Antonella:
Estoy en una sala rodeadas de soldados, creo que el sueño de Hitler se hizo realidad, soldados perfectos, letales. Un escuadrón, todos más de un metro ochenta y cinco, parecen masas de demolición.
Egeo no ha despegado su vista de mi desde que aterrizamos. Mis primas fueron separadas, llevadas a otra zona, pero me trajo consigo a lo que sea que están planeando hacer. Esto es inmenso, debe haber soldados para acabar con medio mundo, no pertenezco aquí. Mi mente se burla de mi como si no fuera consiente.
Estamos en Berlín Alemania. No entiendo lo que dicen, no se absolutamente nada de lo que están hablando, rutas, formas de atacar, no sé qué de un fuerte brindado y rescatar los objetivos.
-Sin huellas, sin errores, recuerden, esto fue obra de la Cosa nostra- ¿es él acaso quien crea las rencillas? Entre, por lo que entendí su padre y la mafia italiana ¿Que gana con eso?
-Mi general usted no debería seguir siendo la carnada, es demasiado, ya ha sido demasiado-habla una mujer y no me pasa desapercibida la mirada, ese algo más en sus ojos, estos dos tiene algo. Ella es preciosa, senos extremadamente grandes, al igual que el trasero y un cabello negro liso muy hermoso.
Los demás comienzan a cuchichear apoyándola.-Ustedes encárguense de cumplir su parte, yo me ocupo de la mía, tenemos un propósito ¿Se les olvidó? - se ponen firme.
-No general-responden al unísono.
-Retirase-pero antes de que la mujer salga la llama-Julia que sea la última vez que intervienes.
-Como ordene mi general-ella rompe posición para marcharse.
-Tiene razón -apoya Klaus, solo quedamos unos cuantos, los que estábamos en el avión y cuatro hombres más que no conozco.
-Llegará un momento en que esa mierda te mate, o peor te convertirás en algo inhumano-habla uno de los que no conozco y parece muy preocupado.
-Ya lo soy, qué más da, llegará pronto. Organícese, no puede sospechar que tenemos a Antonella. Karl-llama al hombre que habló recientemente-te encargas de cuidarla junto con la tropa de Chema.
- ¿Qué? es una misión importante, me necesitas-lo mira con fastidio.
-Su seguridad es la prioridad. La necesito más a ella y eres el mejor para la tarea-el hombre iba a replicar, pero lo mira con severidad-es una orden.
Karl se cuadra y no dice nada más, todos salen, se deshace de unos guantes que hacen juego con su traje oscuro de tres piezas, colocándolos en el bolcillo trasero de su pantalón. Viene hacia mí y me toma en brazos.
- ¡Puedo caminar! -huele mi cabello.
-No lo creo-gruñe, su pecho sube y baja haciéndome temblar por su calor, su actitud. Me siento tan frágil en sus brazos, es tan grande.
- ¿Puedes darme respuestas? -estoy nerviosa, no creo poder escapar de este lugar, ni de este hombre. Suspira con pesar.
-No, en este momento no puedo. Solo hazte a la idea que no podrás irte-su tono es fuerte, rotundo y dominante- esta es tu nueva vida, a mi lado.
- ¿Qué? -pone su índice en mis labios callándome.
-Lo que oíste Kleines Mädchen-me remuevo en sus brazos, pero solo consigo que su agarre aumente, llegamos a un auto donde en el asiento de piloto se encuentra Karl, Chema a su lado y detrás una mujer.
-No puedes, no puedes tenerme aquí eternamente en contra de mi voluntad-le recrimino- tengo familia, un marido-se tensas y sus preciosos ojos se llenan de un frio que me hace tiritar.

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Egeo (Mares)
RomansaLa desconfianza y secretos de mi marido me llevaron a los brazos de alguien más. No cualquier hombre, sino su hermano gemelo. Egeo Mansfeld una pesadilla disfrazada en vivos colores y ojos color hielo. Una mariposa que engaña con vibrantes colores o...