CARLOS

567 57 14
                                    

Emily siguió evadiendo toda la semana responderme quien era el tal Tore. Que nombre más ridículo, parecía de mascota. ¿Por qué estaba tan emocionada por verlo? ¿Estaban saliendo? No, no lo creo Emily solo va del trabajo a casa y viceversa. ¿Y si era su novio?

Okey suficiente. No más suposiciones. Había pasado los días pensando en quien era ese hombre y que relación podría tener con Emily.

Ya estaba adobando la carne para hacer hamburguesas. Emily llevó el resto de los ingredientes cerca a la parrilla y ahora terminaba de organizar la mesa en la que comeríamos, había comprado una mesa de madera tipo picnic para el jardín, estaba poniendo un jarrón con flores y servilletas en cada lugar.

Cuando terminé con la carne fui a prender el fuego.

— ¡Tío lore!

Giré y vi como Emily abrazaba a su tío con mucho cariño.

— Mi Emi — miró alrededor — este lugar es hermoso.

— Lo sé, pero nada como nuestra casa.

Él le sonrió y levantó su mirada hacia mí mientras me acerqué a saludar.

— Buenos días señor Falcone. — Extendí mi mano.

— Vamos Carlos, dime Lorenzo ya nos conocimos antes — tomó mi mano mientras me daba un rápido abrazo.

Era cierto nos habíamos visto en algunas reuniones. Dominic nos presentó formalmente ya que él era un sponsor importante del equipo.

— Okey Lorenzo. — Dije cumpliendo su petición.

— ¿Y dónde están Anny y Tore? — Preguntó Emily junto a nosotros.

— Están bajando unas cosas del auto Emi.

— ¡Emiii!

Escuché un grito en la distancia, giré para ver a Anny corriendo sonriente para abrazar a Emily quien también gritaba con emoción.

Un hombre apareció detrás de ellas, me puse en alerta y muy serio, traía una maleta en una mano y una canasta en la otra. Debía ser el tal Tore.

¿Por qué traía maleta, acaso pensaba quedarse a vivir aquí?

— ¡Tore! — gritó Emily mientras salió corriendo a abrazarlo.

Sentí mi pecho apretado mientras me acercaba a ellos.

— Te extrañé mucho — murmuró ella separándose de su abrazo.

— Yo también — Respondió él y le dio un beso en la frente.

Mi pecho ya no se sentía apretado. Ahora estaba aplastado, sentía que tenía tres elefantes encima. No sabía por qué, pero verla emocionada por un hombre y verlo a él besarla en la frente había hecho que mi corazón se sintiera perforado, quizás me habían apuñalado con una daga y no me había dado cuenta.

— Buenos días, soy Carlos — dije extendiendo mi mano para saludar, aunque lo que en realidad quería era extenderle mi puño en su cara.

— Buenos días Carlos, soy Salvatore.

Salvatore... su nombre ya no sonaba a mascota. Eso me irritó aún más.

— ¿Supongo que eres el novio de Emily? — sonreí falsamente, no pude evitar hacer la pregunta, era mejor dejar claras las cosas de una vez y dudaba que Emily me aclarara quien era este hombre — Por eso su emoción...

Salvatore sonrió y negó con la cabeza.

— No, ella es como una hermana para mí, además se emociona por todo — Lanzó una mirada a Emily y puso sus ojos en blanco.

La daga o elefantes desaparecieron instantáneamente de mi pecho.

— Ya veo — dije un poco más entusiasmado — pasa no te quedes aquí, permíteme ayudarte. — tomé la canasta qué tenía él mientras Emily me veía levantando una ceja.

— Trajimos aperitivos y vino.

— ¿Y la maleta? — Le preguntó Emily.

— Anny quiere cambiarse de ropa — dijo Salvatore con sufrimiento silencioso. 

DESENFRENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora