capituló 31

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El fucsita rubí simboliza la compasión, el amor y los vínculos. Hace hincapié en la confianza, la amistad y la integración y crea una atmósfera pacífica y curativa. La piedra preciosa es un símbolo de unidad y de relaciones duraderas como vínculos. Nutre el cuerpo, el alma y el corazón de una persona con un efecto duradero, formando una energía armoniosa y compasiva.



"¿Usted los conoce?"


"Son amigos míos y de vez en cuando hacemos campamentos de entrenamiento con sus equipos".


Sentado en su escritorio, con el teléfono apoyado sobre algunas cosas de la escuela, Tobio frunció el ceño hacia la cámara, con las cejas fruncidas en señal de concentración.

Akaashi esperó pacientemente en el otro extremo del teléfono, dejando que el otro cuervo tuviera su tiempo para encontrar las palabras.


—Entonces, ¿sabías que tendríamos un partido contra ellos? —Afirmó más que preguntó. Le había contado a su amigo que jugaría contra un equipo de Tokio, nunca había definido quién exactamente, pero ¿el otro chico sabía cuándo estaba en contacto cercano con los Nekomas?


—Yo… solo lo adiviné. Kuroo mencionó que había ido a Miyagi para algunos partidos de práctica, pero no estaba seguro de que fuera tu equipo.


—Entonces, ¿por qué no preguntaste? —preguntó Tobio confundido. ¿Acaso Akaashi pensó que él le diría al otro equipo sobre su relación? ¿O no quería que conociera a sus amigos?
¡Podría haber preguntado tanto! Tal vez entonces el armador de Nekoma no se hubiera escapado de él...


—Nunca se mencionó realmente. Además, no quería que me interrogaras sobre Kenma —respondió  el de segundo año, lo cual sonó... justo, notó Tobio con las orejas ligeramente sonrojadas.


Habría hecho muchas preguntas si hubiera sabido que el otro conocía al armador de Nekoma. Siempre era así, no podía evitar animarse cuando mencionaban a otro armador. Para ganar, había que conocer la torre de control del equipo.


"¿Sabías que tienen un alma gemela de tres bandas?"


Se quedó en silencio unos segundos antes de que el chico hablara en voz baja, vacilante incluso. ¿Lo habría sabido Akaashi?


—Lo hice, no lo mantuvieron en secreto. Nunca hubiera imaginado que encontrarían a su tercer hijo de manera tan inesperada y tan cerca de ti. Lo siento, Kageyama-kun, de lo contrario habría mencionado algo. Debería haber... —el  adolescente del otro lado de la videollamada parecía en conflicto, culpándose a sí mismo por cómo tal vez podría haber ayudado a Tobio, haberlo perdonado. Sin embargo, antes de que pudiera decir más, el de primer año también habló.


—No, no, está bien, Akaashi-san. No podrías haberlo sabido y, en primer lugar, su vínculo de almas gemelas no es asunto mío.

RodonitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora