Capítulo 31

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Antonella:

Me duele todo el cuerpo, es como si hubiese corrido una maratón, más bien como si un jugador de MMA me hubiese pasado por encima y eso fue justamente lo que paso.

Egeo estuvo toda la jodida noche follándome,de todas las formas posibles, lento, duro, fuerte, por delate, por detrás, de lado, atada. Me debo haber quedado dormida haciéndolo y me lo confirma el hecho de que este encima mío y su miembro en mi interior. 

Se me hace imposible no acariciarlo, no recorrer con mis manos esas heridas que no sanan en su espalda.

-Buenos días -resuena su voz adormilada.Su polla se sacude en mi interior robándome una sonrisilla adolorida.

-Te extraña-susurra con otra sacudida, su polla está más despierta que él.

-No nos emos separado ni un solo segundo-una carcajada retumba en su pecho, es el sonido más hermoso que se puede escuchar-Te amo

Se queda congelado, turbado, buscando en mi mirada la verdad de las palabras.

-Solo si lo repites a cada segundo lo creeré.

-Te amo-comienzo a besar su rostro-te amo, te amo, te amo. 

-Prométeme que no te iras, que me amaras por siempre-su mano va a mi garganta y sus ojos fríos teñidos de su loca obsesión, no dejan los míos- quédate, elígeme antes que a tu libertad.

-¡Lo prometo!-la respuesta que sale de mis labios me sorprende, es tan segura, sin miramiento alguno y tan espontanea que me asusta, rompió todos mis principios. 

-Me quedaré contigo eternamente, siempre serás mi primera opción. Seré libre en tu jaula, lo prometo.

Después de ducharnos y de atender su problemita mañanero me lleva a la casa, tiene asuntos que atender. Resulta que Daian trabajaba para Azov, por eso me ayudó, por eso los italianos sabían de la misión. Prefiero no saber lo que le harán al chico, pero hasta un tonto lo entendería. 

Está preocupado, encontró el topo de su hermano, pero no el de la Bratva, era una misión segura, el golpe perfecto. Todo terminaría, la mafia rusa no tenía forma de enterarse a no ser por un chivatazo. Un chivatazo de uno de los altos miembros del comando, porque era confidencial, los soldados y cadetes no sabían la fecha exacta, tampoco las coordenadas, es uno de sus hombres de confianza.

Cuando estoy lista bajo a la cocina para buscar algo de comer. Últimamente tengo demasiada hambre, subiré mucho de peso si no comienzo a entrenar. Veo a Valeria llorando, con mis primas y Olivia rodeándola.

- ¿Qué está pasando? -ella me mira y su mentón tiembla-Valeria. 

-Yo, yo...-tarta de hablar, pero las palabras no le salen.

-No puedes siquiera decirlo-la voz de Chema retumba sobre sus sollozos.

-Chema lo que sea que está pasando entre ustedes es mejor que se quede ahí, entre ustedes-siquiera escucha lo que Lev dice.

-¡Está embarazada!-la habitación se queda en silencio total, ni una sola respiración, incluido Egeo. 

- ¡Felicidades! - Mikalay le da una palmadita en la espalda a su amigo.

-Felicidades-dice el español de forma sardónica-no quiere tenerlo.

Las chicas y yo ahogamos un gritico. Valeria no es de esa clase de mujeres, ella asume, es de las que asumen las consecuencias de sus actos. Nunca la creería capaz de hacerle daño a un inocente.

-No es el momento para tener un bebé-comienza ella, pero los sollozos la hacen callar.

-Esa decisión es de ambos-él tiene razón, pero desgraciadamente no tiene nada que hacer.

-Es mi cuerpo, mí decisión y no quiero tener un bebé en este momento. 

-José María-lo llama Egeo con tono fuerte-hablen y lleguen a un arreglo, pero en privado. 

Se va dando un portazo seguido por Valeria. La cocina se queda silencio ni Helga que tiene total confianza con los chicos, que incluso ha llegado a darle órdenes a Egeo, emite palabra alguna.   

Él me toma en brazos notando que me afecto demasiado.En cuestiones de segundos estamos nuevamente en la habitación.

¿Por qué Valeria no quiere tener al niño? No me creo eso de que es mal momento

-No le des más vueltas-levanto la mirada y tengo la de Egeo analizándome, niego ¿Cómo no puedo darle más vueltas? Es una vida-es la mejor decisión que puede tomar.

- ¿La mejor decisión? -pregunto como si estuviese delante de un desconocido.   

-Estamos en guerra, no podemos tener debilidad y un niño es una debilidad-niego sin comprender su lógica.

-Es una vida, no una debilidad-su mirada me dice que le importa poco-Si fuese yo, lo permitirías.

-Si fueses tú-se arrodilla a mi altura, tomando mi mentón entre sus dedos- te arrancaría ese niño de las entrañas con mis propias manos.

Un escalofrío me recorre, porque su mirada ensombrecida me dice que no juega, es completamente sincero.

-Nunca tendremos hijos Antonella, no puedo compartir mi ADN ¿Que sería ese niño? Te lo diré: no menos que un ser humano,no más monstruo. Incluso si no tuviese esta mierda en mis venas y pudiese tener, bebes-acaricia mi rostro en un brusco movimiento-no podría compartirte con nadie. No me gustaría ser el asesino de mis propios hijos, eres mía y de nadie más.

Trago fuerte, se pone en pie y da media vuelta para marcharse, pero se detiene en el umbral de la puerta.

-La inyección anticonceptiva-se me hiela la sangre.

- ¿Qué pasa con ella? -mi tono es neutro, como mis emociones. 

-Ya es tiempo de volverla aplicar-lo se joder.

-Chiara me la aplicó en tiempo-asiente regresando sobre sus pasos, deja un beso sobre mi frente.

-¡Eres mía!-sus ojos fríos se unen con los míos-¡Siempre seremos tú y yo! No hay cabida para nadie más-ahora sí que se va sin mirar atrás. 

Creí conocer la oscuridad de Egeo en su totalidad, pero justo hoy, justamente en este momento comprendí que solo me estaba dando muestras.  Ahora es cuando comenzará a mostrarme todo el embace.

Egeo (Mares)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora