Capítulo 27

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Antonella:

Las chicas continúan mirándome como si estuviese loca. Se pusieron eufóricas cuándo vieron el anillo y les conté de la propuesta de Egeo. Sin entrar en detalles por supuesto, perderían la cabeza con lo de la follada. Las muy traicioneras pusieron el grito en el cielo cuando les dije que quiero meterme en uno de los barcos de la misión de mañana.

-Antonella terminaras muerta, no sabes defenderte, no creo que un Grand Jeté sea tu mejor arma-se altera Olivia provocando que el pequeño Tristán nos mire con preocupación.

-Todo está bien cariño-beso la frente del pequeño que continúa jugando.​

-Escúchanos Antonella- Chiara toma mi rostro entre sus manos-él estará bien.

Ella es la mejor que se lleva con Egeo, le ha permitido entrar en sus laboratorios enseñándole cosas de sus investigaciones, confía en ella. Cuando mi prima habla de él, en sus ojos veo lo mismo que en sus soldados, admiración y respeto.

-Si pierde el control yo soy la única que puede ayudarlo, entiéndanme si le sucede algo...-tomo aire, no sé cómo seguir ocultando lo que siento- yo me muero, no puedo vivir sin él-el silencio reina entre las paredes.

-Le amas-rompe Paula señalando lo obvio, al no responderle niega-estamos jodidas, no sabemos cómo ayudarte.

-Como ocultaremos tu rastro-la interrumpe Chiara -tu aroma, lo detectará a kilómetros.

-Orina de lobo-miramos de inmediato a Olivia, creo que hasta el pequeño Tristán lo entendió porque detuvo su avión en pleno vuelo- ¿Qué? -se encoge de hombros- dicen que es fuerte y confunde el olfato de animales salvajes, sí lo hace con ellos, debe funcionar con Egeo.

-Qué asco-solo de pensarlo se me revuelve el estómago, pero no podemos evitar reírnos-también dime que me revuelque con pescados.

Se escucha una risita a lo lejos, giramos encontrándonos con Daian, el remplazo de Derek y Faber de momento.

- ¿Que es tan graciosos? -le suelto a la defensiva no quiero que nadie me delate.

-Una trasfusión de sangre es más que suficiente-ignora mi pregunta.

-¡Claro!-grita Chiara -su aroma no cambiará, pero si el de su sangre, eso con alguna otra sustancia lo aturdirá lo suficiente. Tendría que concentrarse demasiado y en medio de una persecución es lo menos probable.

- ¿Porque tratas de ayudar? -no me fio.

-Mi hermano es uno de los fracasos tiene 19 años, está en la mira. No han podido llevárselo porque el general no lo perite, pero si le sucede algo no solo mi hermano se verá perjudicado. Sino hijos, sobrinos, muchos familiares de los que estamos aquí y tú eres la única que pude traerlo a la realidad si le da uno de esos episodios. Lo necesitamos centrado, no que busque traidores y amenazas.

Traidores, acaso sospecha que Chema puede estar traicionándolo y por eso estallo contra él.

- ¿Me ayudarías a entrar a unos de los barcos? -asiente.

-Tendrías que realizar el trayecto en la sala de máquinas-lo miro extrañada-El ruido, los olores, todo te ayudará.

Me da mala espina, es como si lo tuviese todo planeado de antemano, pero es mi única y mejor opción.

-Salimos en la madrugada, el general siempre comprueba personalmente todo antes de salir, tenemos esa ventaja-las chicas me miran con las mismas dudas mías, no sabemos si podemos confiar.

-Estará ocupado todo el día, pero de igual forma vendrá a despedirse de Antonella-Chiara tiene razón, podría hacerlo a cualquier hora.

-Vendrá pronto-interviene el chico-tiene que supervisarlo todo. Además, la tropa de Chema es crucial en esta misión, son los especializados en marinería hay que trasladarla en su totalidad. Una vez que balla para el comando, no podrá regresar. Solo vendrá a despedirse de ti y a comprobar que Oscar este en poción y su tropa tenga bien protegida la casa, es decir, a ti.

- ¿Tu irás? -niega

-Junto a Mikalay controlaremos médiate drones las posiciones-así me siento más segura. Mikalay accedió de inmediato ayudar a su hermano. Todos queremos que esto acabe de una vez por todos, destruir a Rudalf Mansfeld es la prioridad.

Se que luego irán por Azov lo que hizo no se quedará así, tiene que pagar por lo que hizo. Yo no estoy de acuerdo con su muerte, con lo que pretenden hacerle. No puedo estar de acuerdo, le quiero, no lo amo, pero le quiero, fue mi enamoramiento juvenil, el primero, no podré olvidarlo jamás.

Algo que no permitiré es que le hagan daño a mi familia. Mi papá y mi hermano son intocables, no importa que, si tengo que utilizar a Egeo lo haré, utilizaré toda mi influencia sobre él si es necesario, pero no tocarán a mi familia.

Una hora después como dijo Daian la seguridad está siendo cambiada. Los capitanes y coroneles están dando órdenes a diestra y siniestra, unos llegan otros se marchan.

Egeo camina hacia mí, con ese porte dominante, seguro y arrogante, todo en él grita peligro y perfección, es hermoso.

Su ropa de combate es de un camuflaje oscuro haciendo que su piel marfileña parezca extremadamente pálida. Sus rizos dorados están sujetos como de costumbre en lo que parece ser una tranza china y esos ojos fríos que me queman como fuego, están fundidos en plata. Lo sé, he aprendido a leerlo, no está en sus 5 sentidos.

Llega a mi abrazándome, el olor a océano me llena y mi mente se queda en blanco sintiendo el calor de su inmenso cuerpo, es una pared de músculos esculpido en granito. En cuestiones de segundos me toma en brazos.

Sus carnosos labios rosados se curvan en una sonrisa mostrándome su perfecta dentadura, mi corazón se acelera, quiero besarlo. Me importa poco que estemos rodeados de personas y como si me leyera el pensamiento une sus labios con los míos. No es el tipo de beso que nos daríamos si estuviésemos solos, pero es perfecto, es lo que necesitaba. Me acurruco en sus brazos impregnándome de su aromo y cierro los ojos, él es mi lugar seguro, mi hogar.

-Volveré pronto-me promete dejando un beso en mi frente.

-Oscar y sus chicos las cuidaran-habla Chema mirando acusadoramente a su esposa.

-Valeria...-José María no deja continuar a Egeo.

-Se queda-la chica lo mira con rabia y sin decir palabra se adentra en la casa. Para mí es mejor que esté enfada, no tendré que dar explicaciones, ella seguramente le informaría a Egeo.

Miro al hombre que me saca el aliento, que no le presta nada de atención a su amigo, sino que deja un beso en mi frente, para luego mirarme a los ojos, con esos ojos claros que me ahogan, sus labios se entreabren susurrándome un te amo.

No consigo despegar mi mirada hasta que lo veo perderse entre la polvareda que dejan los cuatro por cuatro a toda velocidad.

-Debemos darnos prisa-me apremia Chiara. Sé que tiene razón será un proceso lento, por suerte tenemos horas para este procedimiento.

Egeo (Mares)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora