Entraron hordas de encapuchados listos para luchar en contra de nosotros. Tyson tomó al príncipe en sus brazos, pues estar cubriéndonos con la niebla lo debió dejar agotado. Los ciclos arremeten con sus herramientas a los seguidores de Alabaster, aunque la mayoría se sabe defender muy bien. Entre todos, noto que uno usa bata blanca y unos lentes muy redondos; parece ser un científico. Hazel también nota a ese hombre y su expresión cambia: Nunca la he visto tan enojada.
—¡Hazel, toma! —Carter invoca una espada sencilla para que se defienda.
—Me sorprende que hayas aguantado a mi máquina, Hazel Levesque —dice el científico—. Me hubiera encantado enseñarte el nuevo mundo que tenemos preparado.
—¿Qué hiciste con Annabeth y los demás semidioeses? —pregunta Hazel.
—¿Annabeth? —pregunto.
—Si quieres ayudar a tus amigos, tendrán que venir conmigo. —El científico empezó a reírse como un maniático y una oscuridad nos cubrió.
Tapo a Equus de lo que sean que nos están tirando. No dejaré que se escape de mi lado. Aparecemos en un templo, repleto de unas extrañas luces flotantes rodeando el lugar. El científico está en lo que parece ser el campanario.
—Bienvenidos al templo de las estrellas, o mejor conocido como el cementerio de las Lifelights. Donde cada ser que muere termina aquí a la espera que el mundo se reinicie para volver a tener un cuerpo.
—¿Quién eres? —pregunto—. ¡No queremos juegos!
—En mi vida de humano me conocieron como Nicholas Flamel, el alquimista más poderoso. —El científico levanta sus manos en son de asombro—. Yo descubrí la forma de obtener la inmortalidad sin los dioses, pero estos me convirtieron en un fantasma. Alabaster me encontró y me devolvió mi cuerpo. Espero que encuentren a sus amigos.
—La máquina —gritó Hazel—. ¿Por qué solo yo pude aguantarla?
—La máquina trabaja como un algoritmo, una inteligencia artificial. —El científico saltó desde el campanario y cayó como si nada—. Tú le enseñaste cómo revivir muertos. Al principio, no entendí el porqué solo tú podías resistir, hasta que leí tus archivos.
Hazel volvió de la muerte, Nico la trajo de vuelta, aunque en palabras de él, Hazel en verdad no debió morir ahí. Pero siempre queda esa incógnita de por qué.
—Entrenaste a la máquina, los demás semidioses eran rechazados al punto de que perdían toda su energía estelar —explica el científico e invoca una lanza de obsidiana—. Aunque ahora me pregunto qué hubiera pasado si Alabaster me hubiera dejado usar a la madre de las aguas del tiempo.
Hazel arremetió contra el científico, quien saltó como si nada hasta su espada y literalmente quedó en el aire apoyándose de la punta. Volvió a saltar hasta quedar detrás de nosotros.
—Hazel Levesque, la hija del inframundo que volvió de la muerte misma. Venciste a la madre tierra con tus propias manos, una vez. —Hazel lanzaba estocadas contra el científico, pero este parecía hecho de oscuridad. No lograba acertarle—. Tal vez, seas el semidiós más fuerte que haya existido, pero a ti ya no te necesito.
En segundos, la lanza del cientifico aparecio de la nada y atravesó el cuello de Hazel. Traté de correr hasta ella, pero Equus no me dejó.
—¡HAZEL! —grité.
—Un error te puede llevar a la muerte.
Tomé a Contracorriente; este tipo es muy rápido así que tendré que tomar estos segundos de su distracción para atacar. Así que hice lo que sentí correcto y la lancé. Mi espada atravesó su pecho como si nada y este solo se ría como un maniático, disfrutando.
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Myth & War
FanfictionAlabaster y Setne han vuelto con su venganza y todo el mundo de las mitologías cae ante su poder. Solo Lester, Percy, Magnus y los Kane son capaces de descubrir sus planes y traer el orden al Cosmos. Con la ayuda otras mitologías, ¿podrá volver a la...