capituló 35

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La howlita tiene un color blanco marmóreo y se asocia con la magnesita. Ayuda a formar compromisos, nutre la memoria y la conciencia y apoya la necesidad de conocimiento. La piedra preciosa es conocida por sus poderes de perspectiva y paciencia, irradiando un aura calmante y, a veces, somnolienta.

La pelota bajo sus dedos se sentía áspera, un toque familiar en un entorno familiar; algo así. Luces destellantes, el chirrido de sus zapatos cuando movía los pies.

-¡Vamos, Kageyama! ¡Este es nuestro lado de la cancha!

La voz de Daichi llegó a los oídos del cuervo y levantó la cabeza de golpe, apartando la mirada del objeto que tenía en las manos. El capitán le hizo un gesto para que se acercara a los demás que estaban en la cancha. Había mucho ruido a su alrededor, mucha gente, estaban pasando muchas cosas.

Era el día siguiente y Karasuno se encontraba en el gimnasio de Sendai para su tercer partido del torneo. Contra Aoba Johsai. Su primer partido oficial contra sus compañeros del alma. Hoy era el día.

¿Se sentía preparado?

"¡Próximo!"

No importaba.

Él quería esto.


Los equipos calentaron y ambos grupos realizaron sus ejercicios con tranquilidad, aunque la tensión era notoriamente alta.

Cuando Tobio se paró frente a la red, su mirada se encontró con la de Oikawa, quien también se había acercado a la posición de armador y ahora lo estaba mirando.

"Da lo mejor de ti, Tobio-chan", dijo en voz baja, con los labios ligeramente levantados a los lados y algunos de sus mechones cayendo sobre su rostro.

Había dicho algo similar el día anterior, pero de alguna manera ahora tenía más peso. Ambos sabían lo en serio que se tomaban aquello, por el motivo que fuera.

Tobio apretó las manos. "No vamos a per-"

"¡No perderemos contra ti, Gran Rey!"

Saltando frente al cuervo, Hinata logró asustarlos a ambos y lograr que dieran un paso atrás, y miró a Oikawa con determinación.

-¡No perderemos! -repitió y finalmente sacó a Tobio de su estupor.

"¡Oye, idiota!"

El colocador arrastró al pelirrojo lejos de él y de la red, alejándose y volviendo al centro de la cancha.

Sin embargo, antes de darle la espalda por completo al capitán de Seijoh, dijo en voz baja pero clara: "No perderemos contra ti", sin apartar la mirada del otro.

Oikawa, que no se había movido de su posición, miró a los cuervos a los ojos y levantó un poco la barbilla. Ninguno de ellos se echaría atrás en este partido.

Cuando finalmente comenzó el juego, los cuervos actuaron con determinación y la voluntad de dar un paso más hacia los Nacionales.

El árbitro pitó y todo empezó.

Desde el principio quedó claro que Aoba Johsai jugaba de forma diferente con su capitán como armador y los primeros minutos se dedicaron a intentar averiguar los siguientes movimientos de Oikawa. Saltó para colocar la pelota y Karasunos bloqueó y corrió para detener a los atacantes, pero en el último momento el moreno se dio la vuelta y golpeó la pelota él mismo en el otro lado de la cancha.

RodonitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora