5 miliamperios, al estar mojados, como están-los séñalo de pies a cabeza-cuando llegue a los 100 con suerte 150 voltios morirán.
El hermano de Niklaus suelta una carcajada y su amigo Faber habla.
-Nada de lo que nos haga será peor de lo que nos ha hecho Egeo ¿Sabes que nos prepara para este tipo de situaciones? Hemos pasado por todo tipo de torturas, no las implementa él, tú no eres mejor que el-ahora son los tres los que se ríen.
Subo los volteos, pero esta vez no se sorprenden, no están sedados, tienen la guardia en alto, su resistencia es superior.
Se que lo que dicen es cierto, mi hermano entrena personalmente a sus soldados y solo si son lo suficientemente fuertes y capaces obtienen grados y estos tres son capitanes.
-Solo tienen que decirme donde está mi mujer-vuelven a reírse.-Mejor mátanos, por nada en el mundo te diré dónde está Antonella-dice uno de ellos sacándome de quicio enviándole toda mi frustración.
A mi mente llegan recuerdos, recuerdos de la primera vez que la vi. Bailaba, bailaba rodeada de bailarinas que podrían doblarle la edad, solo tenía 16 años. Me intrigó su belleza e inocencia.
Era mi última misión para tomar el control de la mafia, tenía que buscar un punto débil al político más fuerte e influyente de Italia, ya que teníamos que tenerlo de nuestro lado. El que todos querían como presidente, pero que él se negaba a hacer debido a su familia.Ella era su único punto flojo, por lo que tuve que estudiarla. Me alimenté de su luz durante dos años, asiéndome desear ser mejor persona, mientras más la conocía más la deseaba hasta que comprendí que me había enamorado.
Esperé a que fuera mayor para acercarme y chantajee a su padre haciéndole saber que me la entregaba o la mataba, luchó, pero yo le gustaba a Antonella y aceptó mi propuesta de matrimonio.Ella no sabe que su padre realmente no me la vendió. Antonello no necesitaba mi ayuda para ganar la presidencia, ese hombre la adora, también lo hace su hermano. La única que no vale la pena es su madre Mariella, esa maldita arpía morirá en mis manos.
Cuando mi abuelo comprendió que me había enamorado y que ya no quería el liderazgo de la mafia me propuso un trato, tenía que entregarle un proyecto, el proyecto MARES y sería libre. Nadie nos perseguiría, podría tener una vida completa con Antonella, por eso siempre estoy fuera, mientras más rápido cumpla con mi misión, más rápido podré darle todo lo que deseo.
Esos dos hombres y yo tenemos una misión y es recuperar a la misma mujer y por eso en este momento ellos están conmigo, por primera vez Antonello y Rafaello Fregoso están de acuerdo con lo que hago, con mi mundo.
Solo tenemos que entregar a Egeo, recuperaremos nuestra libertad y podremos empezar una nueva vida los cuatro y la mujer de Rafaello.
-Habla -le exijo al hermano de Niklaus-habla, es tu última oportunidad o cargaras el peso de la muerte de tu amigo.
-Hablan y les aseguro que seré yo quien termine con su misión-el chico tiene una mirada demandante y segura mientras que las de sus amigos es resignada- no me hagan morir como un cobrado-no lo dejo seguir hablando.
Subo el nivel de corriente, enviando toda mi frustración. El chico comienza a convulsionar en el lugar.-Hablen-nada, no dicen nada con una mirada resignada.
Joder tengo que recuperarla-Ultima oportunidad-nada.
Cuando su cuerpo comienza a desprender humo sé que está muerto, que le he matado. Luego de 4 años sin hacerlo. Cuando la conocí prometí no hacerlo, no podía matar inocentes, sus preciosos ojos siempre aparecían en mi mente, pero ahora no la tengo y es que por ella haría cualquier cosa, tengo que recuperarla.
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Egeo (Mares)
RomanceLa desconfianza y secretos de mi marido me llevaron a los brazos de alguien más. No cualquier hombre, sino su hermano gemelo. Egeo Mansfeld una pesadilla disfrazada en vivos colores y ojos color hielo. Una mariposa que engaña con vibrantes colores o...