Capítulo 15

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Antonella:

Su rostro se pierde en mi intimidad y la hule. Un escalofrío me recorre el cuerpo cuando levanta mis caderas chupándome el coño sin ningún cuidado, con fuerza, con unas ganas arrolladoras.

Su lengua no deja de entrar y salir, pero cuando estoy a punto de explotar se levanta sonriendo y relamiéndose los labios.

Se desnuda rápidamente. No puede existir un hombre más guapo. Sus mechones dorados cayendo sobre su frente dejando en el olvido el lisado al que lo tuvo que someter para hacerse pasar por Azov.

Ahora entiendo porque dicen que tenía el cabello largo, ocultaba la maraña de rizos más dorados que el trigo que he visto, en contraste con sus ojos color hielo y su piel marfileña, hacen contraer de deseo el interior de cualquier ser humano.

Su mirada fría me analiza como si lo estuviese quemando en una hoguera. Llevo mis manos a su pecho, sintiendo la temperatura de su piel de fuego bajo mis dedos.

Quiero adorar cada centímetro de él, del hombre que solo yo conozco y el que me encendió esta extraña sensación de posesividad, es mío, nadie más que yo puede sentirlo.

Poso mis labios sobre su corazón dejando un beso,conectando su mirada hambrienta con la mía.

- ¡No puedes mirar a nadie como me estas mirando a mí! -exigí, un gruñido animal escapa de sus labios, acariciando mis cuervas de forma posesiva.

- ¡Solo yo puedo estar en tu mente! -ahora es él quien exige- ¡esto es mío! -su mano soba mi coño.

-Tan mojado-su oscuro tono hace que me moje mucho más-eso es chiquilla mójate, empápale las manos a tu hombre, a tu dueño.

No puedo hablar porque sus dedos se hunden en mi coño y sus labios toman los míos hambrientos, enredando su mano libre en mi cabello mientras sus dedos entran y salen de mi intimidad destrozándome.

Enredo mis brazos en su nuca, estoy a punto de desfallecer, el orgasmo se está formando. Es dolorosa esta necesidad que siento por él, porque me de placer, por darle placer.

-Aaaa-no puedo contener el grito cuando sus dedos giran en mi interior, tira de mi labio con fuerza y siento como mis muslos se mojan cuando me lleva al éxtasis.

-Me enloquece probarte-lleva sus dedos a la boca saboreando mis fluidos-tu coño sabe delicioso.

Sus palabras me calientan, explotaré como una cafetera, me tiendo en la cama, abriendo las piernas, ofreciéndomele.

-Lo quiero todo Egeo-muerdo mi labio, su mirada se ensóbrese. Soba su polla dura pasando los dedos por sus pelotas, suspirando como si le doliesen.

-Antonella no-tiro de él, está confundido, desorientado por las sensaciones desconocidas, al igual que yo. Me pongo encima, a horcajadas sobre su estructural cuerpo.

-¡Dios!-mi intimidad rosa la suya y nos estremecemos-no quieres llenarme-gruñe y yo me voy a su oído-encajarte en mi coño-jadeo y marca mis caderas con sus manos-dejarme claro que soy tuya.

- ¡Eres mía! -gruñe sobre mi boca dándome la vuelta, abre bien mis piernas- ¡Solo mía!

La cabeza de su polla abre mi canal

-Oh-me estremezco cundo va entrando- ¡oh dios! eres muy grande.

-Mmmm-gruñe. Sus labios están en los míos besándome descontroladamente, hambriento, aprieta mi trasero levantando mis caderas.

-Voy a romperte el coño chiquilla-tira fuerte de mi labio inferior y luego lo acaricia con la lengua-así nunca olvidará quien es su dueño.

Con esas palabras se entierra, llenándome hasta la empuñadura, dejándome sin aire y con la cabeza dando vueltas.

-Aaa-se me escapa un gritico de sorpresa, dolor y placer combinados. Me siento tan llena, tan jodidamente llena,que no necesita moverse para encontrar los puntos exactos que me llevan al orgasmo,porque ya lo golpeó.

-Joder-gruñe con los dientes apretados- ¿te hice daño? -su voz es temerosa. Niego- Me descontrolé-deja un beso en mi frente- Eres muy estrecha.

Es cierto que duele, está tan dentro que creo que estoy perdiendo la virginidad nuevamente, es demasiado grande y grueso. Está tocando lugares vírgenes, pero estoy tan mojada, porque me encanta tenerlo dentro, duro, caliente y palpitando.

-Solo dame un segundo para adaptarme y luego no te detenga-enredo mis piernas en sus caderas, suspira haciendo estillas la cabecera de cama entre sus dedos, buscando control-Egeo dámelo, te necesito.

-Te voy a romper chiquilla-advierte-me descontrolas.

-Hazme tuya Egeo, te necesito-le ruego-rómpeme, arruíname.

Sale de mí y me quejo por el vacío, me llena nuevamente de una, estirándome.

-Joder me estás estrangulando la polla-sale empujando nuevamente dentro, duro y rápido-qué coño más delicioso chiquilla, di que es mío, di que eres mía.

Mis ojos se ponen en blanco cuando un orgasmo estalla ¿pero qué es esto? Solo se ha movido un par de veces.

-Eres mía, dilo chiquilla-entra y sale rápido, fuerte, duro, una y otra vez.

-Oh Dios mío-no puedo respirar, grito como puedo-más Egeo, no te detengas, más, soy tuya, solo tuya, pero no te detengas.

-Te amo-esas palabras me llevan nuevamente al límite, sus poderosas caderas no se detienen, continúa y continúa penetrándome sin contemplación, cada estocada más demandante, demostrando su necesidad, me lo está dando todo, es placenteramente doloroso.

Sus labios no han dejado los míos, su polla no deja de bombear, dentro, fuera, dentro, fuera, sacándome un cuarto orgasmo cuando se hincha y su semen me llena, choreando fuera de mi entada, mojando mis muslos y nublándome la vista.

Su cuerpo se desploma sobre el mío, su respiración errática en mi cuello, la mía en el suyo, mis manos llegan a su espalda, sale de su escondite mirándome a los ojos.

Los míos se desvían a nuestra unión, aún lo tengo dentro, la vista es espectacular, mí coño palpita, hay una ligera capa de sangre bañándonos, me dijo que rompería y así lo hizo. Levanta mi mentón.

-Tu pequeño coño es mío-demanda, toma la sangre entre sus dedos llevándoselos a la boca-deliciosa-joder y si eso no me puso a vibrar nuevamente, es porque enloquecí de lujuria. Es tan sucio.

-Eres mía-su mano se dirige a mi cuello-joder estoy loco por ti, amor, obsesión, llámalo como quieras, pero eres mía, te voy a follar a cada momento, a cada hora del día, está claro-asiento sumisa tomando sus labios-No podrás escapar de mí-habla sobre ellos- Pídeme lo que quieras y te lo daré, me arrastraré a tus pies si así lo demandas, pero nunca te iras de mi lado-acaricia mi mejilla con ternura-si quieres llamarlo prisión, que así sea, porque tu condena a mi es perpetua.

Y así de fácil lo comprendo todo, Egeo es mi perdición, mi verdugo, mi condena, mi más oscuro y culposo deseo.

Egeo (Mares)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora