EMILY - Capítulo 38

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Estaba entrando al box para dirigirme al acto de himnos y luego montarme al auto. El baile con Carlos me había dejado un poco fuera de lugar, estaba bastante confundida ¿Por qué sentía este vacío cuando no estaba con él? ¿Por qué era tan difícil permanecer molesta con este hombre? Al mismo tiempo me sentía irritada por todo este tsunami de emociones que me provocaba.

Había esperado hasta el último momento para salir, con el objetivo de no encontrarme a Dominic, pero ni así podía deshacerme de él. Estaba en medio del box y ya me había visto, seguro practicaba mentalmente su perorata de siempre.

— Emily, espero que... — dejó de hablar y miró por encima de mi cabeza poniendo su mejor sonrisa.

— Carlos, buena suerte, ve por todo — Su tono cargado con sorpresa.

— Gracias — Respondió Carlos cortés mientras se movía a mi lado —. Ven, quiero comentarte algo — colocó su mano en mi espalda baja y comenzamos a caminar.

— ¿Pasa algo? — Preguntó Dominic Frunciendo el ceño.

— Nada importante no te preocupes — respondió Carlos mientras salíamos de ahí.

Bueno, al menos no tuve que escuchar sus tonterías.

— ¿Pasa algo? — Pregunté mientras caminábamos entre la gente.

Me dio una mirada segura y alegre.

— Te ves... victoriosa, Emilia — Habló suavemente sonriendo.

Mi corazón latió con fuerza al escucharlo llamarme Emilia. ¿Y por qué diablos decía un cumplido tan perfecto? No era el momento para ser amables. No podía distraerme, por eso hice a un lado su cumplido y di rumbo a una conversación más segura.

— ¿Es tu falta de coeficiente o de memoria lo que te impide aprenderte mi nombre? — pregunté con sarcasmo.

— Lamento decepcionarte, pero no me falta nada, incluso me sobra — levantó una ceja y me dio una sonrisa arrogante.

— Mmm, si en realidad no tuvieses problemas dirías mi nombre correctamente.

— El diminutivo no te queda Emilia.

Ahí estaba otra vez.

— Vaya... Lo tomaré como un cumplido — sonreí peligrosamente coqueta.

Se adelantó y se puso frente a mí haciéndonos parar en medio de la pista repleta de personas. Dio un paso más cerca de mí y se inclinó para hablarme al oído.

— Me alegra que lo tomes como lo que es Emilia. — Su voz era profunda y provocativa. Un escalofrió recorrió mi columna logrando estremecerme un poco.

Se separó lentamente de mí, rozando ligeramente mi mejilla con su nariz. Quedé clavada al piso, mis pies se sentían de plomo. Me permití mirarlo un momento, apreciando su hermoso cabello revuelto por el viento mientras caía un solo mechón entre sus ojos.

Aclaré mi garganta antes de hablar.

— Espero me des una buena pelea.

— No lo dudes — ladeó su cabeza indicando que siguiéramos.


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La carrera iba tal como lo esperaba, Carlos estaba en segundo lugar y yo en tercero. Cinco vueltas antes estaba rebasando a Max en el Red Bull que iba en tercer lugar, opuso gran resistencia, pero yo tenía menos desgaste de neumáticos. Abrí una brecha de cinco segundos, protegiendo mi posición y la de Carlos.

Él estaba pisándole los talones al Ferrari que iba en primer lugar. Sabía que lo iba a rebasar en cualquier momento. Carlos tenía las mismas ganas que yo por ganar, pero podía apostar que tenía una motivación adicional para rebasar al equipo que no lo eligió.

Entraron a la recta y Carlos abrió el DRS, se puso en paralelo con el Ferrari de Charles. Carlos los llevó a ambos hacia la izquierda, yo abrí DRS y aceleré. Los tres íbamos en paralelo en la recta, se acercaba la curva alguien debía frenar, Carlos estaba a mi izquierda en medio de los tres. Frené a tiempo para tomar la curva, Charles frenó tarde y bloqueó neumático, este error le dio tiempo y espacio a Carlos para tomar la primera posición.

Era mi momento de luchar, ataqué en las curvas a Charles, lo adelantaba y luego él a mí, entramos de nuevo en zona DRS y lo abrí, pude rebasarlo y tomar el segundo lugar, aceleré a fondo para alcanzar a Carlos.

— Dos segundos entre tú y Carlos, aumenta la brecha de tiempo entre ustedes — Informó Frank por la radio.

— Dime el tiempo entre el Ferrari y yo.

— Siete segundos y aumentando, tiene mucha degradación.

— ¿Quién está en cuarto lugar y qué distancia tiene con Charles?

— Max en cuarto lugar, está a seis segundos del Ferrari y disminuyendo.

Faltaban cinco vueltas, sabía que Charles no dejaría que Max lo adelantara fácilmente así estuviera sufriendo con sus neumáticos. Mi auto se sentía perfecto, los neumáticos estaban bien y tenía un gran ritmo. Tenía distancia entre mis oponentes, este era el momento para pelear por el primer lugar.

Comencé a acelerar, me acerqué al auto de Carlos y comencé a atacarlo.

— Falcone mantén tu posición — Dominic comenzó a hablar por la radio.

Lo ignoré y continué atacando a Carlos en curva. Al llegar a la recta abrí DRS y me puse a su lado, íbamos en un vaivén de posición, hasta llegar a la curva, frené a tiempo y tomé la línea correcta para doblar y así lo rebasé. Él comenzó a atacarme en la siguiente curva y me rebasó. Continuamos de la misma manera hasta la última vuelta. Tomamos la recta final y aceleré a fondo al igual que él, mi ventaja era el DRS, volví a estar a su lado, sentía la adrenalina corriendo por todo mi cuerpo, mi corazón palpitaba con fuerza.

Cruzamos la meta y podía ver a la gente enloquecida en las tribunas.

— ¡Uno – dos! ¡Emily lo hicimos! — Decía Frank con emoción — Segundo lugar Emily, pero estuviste increíble, quedaste a unas centésimas de Carlos. ¡Qué carrera! ¡Felicitaciones por tu primer podio!

— ¡SII! ¡Lo hicimos! Gracias Frank, este triunfo es nuestro, que increíble trabajo en equipo.

DESENFRENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora