— ¡No me entra! — Miré a Briana con molestia. — ¿Segura no te equivocaste con mis medidas?
— No para nada, quizás el diseñador se equivocó o ganaste peso — respondió Briana.
Esto no podía estar pasándome.
Intentaba ponerme el vestido para la gala que comenzaba en una hora, era lo que me faltaba, ya tenía mi maquillaje listo, mis ojos de un tono natural y un delineado muy delicado, mi piel también lucía fresca y natural, mis labios eran de un tono rojo profundo.
Mi cabello estaba suelto y en ondas, solo tenía un aplique brillante recogiéndolo un poco del lado derecho. Hacía juego con mi vestido de una tela gruesa parecida al satén, era de color crema, con un escote recto y unas mangas caídas a los brazos. Ajustaba mi cintura y caía recto hasta mis pies, en las caderas se creaba un poco de volumen con un tipo de falda adicionada a la caída recta. Tenía un diseño orgánico con cristales de swarovski que recorría la cintura y bajaba por la parte delantera central del vestido.
Parecía como si tuviese un corset interno, había luchado para poder ponérmelo y ahora era un infierno poder cerrar el cierre trasero.
Después de quince minutos más y seis pares de manos lograron cerrar el vestido. Me sentía casi asfixiada, no podía creer que un diseñador se equivocara en las medidas. Después me ocuparía de eso. Ahora tenía que terminar de ponerme los aretes brillantes.
Me vi de pie frente al espejo, en realidad estaba deslumbrante. Haciendo a un lado el hecho de que era difícil respirar con esto puesto en realidad era una pieza hermosa.
Me senté en una silla para ponerme los tacones que eran abiertos con tiras y del color del vestido pero fue peor. Podía respirar un poco menos que estando de pie. Esta noche iba a ser tortuosa. Le pedí a Briana que me colocara los zapatos, era imposible alcanzar mis pies sin desmayarme.
Definitivamente tendría que hacer algún ritual contra la mala suerte, estos días todo me estaba saliendo mal.
Se suponía que también iba a llegar con Carlos, pero Dominic se adelantó e informó a Briana que él iría con Carlos y que contrató un auto para mí, típico de Dom-idiota.
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DESENFRENADOS
RomansaCarlos Después de estar en Ferrari me enfrentaba a un nuevo panorama y un nuevo equipo, iba mentalizado y comprometido con esta aventura, estaba preparado para asumir los cambios en mi futuro, pero no estaba en absoluto preparado para el riesgo inm...
