capituló 39

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Los días posteriores a la pelea con Kentarou dejaron a Tobio sintiéndose… vacío.


Por supuesto, en el pasado habían tenido desacuerdos, pequeñas peleas; después de todo, ambos eran adolescentes tranquilos y temperamentales. Y también testarudos. Pero siempre era algo con lo que se enfrentaban, con lo que podían conectar, nunca algo de lo que no se recuperaran. En realidad, sus desacuerdos se limitaban a quejas y algo de silencio hasta que finalmente uno le dio un codazo al otro con el hombro, hasta que le ofrecieron una barra de chocolate y nunca volvieron a hablar de ello.


Pero esta vez, esta vez era diferente. Y Tobio lo sintió, en lo más profundo de sus huesos y de su alma.


Sabía que no lo había ocultado tan bien como pretendía y temía que su estado de ánimo afectara su comportamiento con los demás. Así que se quedó más callado de lo habitual, mantuvo la boca cerrada y la expresión cuidadosamente inexpresiva. Sin embargo, a Hinata no pareció gustarle eso en absoluto, porque miró al cuervo confundido, se burló de él y se abalanzó sobre su espacio personal.


Pero Tobio lo ignoró. Tenía que hacerlo.

En cambio, se concentró en sus estudios, se quedó hasta después de la práctica, pero luego se fue a casa más rápido de lo habitual, trató de mantener su mente en funcionamiento estudiando más material. Al menos los dolores de cabeza por mirar papeles durante tanto tiempo lo ayudaron en cierta medida.


En ese momento, todavía recibía algunos mensajes del chat grupal, pero ahora parecía que se sentía más conflictivo que nunca al respecto. Era solo otro recordatorio y no ayudaba en absoluto.


Y luego, por supuesto, Akaashi se dio cuenta.

"Dime qué te preocupa." 


En verdad Tobio intentó detenerlo, lo hizo, pero ante las palabras de Akaashi no pudo evitar el ceño fruncido y se negó a mirar al otro a los ojos. La voz del setter mayor era tan suave, como siempre lo era, maldita sea , gentil pero de alguna manera firme. El pelinegro sabía que podía intentarlo, pero si Akaashi quería saber algo, definitivamente lo haría eventualmente.


-Lo veo en tu cara. ¿Quieres contarme qué pasó? 


Akaashi-san no necesitaba levantar la voz para parecer firme y decidido, estaba en su tono , en el aura que irradiaba su presencia incluso a través del teléfono. Aunque Tobio sabía que el otro respetaba su espacio, tampoco soportaba verlo herido o molesto.


Pero Tobio no quería hablar. Todo había vuelto a empezar. La razón del comportamiento del niño de primer año se llamaba Kentarou, pero la causa detrás de eso eran sus almas gemelas románticas. Y el cuervo tampoco le había contado al chico mayor toda la información sobre ellas.


"Kentarou y yo nos peleamos", murmuró finalmente, levantando los hombros ligeramente sin querer y todavía mirando hacia otro lado.

RodonitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora