Antonella:
¿Porque razón me siento completa cuando me abraza?
¿Porque me siento segura entre sus brazos y deseo que nunca me deje ir.
¿Por qué?
¿Porque mi corazón se desboca sin control diciendo que es aquí, con él, dónde pertenezco?
Lo miro dormir, el sol se está poniendo y los colores se reflejan sobre su piel marfileña y cabello extremadamente dorado, acaricio su rostro, parece un ángel. Es perfecto, tanto que duele, hermoso, sus labios se entreabren mi pulso explota ante la invitación y lo comprendo:
Me he enamorado de Egeo Mansfeld.
Me engañé durante dos meses diciéndome una y otra vez que no lo podía amar, porque es mi verdugo, mi calesero. Que solo lo extrañaba porque me gusta su posesión, su obsesión, ser el centro y la prioridad de alguien por primera vez, no porque albergara algún sentimiento.
Bastó solo un beso para que me demostrara que soy suya, para derribar el muro. Soy suya, porque en cuanto me miró por primera vez creí que me había enamorado nuevamente de mi marido. Mi marido que resultó ser su hermano gemelo, un hombre completamente distinto, el hombre que me hizo perder la tranquilidad con su mera presencia, haciéndome soñar en cómo se sentiría ser suya, ser poseída.Acaricio sus labios, tan suaves y rosados.
-Mía-susurra en sueños.
-Tuya-le respondo al oído y tira de mi apretándome contra su cuerpo, bañándome con la calidez y posesión de sus bazos, solo deseo morir así, tener una eternidad a su lado.
- ¿Volverás a casa? -su mirada pálida se encuentra con la mía y sonríe de lado.
-Nunca me fui-me cubre con su cuerpo y suspiro, lo extrañaba de esta manera, su inmenso cuerpo desnudo se amolda al mío, me cubre y me calienta-ahora me veras.
- ¿Estas preocupado? -acaricio su espalda-me lo puedes contar.
-Encontré cosas en mi ADN que lo complican todo y me resulta extraño que mi padre no se ha reportado nuevamente.
-Cres que está mejorando lo que hizo, porque en esos seis días comprobó que había funcionado lo que te aplicó-suspira.
-Si chiquilla, eso es exactamente lo que está haciendo y el resultado no será nada bueno. No sé lo que se trae entre manos, pero no puedo permitir que me aplique lo que sea que creó, necesito destruirlo, acabar con sus laboratorios principales y todos sus datos.
- ¿Puedes decirme lo que encontraste en tu sangre? -desvía la mirada.
-No, no puedo-uno sus labios con los míos, solo un leve roce que parece mucho más íntimo que un beso apasionado.
-Nada te hará cambiar ante mis ojos, sé que escuchaste mi conversación con Mikalay, pero entiende algo Egeo, yo no sé con seguridad lo que siento por ti-no estoy lista para exponerme- pero es lo suficientemente fuerte para quererte siempre a mi lado-sierra sus ojos como si le hubiese dado el aire que necesitaba para respirar.
-Chiquilla...-no lo dejo continuar.
-Quiero ser libre Egeo, no te lo voy a negar, pero eso no cambia lo que me haces sentir-me sonríe, como si no necesitara nada más, como si le hubiese abierto mi alma y le estuviese gritando que lo amo.
-Te lo explicaré todo, absolutamente todo, esta noche. Estamos detrás de varios cargamentos de niños-hace una pausa- fracasos B- su voz profunda se ensombrece. B como Azov, los numeran B.1, B.2 y así sucesivamente -necesitamos rescatarlos antes de que sea demasiado tarde, hasta ahora los que pertenecen al ejercito son intocables.
Esa es otra de las cosas de las que me enteré, resulta que ciertas familias permitían que experimentaran con sus hijos. No se saben exactamente la lista de los fetos, ahora niños, adolescentes y hombres a los que se le aplicó el suero, no están marcados. Eso podría justificar el que todos estos hombres y mujeres parezcan de acero.
- ¿La Bratva, los está persiguiendo? -asiente.
- Eriks está un poco paranoico después del ataque que recibió en Francia, redobló la seguridad. Están buscando los niños que nacieron con el suero, fracasos, creo que la nueva fórmula funcionará parcialmente en ellos.
- ¿Dónde están?
-En Rusia, los están trasladando de apoco para los laboratorios principales. Se nos han escapado los últimos meses entre las manos, no sé dónde más buscar-se atusa el pelo frustrado. Su móvil vibra y puedo ver el nombre de Niklaus paladear.
-Volveré pronto-comienza a besar mi rostro como si le costara demasiado separase de mi-descansa, estás agotada-es cierto, me duele todo el cuerpo-te lo contaré todo.
El problema es que no sé cómo dejarlo ir, no sé cómo dejarlo ir.

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Egeo (Mares)
RomanceLa desconfianza y secretos de mi marido me llevaron a los brazos de alguien más. No cualquier hombre, sino su hermano gemelo. Egeo Mansfeld una pesadilla disfrazada en vivos colores y ojos color hielo. Una mariposa que engaña con vibrantes colores o...