EMILY - Capítulo 85

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Escuché los pasos de Carlos saliendo de mi habitación, apenas cerró la puerta lloré sin resistirme, quería creer en él, mi corazón lo hacía, no es cómo si pudiera arrancar el amor que tenía por él de un momento a otro, pero no podía hacerlo, no podía abrazarlo y consolarlo porque mi dignidad no lo permitía.

Quizás era cierto que lo habían drogado o algo y me sentía mal por él, pero yo estuve allí, vi la ropa por todos los rincones de la habitación, la vi a ella desnuda en su cama.

La duda y el dolor me seguían carcomiendo luego de tomar una ducha larga. Dominic me permitió faltar al día de medios, estaba agradecido con que yo estuviera lejos de los periodistas, pero la gala de caridad era obligatoria por representación del equipo y respeto hacia los organizadores de la F1.

Hablé con Tore por teléfono y me confirmó lo que Carlos me había dicho, Tore se encargó de enviar una enfermera privada para tomar todas las muestras necesarias, tendríamos los resultados mañana mismo.

No sabía que era peor, estar dolida por lo que ya estaba pasando o estar aterrorizada de que los resultados de las pruebas confirmaran la traición o la verdad. Anny llegaría tarde en la noche, Carlos le había pedido a Tore contarle todo a ella y que me acompañara para no sentirme sola.

Estaba tan confundida y enfurecida, ¿Cómo alguien que me engañó la noche anterior en unas cuantas horas seguía haciendo cosas porque se preocupaba por mí? No tenía sentido, no era coherente.

Cleo me había enviado un mensaje informándome que me entregaría el vestido de esta noche pronto, esa fue otra bala a mi corazón, Carlos y yo iríamos juntos a la gala, sin parejas falsas que nos molestaran, estar juntos en este evento no era raro, al fin y al cabo, éramos compañeros de equipo, así que nadie sospecharía, pero eso era parte del pasado, ahora estaría sola de nuevo.

Tocaron la puerta y fui a abrir esperando encontrar a Cleo.

— ¿Qué diablos haces aquí? — pregunté molesta.

Ravenna me dio su mejor sonrisa mientras hizo un gesto desdeñoso con su mano y entró a mi habitación sin invitación.

— Lárgate — dije con furia sosteniendo la puerta abierta.

Me dio una mirada aburrida antes de responder.

— ¿Tú entras a habitaciones ajenas y yo no puedo hacerlo? — levantó su ceja con una sonrisa — al menos tú estás despierta y vestida, yo no tuve oportunidad.

— Fuera de mi habitación si no quieres que te saque yo misma.

Caminó mirando alrededor de la habitación como si todo le pareciera aburrido hasta que finalmente me observó de pies a cabeza.

— Deberías cerrar la puerta, no querrás que nadie nos escuche hablar de tu pequeño y sucio secreto... — levanté una ceja hacia ella — Carlos y tú.

Claro que lo descubriría, no era normal que tu compañera de equipo entrara a tu habitación y luego se desatara el infierno porque vio los restos de una noche fugaz.

Cerré la puerta y me acerqué a ella.

— ¿De qué hablas? Me tienes harta así que ve al grano.

— Así que por fin podremos quitarnos la máscara, salvaje.

— Habla ya Ravibora — crucé los brazos sobre mi pecho.

— Sé que Carlos y tu tenían algo, pero como te diste cuenta se hartó de ti y eligió la mejor opción. — Se señaló a ella misma haciendo una pausa — Ya que te ves como una mierda — me señaló de pies a cabeza — supongo que aún no lo asimilas, pero tranquila, tienes otra opción.

DESENFRENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora