Equus recordaba una historia de su padrino en la que estaba encerrado en una vasija y tenía poco oxígeno. Se salvó a punto de semillas de granada. Ahora él estaba encerrado en una celda de plasma; quien la haya construido sabía que el plasma es el único material resistente a cualquier tipo de magia. Al menos tenía oxígeno y, cada cierto tiempo, una bandeja llegaba del suelo. Nunca pensó que su deseo de conocer a su padre se haría realidad, pero este es el precio que debía pagar.
—Cuando mi padrino se dé cuenta, me va a castigar un año entero. —comentó para sí mismo—. Si es que vuelvo a mi época.
Siempre pensó en qué ocurriría si desaparecía. ¿Su madre volvería a la normalidad? Ya no tendría que verle a la cara y no le daría sus ataques de ira. Su padrino podría volver a su vida de aventurero. Su hermano podría ser pretor de Roma sin tener que preocuparse porque alguien pensara que eran hermanos. Finalmente, los Jackson ya no vivirían en las sombras protegiendo al maldito de Erecteo.
Descubrir que la ciudad subterránea fue hecha solo para ocultarlo fue la gota que colmó el vaso. Sabía que su padrino lo acogió por voluntad de su padre, pero nunca supuso que lo vería como una amenaza al igual que el resto. Ya no quería volver. Pensó que tal vez podría vivir en el pasado oculto al lado de su padre como si fueran hermanos. Pero ahora lo habían capturado y no sabía quién.
Se acostó en la incómoda camilla que le habían dejado, pero dormir en el piso había sido parte de su entrenamiento como mago de las sombras. Rápidamente, se quedó dormido en la penumbra de la celda. Empezó a recordar esos momentos donde había logrado ser un poco feliz.
—Erecteo, es un nombre muy único —dijo la mujer que después descubriría que era Chronos—. Tu padres deben ser personas muy finas.
—No los conozco. Mi padre murió en mi primer año de vida y mi mamá se vuelve loca cada vez que me ve. —Había intentado acercarse a su madre, pero siempre terminaba en un episodio de manía—. Mis hermanos me llaman la maldición.
—A veces los nombres tienen mucho poder. Por eso la gente cambia cuando se transforman y quieren romper un vínculo con el pasado. —Chronos tomó mi peluche de caballo, el único regalo que mi padre logró darme—. ¿Te gustan los caballos?
—Son graciosos. Siempre que estoy triste, un caballo negro que vuela se me acerca y me dice "pequeño jefe", para después contarme un chiste muy malo.
—¿Qué tal si te cambias el nombre a Equus? —Me devuelve el peluche—. Para honrar a las criaturas que sí te aman.
Cuando llegó esa noche, después de escaparse de casa, le dijo a su padrino y al novio de este que lo llamaran Equus. Parece que captaron rápidamente su necesidad de otra personalidad. Pero no estaba satisfecho; había cosas que ocurrían y asustaban a los demás niños. La primera vez que invocó a Kira —un caballo mitad agua y mitad sombra—fue en el río en el bosque de Nueva Roma. Después, Chronos le daría la llave que lo dejaría invocar cuando quisiera, solo que la celda de plasma no lo permitió.
—¿A dónde vas cada vez que desapareces? —le preguntó Nico di Angelo.
—Al cementerio —contestó Equus.
—¡No me mientas que ahí te busqué! —le regañó.
—¡Te lo juro! —exclamó Equus, quien, en ese entonces, todavía no sabía que nadie podía ver sus charlas con Chronos. Ahora estaba seguro que viajaban por el espacio y él ni se daba cuenta—. Nunca me crees.
Días después, su padrino le regaló una maleta y le dijo que irían a una nueva ciudad donde la gente no les tuviera miedo. De ahí se mudaron a la cuidad subterránea, donde todos usaban máscaras y vestían de negro. El novio de su padrino no resistió la atmósfera oscura del lugar y se terminó yendo. Equus lo veía como su otro padre y se sintió más solo que nunca. Su padrino era lo único que le quedaba junto a las máscaras que su madre le enviaba de cumpleaños. Después descubriría que era su hermano mayor, Egeo, quien le mandaba esos regalos.
Una vez harto de la oscuridad, se puso una máscara nueva y huyó de la ciudad subterránea. Solo quería hablar con Chronos una última vez, pero en su lugar de siempre había una mujer rubia de ojos grises y una muchacha de pelo negro que dejaban flores a la tumba de su padre. Si ves a alguien en la tumba de tu padre, tienes que irte. Sin embargo, antes de irse, la señora lo llamó.
—Ven, niño; sé que Percy sigue teniendo muchos fans entre los semidioses. —le dijo la señora. Por suerte, aun llevaba la máscara—. Más con mi hijo Egeo tomando el puesto de pretor.
Algo lo llamaba de vuelta y se acercó a la tumba de su padre, pero en lugar de rezar, se puso a observar a su madre por el rabillo del ojo. Era muy bella a pesar de los años y sus arrugas. Palas, su hermana mayor, se parecía mucho a él pero con los ojos verde agua. Rezaron juntos por su fallecido padre y esposo.
—Rezar con el rostro cubierto es de mala educación para los fantasmas. —Annabeth le quitó la máscara a Equus y quedó descubierto ante su madre—. ¿Percy?
Primero sonrió y, luego, sus ojos se nublaron de locura.
—¡QUÉ HACES CON ESA CARA! ¿DÓNDE ESTÁ MI MARIDO? —empezó a gritar—. ¡TÚ LO MATASTE!
Palas, su hermana, detuvo a su madre antes de que le hiciera daño a Erecteo, y la única frase que le dirigió fue: "Vete, Erecteo. Vuelve a las sombras".
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Myth & War
FanfictionAlabaster y Setne han vuelto con su venganza y todo el mundo de las mitologías cae ante su poder. Solo Lester, Percy, Magnus y los Kane son capaces de descubrir sus planes y traer el orden al Cosmos. Con la ayuda otras mitologías, ¿podrá volver a la...