Antonella:
Estamos dentro del establecimiento, Jimena nos coló y estamos terminando de arreglarnos. Hablé con Klaus y Lev, están de acuerdo conmigo, si por casualidad Egeo se descontrola ahí dentro la única que puede calmarlo soy yo. Bajo ninguna circunstancia su padre se puede enterar que estamos aquí.
Katerina me ayuda con los últimos detalles, sabe que odio a Jimena por lo que esta ayuda a Chiara.
El vestido es precioso, del mismo color de mis ojos, de gasa hasta el suelo y pedrería en los vuelos, con pequeñas flores en mi cintura, las mismas que hacen una diadema en mi cabeza y un antifaz sumamente sencillo.
Estoy hermosa, como Chiara que tiene un vestido rosa con estrellas, también de gasa, con su cabello rojo y ojos verdes parece una princesa rusa. En realidad, todas las chicas tenemos vestidos de gasas.
Los nervios me comen, estoy encima de la tarima y como nos dijo Katerina, Eriks pujo por las dos, 150 millones, es surrealista, como también los es que mis bellos estén de punto y el cosquilleo contante en mi cuerpo, cómo si sitiera la mirada de Egeo sobre mí y lo que me jode es que quiero que esté sobre mi todo el tiempo, que sea la única a la que mire. Llevamos un rato en la mesa del ruso, su atención está puesta en Chiara, está hechizado con ella hasta que...
-Tu rostro es hermoso pequeña-mi corazón se acelera, así me dice Azov- ¿Como te llamas?
Aprieto los labios en una fina línea y suspiro, al parecer ese gesto le gustó demasiado porque me sonríe de medio lado, es una sonrisa cruel de tiburón.
-Melissa.
-Melissa-repite saboreando el nombre.
-Eres preciosa-su mano se dirige a mi rostro-tan delicada- pero antes de que me rose dos disparos retumban en la estancia formándose el correcorre.
En cuestiones de segundos estoy en los brazos de Egeo, me aprieta a su cuerpo con fuerza, cubriéndome, impidiendo que mire a mi alrededor. No sé cómo salimos del teatro, solo soy consiente cuando me deja en el asiento del copiloto, conduciendo como loco hasta el hotel. Le reclamo, le grito, pero nada no me hace el mínimo caso.
- ¿Egeo que haces? -reclamo cuando me carga como un costal de patatas, no como suele hacerlo, siquiera se quitó los guantes, nunca me toco con guantes-Egeo detente.
No me escucha, me tira a la cama y sin mirarme sale de la habitación encerrándome en ella.
No sé qué hacer, llevo horas encerrada, escucho las voces y como caminan. El teléfono, soy idiota, el teléfono, está aquí en la habitación. Lo encuentro en la mesita de noche.- Chiara -grito-sácame de aquí, estoy encerrada en mi habitación.
-Pero será idiota, nos dijo que te habías quedado dormida, ya vamos para allá.
Unos minutos después siento el pitido de la puerta, la señora de la limpieza las acompaña.-Gracias chicas, lo voy a matar, juro que lo voy a matar-salgo corriendo.
-Queremos detalles, está en el lobby-me grita Paula.
Voy corriendo por el pasillo, sus amigos esperan en el ascensor, por lo que me voy por el de empleados que está vacío. Lo que veo me deja estática momentáneamente, pero giro de inmediato.
-Antonella-grita Egeo, pero no le hago caso, y una mierda, le estaba tocando el brazo, dejó que Jimena le tocara el bazo. Él nunca deja que ninguna mujer lo toque, para alguien más podría ser normal, algo natural, pero para nosotros no, no para él.
![](https://img.wattpad.com/cover/373332647-288-k308125.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Egeo (Mares)
RomansaLa desconfianza y secretos de mi marido me llevaron a los brazos de alguien más. No cualquier hombre, sino su hermano gemelo. Egeo Mansfeld una pesadilla disfrazada en vivos colores y ojos color hielo. Una mariposa que engaña con vibrantes colores o...