Capítulo 28

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Antonella:

Daian se las ingenió para que pudiese entrar en uno de los aviones, él vuelo es hasta Turquía, exactamente hasta el estrecho de Dardanelos y de ahí en barco, donde comienza el verdadero propósito de la misión, esperando el cargamento en el Mar Negro.

Un hombre al que Daian pago una fuete suma me ayudó a embarcar. Estoy escondida en unas de las puertas de la sala de máquinas del barco principal, creo que en las de las calderas. Hay bastante calor, estoy un poco mareada y con nauseas, sé que es debido a la trasfusión.

En el puerto había tres barcos y me extrañó, según Daian es porque la artillería son los submarinos. Son los que se encargarán de rescatar y retrasar los barcos que llevan a las personas.

Después de unos 20 minutos el barco comienza a moverse y siento un murmullo y la voz de Egeo a través de un boquitoqui asegurando que está todo listo, con el encargando que se llama Miguel. Suspiro aliviada, funcionó, funcionó sino ya estaría aquí sacándome a rastras.

No sé cuánto tiempo llevamos esperando horas talvez, pero siento ruido, mucho ruido, por lo que decido que ya es hora de subir a cubierta, me escabullo sin que Miguel y otros marineros lo noten, están nerviosos y esperando órdenes.

Subo rápido las escaleras, el barco es grande. Hay armas, municiones, es como si estuviésemos en una jodida guerra. Aunque eso me tuvo que haber quedado claro en cuanto lo vi, es un buque militar ¿Que esperaba encontrar, flores? No, no lo creo.

Joder, es un puto caos, estamos rodeados, no solos de rusos, joder, hay buques con banderas italianos. ¿Como carajos se enteraron los italianos de esta misión? Es una trampa, nos estaban esperando. Egeo tiene razón hay traidores en el comando.

Doy vueltas desorientada viendo el desastre que me rodea, hay soldados muertos en toda la cubierta. Una explosión me sobresalta, es uno de los buques italianos y veo a Egeo.

El corazón se me oprime está cubierto de sangre, su cabello dorado es color carmín, está rodeado de hombres, la crueldad en su rostro es cruda, con ese deje perverso que lo caracteriza.

Está expuesto, no lleva el pasamontañas, tampoco cháquelo y prácticamente desarmado, le harán daño.

Un pequeño grito se me escapa cuando veo como le clava un puñal en el cuello a uno de esos hombres, la sangre le salpica el rostro, el brillo salvaje de su mirada lo lleva a tomar del cuello a otro de ellos. Lo levanta en peso con una mano y aprieta tan fuerte que en cuestiones de segundo el tono de piel se vuelve morado y sangre comienza a brotar por las manos enguantada de Egeo, como si estuviese desprendiendo su cabeza de su cuerpo.Literalmente es lo que está haciendo.

Y como si de gravedad se tratase deja caer el cuerpo del hombre con su cuello destrozado, sus ojos se conectan con los míos y terror se dibuja en su rosto. Porque no confía, nada que haga puede asustarme, siquiera esto, le amo.

Siento un tirón, me toman del cabello, me tambaleo y una explosión suena de fondo.

-Encantado de volverte a verte pequeña- acento ruso. Eriks Sokolova el líder de la Bratva, tira fuete, siento el ardor en el cráneo por su fuerte agarre.

-Suéltala-una voz conocida, sorprendiéndome ¿Cómo lo hizo, ¿Cómo llegó tan rápido? No es humano. Me recuerdo a mí misma.

-Tu padre se enfadará, sujeto A-me hierbe la sangre, así lo ven, así lo ve todo el puto proyecto MARES y él es más que eso, más que una letra, él es mi mundo.

Le doy un codazo en el abdomen tratando de correr hacia el hombre que amo, pero soy detenida nuevamente por el cabello siendo lanzada a un lado, mi cabeza estalla cuando choco con una de las compuesta abiertas del lanza mísiles, dejándome inconsciente.

-Tranquila-esa voz tan parecida, pero un tono más sube, también el tacto.

- Azov-medio le sonrío, mi vista esta nublada, con un pitido constante en mi cabeza. De algo si estoy contenta, está bien. Sabía que estaría aquí, es el líder de la mafia italiana, tiene que estar aquí.

-Tranquila-me mira tratando de examinar mi herida. Me sobresalto cuando escucho un rugido, un rugido de Egeo.

-Egeo-que no le hagan daño por favor-Egeo.

Llamo nuevamente como si pudiese salvarlo, quiero salvarlo, quiero ver que le está pasando.

- ¡Te pondrás bien! -tono incorrecto, quiero escuchar una voz más grabe, quiero saber que él está bien, sigo oyendo sus gruñidos.

-Egeo-llamo nuevamente-no le hagas daño-le pido a Azov, siento sus manos acariciando mi rostro.

-Todo está bien pequeña-trata de tranquilízame, con ese tono como si fuese una pequeña, su niña pequeña-volverás con tu familia, con nuestra familia.

Quiero negarme, quiero gritarle, pero es que mi garganta se está cerrando, no puedo, no sale palabra. Trato de enfocar la vista, es un borrón, pero logro ver Eriks peleando con alguien y tiene que ser Azov porque ya no siento sus manos a mi alrededor.

-Es mejor que lo dejes-retumba la voz de Egeo y luego un disparo-esto no termina aquí.

-Egeo tenemos que marcharnos-ahora es Lev quien habla. Me toman del suelo y el calor reconfortante del hombre que amo me rodea.

Egeo (Mares)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora