EMILY - Capítulo 31

546 64 18
                                    

♫Stop Crying Your Heart Out - Oasis♫

El mundo se paralizó. Eso fue lo que sentí cuando Carlos me dijo todas esas cosas hirientes. Mi mente quedó en blanco, mi corazón se sintió en llamas mientras el resto de mi cuerpo parecía convertirse en hielo. Petrificada y con mi mirada fija en él percibí en su rostro como empezó a darse cuenta de lo que había hecho, sus ojos se agrandaron con arrepentimiento. Di un paso hacia atrás, mis ojos comenzaron a cristalizarse. No iba a permitir que me viera llorar. Giré con seguridad dándole la espalda a él y a todos en el box y me marché de allí.

Iba por el paddock, todo pasaba como en cámara lenta, quería llegar al motorhome antes de desmoronarme. En dirección contraria a mí venía Oscar sonriéndome con alegría, él había ganado la carrera. Me sentí peor de saber que no podría estar feliz por la victoria de mi amigo en este momento. Se fue acercando más a mí y quizás mi cara me delató porque cambió su sonrisa por un ceño fruncido, movió su cabeza de lado a lado como preguntando "¿Qué pasa?". Mi corazón iba a estallar de lo rápido que latía, mi cabeza iba a explotar de la fuerza que estaba haciendo para no llorar.

Llegué frente a él y lo abracé. Tenía mis brazos alrededor de su cuello, también refugié mi cara entre su cuello y su clavícula. Me derrumbé.

— ¿Em, qué ocurre? — preguntó con preocupación mientras me abrazaba de vuelta.

No era capaz de pronunciar palabras, estaba llorando en silencio, tratando de controlarme puesto que todavía había gente por el paddock.

— ¿Em, qué pasa? ¿Estás herida? ¿Te duele algo?

Estaba herida, me dolía el corazón, me dolía el alma.

— ¡Emily! — Escuché la voz de Carlos a lo lejos.

Me puse rígida, mi respiración se detuvo. Intenté calmarme un poco antes de hablar todavía abrazada y refugiada en Oscar.

— No quiero hablar con él — susurré entrecortadamente.

— De acuerdo, tranquila — mantuvo su abrazo y puso una mano en mi cabeza.

Sentí como Oscar negó moviendo su cabeza.

— ¿Puedes acompañarme hasta el motorhome? — Hablé muy bajo.

— Claro, vamos.

Caminé mirando hacia el piso para ocultar mi cara y mis ojos rojos. Oscar caminó junto a mí pasando un brazo por mis hombros.

Me despedí de él al llegar a la entrada del motorhome de Audi.

— ¿Quieres que te espere? — dijo dándome una sonrisa triste.

— No gracias, estaré bien. Discúlpame por no celebrar contigo.

— Oye voy a tener más victorias y muy pronto, celebraremos esas.

— Seguro — Limpié los restos de lágrimas en mi rostro — gracias — lo abracé como despedida.

Llegué a mi habitación para recoger mis cosas, me repetía mentalmente que todo iba a estar bien, con el tiempo este dolor se curaría. También me cuestioné mi dolor, ¿Por qué sentía algo así por alguien que en su mayoría fue un estúpido conmigo?

Me limpié por completo el rostro, cubrí con un poco de maquillaje alrededor de mi nariz y mis ojos, para ocultar que había llorado.

Me marché por la puerta de salida y me abordaron.

— Emily, que gusto verte — extendió su mano — ¿Tienes un minuto? Me gustaría charlar contigo.

Fantástico. Carlos Sainz padre quería hablar conmigo. ¿Qué clase de karma estaba pagando?

— Señor Carlos buenas tardes — estreché su mano —, seguro.

Fuimos a una mesa en una de las terrazas de la entrada al motorhome.

— Tu carrera anterior fue muy buena, tienes un gran potencial lo supe desde que nos conocimos — su tono fue sincero.

— Gracias — sonreí confusa. No sabía porque quería hablar conmigo y menos en este momento.

— Emily sé que tienes problemas con mi hijo.

Vaya... La gran noticia del año.

— No sé qué pasa — continuó — pero eso lo está afectando a él y supongo que también a ti. No quiero ser entrometido, pero cuando trabajas en equipo a veces ocurren estas cosas, no todos piensan o actúan de la misma manera. Pero los problemas siempre tienen solución si hay voluntad en ambas partes.

Dejé escapar un suspiro.

— Señor Carlos, seré honesta con usted — sostuve mi mirada en sus ojos —. Su hijo no fue amable conmigo desde un principio, no tengo idea del porqué de su comportamiento. Intenté por mi parte mejorar nuestra relación, total íbamos a pasar mucho tiempo juntos entre trabajo y en la vivienda temporal que nos proporcionó el equipo en Nápoles. – Frunció el ceño en confusión - Le di a Carlos la oportunidad de conocerme realmente, parecía que todo iba bien. Pero luego de la nada él cambio su actitud y hemos tenido muchos malentendidos. Después de eso todo se ha salido de control. Además, con su comportamiento de hoy no creo que esto tenga solución.

— Yo... — estaba desconcertado.

— Señor Carlos, no me gustan los problemas, siempre trato de mantener la fiesta en paz en donde sea que este, mi intención jamás será causar conflictos. Este equipo me ha dado una oportunidad enorme y con la que estoy agradecida. Lo que menos quiero son problemas y es lo que más he tenido. No me interesa pelear, ni hacer enemigos, pero tampoco voy a dejar que hagan conmigo lo que quieran.

— Claro, te entiendo — hizo una pausa y entrecerró los ojos — ¿Qué hizo Carlos hoy?

Desvié mi mirada al suelo, sentía de nuevo como mis ojos se llenaban de lágrimas. No quería contarle sobre mi humillación.

— No quiero sonar grosera pero no quiero hablar sobre eso — mi voz sonó pequeña, una lágrima cayó por mi mejilla y la limpié rápidamente. — Discúlpeme, pero ya debo irme.

— No te preocupes, fue un gusto hablar contigo — asintió con amabilidad.

Asentí y me retiré.

DESENFRENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora