EMILY - Capítulo 53

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♫I wanna be yours - Arctic Monkeys♫

Que Carlos me besara fue una sorpresa para mí, pero ahora estaba por completo derretida ante él. Sus labios eran dominantes, tomó mi cabello y jaló un poco, su otra mano estaba en mi cintura y me empujó hacia él haciendo que sintiera su entrepierna dura como una roca, esto me hizo gemir mientras el seguía devorando mi boca.

Levanté mis brazos y lo tomé por los hombros para saltar y treparme en él, Carlos me agarró de la cintura mientras yo cruzaba mis piernas en su espalda baja. Me levantó un poco más y comenzó a dejar una línea de besos cálidos y apasionantes por mi cuello y clavícula, mientras sus manos exploraban mi espalda y mi cintura con sensualidad.

— Soy todo tuyo — dijo entre besos subiendo por mi cuello hasta mi mandíbula — quiero que lo sepas.

Se retiró un poco para verme a los ojos, mi cerebro estaba fundido ante su declaración, este hombre con el que mutuamente nos volvíamos locos, pero también teníamos lindos momentos y confundía mi cabeza y corazón decía ser todo mío.

No sabía que decir, pero era obvio que lo deseaba y que él se declarara rendido ante mí tenía a mi corazón palpitando a mil por hora.

Miré sus labios y tomé con mis manos su rostro, lo besé apasionadamente, él comenzó a caminar y me sentó sobre la isla de la cocina, tomé el dobladillo de su camisa y se la quité rápidamente, posé mis dedos con delicadeza sobre sus abdominales bastante duros y definidos, él se inclinó de nuevo para besarme mientras yo acerqué su cintura a mi centro jalándolo con mis piernas cruzadas tras de él.

Carlos introdujo sus manos bajo mi camisa, rozando con delicadeza mi piel, su toque me daba cosquillas, pero también aumentaba mi deseo, sentía que estaba conteniéndose un poco, cómo si esperara que yo fuese a cambiar de opinión en algún momento.

Rompí el beso y lo miré con lujuria.

— Hazlo — espeté muy segura y jadeante.

— ¿Estás segura?

Asentí dándole una sonrisa pecaminosa.

Él comenzó a besarme detrás del lóbulo de mi oreja, se sentía más que increíble, todo este juego previo me tenía completamente empapada y caliente. Dejó un rastro de besos en mi clavícula y levantó mi camisa para luego lanzarla lejos.

Con su boca succionó uno de mis pechos, y el otro lo tomó con una mano, jugando con mi pezón entre sus dedos. Gemí alto sin importar si alguien escuchaba cosa que no era probable, estábamos lejos de la casa de sus padres y no había más que campo a los alrededores.

Él seguía chupando, lamiendo y mordisqueando ligeramente mi pezón, dio el mismo trato a mi otro pecho, yo tomé su cabello largo y sedoso entre mis manos aplicando un poco de fuerza, hasta este momento no tenía idea de lo excitante que podía ser el cabello de Carlos.

Subió de mi pecho a mi boca de nuevo mientras su mano recorría mi muslo lentamente, hasta llegar a la tela de mi short, donde comenzó a entrar y tocó mi centro a través de mi ropa interior.

— Completamente mojada — su mirada era lasciva y ardiente — ¿Puedo?

— Por favor — susurré con ansias, quería su toque en mí y mucho más que eso.

La comisura de su boca se levantó con una sonrisa desgarradoramente sexy y volvió a besarme, mientras tanto con sus dedos hizo a un lado mi ropa interior y tocó mi centro resbaladizo. Gemí casi suplicante por más, Carlos introdujo su índice mientras con el pulgar comenzó a dar toques circulares en mi clítoris. Su boca bajó de nuevo a mi cuello.

DESENFRENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora