CARLOS - Capítulo 66

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♫Perfect - One Direction♫

Esperé a Emily en el vestíbulo del hotel, cuando bajó del auto de Enzo me escondí detrás de una planta. Ella continuó sin notarme. Me acerqué por detrás y cubrí sus ojos con mis manos. Dio un saltito de la impresión, pero por alguna razón supo que era yo y comenzó a reír.

— Esta espera fue una tortura — susurré descubriendo sus ojos.

— Lo sé, pero no hemos terminado.

Tomó mi mano y la seguí corriendo a la zona del personal, estábamos en uno de sus hoteles así que no tendríamos problemas.

Pasamos por una zona de lavandería, me soltó y fue al estante de las cosas limpias, tomó dos almohadas y me lanzó una.

Miré la almohada un poco confuso, pero quitó mi confusión dándome almohadazos en la cabeza.

— Esto es por llevar a esa víbora — dijo entre risas.

— ¿Ah sí? — hasta el momento solo me había protegido de su ataque — entonces esto es por irte con ese tonto — le di almohadazos por el trasero y las piernas.

La pelea de almohadas duro hasta que una se abrió y cayeron plumas por doquier. Salimos corriendo de allí hasta el elevador de servicio que era exclusivo para el personal, dejando un rastro de plumas por el camino.

En ese espacio reducido la besé, recorriendo sus curvas con mis manos, amasando su trasero y sus senos hasta que llegamos a nuestro piso.

Salió de allí sonriente y cubierta de plumas, al igual que yo.

Emilia me dio una sonrisa socarrona de las que lanzaba cuando iba a cometer alguna travesura.

De su bolsillo sacó una llave de habitación y comenzó a correr por el pasillo mientras tocaba las puertas de las demás habitaciones.

Abrí mis ojos de par en par y salí corriendo tras ella, no me dio tiempo y alcanzó a entrar a mi habitación dejándome por fuera.

— ¡Emilia! — solté un grito susurrado a la puerta — ¡Déjame entrar!

En eso varias puertas se abrieron en el pasillo.

Fernando, Oscar, George y Max se asomaron. Me giré hacia ellos pareciendo inocente.

— ¿A ustedes también les tocó la puerta algún desquiciado? — dije.

Asintieron.

— ¿Por qué tienes plumas en la cabeza? — Preguntó Max.

— Eh... mi almohada explotó.

Parpadearon un par de veces y en eso mi puerta se abrió, la mano de Emily salió disparada, tomó un puñado de mi camisa por el pecho y me jaló adentro de la habitación cerrando la puerta y arrinconándome contra la pared.

— Eso fue divertido — dijo sonriente.

— Lo pagarás.

Se trepó en mí tal como me encantaba y la llevé a la cama para adorarla.

DESENFRENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora