Capítulo 36

100 12 0
                                    

Antonella:

Los niños me despertaron ¿porque hoy tienen que despertarse a la 5 de la mañana? Estoy acostumbra por los entrenamientos, pero es que mi cuerpo está agotado. Después de asearlos y ayudarlos a vestir salieron a corretear como de costumbre, solo que esta vez mas emocionados con Marak en la retaguardia.

También debo hacer su rutina. Hoy en la noche nos cambiaremos a otra habitación. Egeo mandó acomodar una para los gemelos, pero por nada en el mundo dormiré con él. Soy débil, si duermo en la misma cama suya, no me aguantaré y me lanzaré sobre él. En el avión apenas puede controlarme, lo extraño y mi cuerpo traicionero lo aclama.

-Ahhh-se me escapa un grito cuando siento que me cargan como un costal de patatas.

Ese trasero apretado en unos jeans. Conozco a la perfección ese lindo trasero, comienzo a golpearlo, joder es puro musculo y ya estoy excitada.

-Bájame-le exijo, pero el muy cobrón suelta una carcajada azotándome el culo.

-Tranquila, tú vida está en mis manos-me estremezco cuando golpea mi coño-oh chiquilla estas empapada. Puedo oler tu excitación-un gemido involuntario se me escapa de los labios provocándole otra riza. 

-No te atrevas...-no puedo continuar mi amenaza cuando soy aventada a la cama que solíamos compartir.

-Nunca te haría nada que no desees-me mira asiéndose el ofendido-solo comprobaré algo.

Abre bien mis piernas, desasiéndose de las bragas. Sin perder el tiempo su rostro se pierde en mi entrepierna, oliendo. Joder que vergüenza, siquiera me he aseado.

-Egeo-digo en un suspiro.

-Extrañaba tanto tu aroma-absorbe más de mi olor y cuando su lengua irrumpe en mi entrada, un gemido necesitado se me escapa, como a él un gruñido de satisfacción-¡Nadie te ha tocado!

Mierda eso es lo que está comprobando. Enloqueció. Este hombre enloqueció.

-Eso no te incube-me gruñe-no gruñas, que no eres perro.

-Claro que no, soy tu esposo-saca su rostro de mi entrepierna y suspiro entre aliviada y frustrada, pero para mí desgracia la cosa no termina ahí. Toma mis manos, colocándolas encima de mi cabeza y las sujeta con una de las suyas.

-Eres tan hermosa- me analiza como hechizo, con esos ojos hielo que me estremecen-aunque con mi polla en la boca te veas aún más linda-enrojezco, mis mejillas arden-ahora...

-Mmmm-gimo cuando uno de sus dedos entra mi canal.

-Eso es apriétame-esta jodidamente loco.

- ¿En verdad estas comprobando si me follé a otro? -conecto mi mirada con la suya.

- ¡No lo hiciste! -me estremezco cuando mete otro de sus dedos. 

-¡Pero tenías que comprobarlo!-descansa su frente en la mía.

-Tenía que comprobarlo, sabes como soy. 

-¡Un obsesivo de mierda!-mi tono deja claro mi enfado.

-Puede, ahora-comienza a mover sus dedos, joder me correré, cuatro putos años sin sexo, sin él, sin su aroma-júramelo, júrame que no permitiste que te tocaran, júramelo, joder, estoy perdiendo la cabeza.

-Lo juro-las palabras salen en un jadeo mientras trato de detener sus dedos.

-Di que eres mía-su tono exígete me hace estremecer-Dilo.

-No-recurro a la última pisca de voluntad que poseo antes de entregarme al placer. Mi orgasmo está a punto de estallar y él lo sabe.

-Me dejaste-sus dedos entran y salen fuerte, con furia y mi espalda se arquea bajo los espasmos que provocan mi liberación-prometimos que seriamos la primera opción del otro.

Egeo (Mares)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora