CARLOS - Capítulo 92

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— Despierta cumpleañero.

La dulce voz de mi Emilia llegó a mis oídos, de inmediato me sentí feliz, volverla a tener entre mis brazos era más que suficiente para sentirme vivo de nuevo.

Dejé un camino de besos por su cuello hasta llegar a sus dulces labios, disfrutándola y acariciándola como lo que era, mi diosa. Ella rompió el beso y me miró con tiernos ojos de amor.

— Tenemos mucho por hacer hoy, es hora de arreglarnos.

— No quiero irme, quiero quedarme aquí contigo — me puse encima de ella, metí mi cara en su cuello, respirando su exquisito aroma a arándanos.

— Tenemos una carrera, no podemos quedarnos aquí — rio, recostó su espalda en la cabecera mientras me deslicé un poco hacia abajo y me acosté en su pecho, rodeé su cintura con mis brazos y la abracé fuerte. Ella acarició mi cabello y dejó besos en mi cien.

— Entonces no nos quedemos aquí, vámonos a otro lugar.

— Carlos Sainz Vásquez de Castro y quince apellidos más, el más profesional y responsable, el más viejo y según tú maduro entre los dos, me estás pidiendo que nos vayamos a otro lugar a horas de tener una carrera, en la que ambos somos del mismo equipo. ¿Pretendes dejar a Audi sin pilotos?

Encogí un poco mis hombros sin dejar de abrazarla.

— Existen los pilotos de reserva.

— Estás loco – soltó una risita y siguió acariciando mi cabello – además es mi carrera de casa, no puedo dejar plantados a cientos de italianos... y recuerda nuestros planes para después.

Puse mi barbilla en su pecho y la miré con devoción, estaba completamente perdido con ella, no me importaba nada más en este mundo.

— No es el nombre de esos cientos de italianos los que gritas cuando te vienes — di un suave mordisco a uno de sus pechos.

— ¡Basta! — me alejó con sus manos riendo — hoy no podemos, al menos hasta después de la carrera.

— De acuerdo — dije un poco triste y volví a acostarme en su pecho.

— Tengo un regalo para ti — levanté mi rostro de nuevo con mis cejas arqueadas. En realidad, no esperaba que me diera nada, estar juntos era el mejor regalo para mí.

— Tú eres mi mejor regalo.

— Deja de ser cursi — soltó una carcajada y se inclinó hacia la mesita de noche de dónde sacó una caja negra envuelta con un moño plateado brillante.

— Es real — hablé seriamente — tu eres mi mundo Emilia.

Me miró fijamente, acarició mi rostro con sus dedos y acunó mi mejilla, me incliné hacia su mano y luego besé su muñeca.

— Te amo — me ofreció su regalo.

Me senté frente a ella y deshice el moño brillante para abrir la caja. Tenía dos brazaletes delgados, uno plateado liso y el otro negro con diamantes del mismo color, en la parte interna tenía unas palabras grabadas: "Te amo soleggiato" y cerca de esto nuestras iniciales "C.E".

Le di una sonrisa mientras le agradecía y me los ponía.

— Son perfectos, igual que tú. Te amo mi Emilia. — La besé de nuevo hasta que ya no tuvimos más tiempo.



🌶️🌶️🌶️

Los fans eran geniales, me felicitaban y entregaban detalles, lo que más se repetía eran los brazaletes, en mi mano izquierda tenía los que me había regalado mi hermosa Emilia, en mi mano derecha tenía más de diez brazaletes de cuencas de colores que me dieron los fans. También me habían regalado peluches en forma de chili, muchas cartas e incluso un llavero de un chili tomado de la mano de una sandia, en serio eran increíbles, nos habían apoyado mucho estos días a mí y a Emily por lo que había pasado con Enzo y Ravenna, decían que el Carmily estaba más unido que nunca y no estaban equivocados, pero no sabían todo el alcance de nuestra relación. Aún.

DESENFRENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora