Traté de ir detrás de Carter, pero Dana me sostuvo del brazo. Su mirada me decía que tenía miedo de que yo fuera hasta la nave. Vuelvo a ver a la nave hundiéndose y pienso que es mejor que me quede de este lado. Muchos ya fueron a sacar al chico y los enfermeros ya están con los artículos necesarios.—Está bien, voy a ver si alguien me necesita aquí —Dana se calmó, pero en eso empezó el aire a agitarse —. ¿Un tornado?
El ojo del tornado parecía estar justo en la nave. Sadie trata de ir donde su hermano, pero la detengo.
—¡SUÉLTAME! ¡CARTER! —Dana me ayuda a traerla de vuelta a nuestro escondite.
Sadie trata de huir por Carter, pero Dana la detiene. La sostiene en su pecho y empieza a cantar en un idioma que desconozco. Siento cómo mis latidos se serenan; estoy flotando en el agua tranquilamente con su melodía.
El viento se calma, pero alguien grita de horror. Dana me vuelve a ver mientras sostiene a una Sadie soñolienta. Noto que quiere que vaya a fuera. Lo que fuera que estaba, ya no lo está.
—¡Cuida de Sadie! —le digo a Dana.
Afuera, los campistas están todos bien; no parece que nadie haya muerto. Hasta que Carter se acerca a mí en estado de shock, observando sus manos llenas de arena. Lo agarro de los hombros antes de que caiga al piso.
—Se deshizo en mis manos —balbucea.
—Vamos, Sadie está preocupada por ti.
—¡QUIRÓN! —grita un campista—. ¿Alguien ha visto a Quirón?
Quirón está desaparecido, como los dioses nórdicos. Si es verdad esto, entonces se nos fue la única persona que entendía qué estaba pasando. Estamos perdidos; este es el Apocalipsis.
Metí a Carter a nuestro escondite y Sadie despierta de su trance. Abraza a Carter y este le corresponde. Deben ser novios, ya que hay una gran confianza en ellos. Verlos me hace recordar a Alex. Espero que esté bien, aunque es mejor que esté en Noruega que aquí.
—¿Cómo te atreves a irte así como si nada? —le reclama Sadie—. ¡Yo no quiero ser hija única! Sabes que sería pésima como faraona.
—¡Esperen! ¿Son hermanos? Pero...
—Si, somos hermanos y completos —Sadie me grita.
—Sadie, por favor, deja de gritar —le regaña Carter—. Ahora más que nunca debemos estar calmados.
—¿Qué pasó allá?
Carter nos cuenta cómo el chico de la nave estaba gravemente herido y una joven le arrancó una carta de su pecho, provocando que este desapareciera. Ellos también me contaron sobre el dios Anubis, quien también desapareció igual al chico Inca.
—Me dijo que buscara los originales —agrega Carter—. Sabía mi nombre. Siento que me estaba buscando.
—¿Los originales? —pregunto—. ¿Quiénes son?
Veo que Dana se ha quedado dormida en las piernas de Sadiem como una niña.
—Ni idea...
Los tres nos quedamos en silencio, mientras Dana dormía. Un campistas empezó a gritar de que no había nada más y que podíamos volver a las cabañas. Los mayores dijeron que se encargarían de la cena, pero los demás no debían salir de sus cabañas.
— Debemos salir —menciono—. Al menos pasemos la noche aquí.
Despertamos a Dana y, cuando salimos los cuatro del escondite, un campista se nos acerca.
—¡Los estábamos buscando! —exclamó él; era moreno y de unos 10 años—. Will me dijo que los llevara a la enfermería.
Los cuatro acompañamos al niño hasta la enfermería. El lugar estaba repleto de chicos desapareciendo literalmente; sus manos eran translúcidas y dentro de ellos había un brillo. Fuimos hasta al final del lugar, en el que se encontraba un chico pálido de 16 años acostado sobre una cama, pero al menos no se ve traslúcido, mientras otro chico rubio de ojos azules lo revisa.
—Gracias, Hayden —le dice el chico rubio al niño que nos guió—. Me alegra que estén bien. Me contaron todo lo que pasó desde que Nico se desmayó.
—¿Cómo está él? —pregunta Sadie—. Will, este es Magnus el primo de Annabeth y semidiós nórdico.
—Está mejor; solo que le duele la cabeza y no dejó de decir incongruencias mientras estaba el fuerte viento—respondió para despues dirigirse hacia mi— Gusto en conocerte, Magnus.
—Gusto sería en otros momentos —comento—. ¿Qué es lo que está diciendo este?
Will observa alrededor y nos conduce fuera de enfermería a un lugar apartado, pero no mucho, de las cabañas y la gente.
—Nico, recitó una profecía —dice Will y saca una libreta—. Pero no entiendo el idioma en que lo dijo. Escribí lo que entendí; espero que alguno de ustedes sepa qué significa.
Will recitó en voz alta, pero yo no puedo entender el idioma; tampoco los Kane ni Dana lo hacen. Ni siquiera lo escrito parecía tener sentido; había muchas "l" y "x".
—Soy pésimo para los idiomas, pero aquí hay mucha gente. Alguien debe saber. —digo. Will se queda viendo a los pocos campistas que están afuera—. ¿No quieres que ellos la conozcan?
—Mi padre es el dios de las profecías y los griegos nos movemos a través de ellas. Si alguien supiera estas palabras, se lanzarían a la aventura. Algo dentro de mí, sabe que esta profecía es para ustedes. —Le entrega la libreta a Sadie—. Vayan a California. Apunté la dirección del Campamento Júpiter. Ahí están Percy y Annabeth. Encuéntrenlos y sálvennos de esto, por favor.
El niño de antes aparece de la nada junto a mí con una sonrisa maliciosa. En sus manos, tiene una radio vieja y unos walkie talkie.
—Hace un rato, recibí una señal —confiesa Hayden—. Mi hermano la respondió. Hablaron por un buen tiempo. Los refuerzos vienen de América Latina, pero no entendí bien quiénes son. Les diría que vayan con mi hermano, Leo Valdez, primero.
—¿A Indianápolis? —cuestiona Will.
—¡Esperen! —digo—. ¿Cómo vamos a ir a Indiana y luego a California? Nos tomará meses cruzar en carro y los aviones no sirven.
—Nosotras los podemos dejar en la estación. —Un grupo de chicas jóvenes, vestidas con casacas y equipadas con arcos, aparecen de repente. Esto ya me está asustando—. Las cazadoras de Artemisa los escoltaremos hasta Indiana.
—¿Caza qué? —pregunto.
—Con una condición —dice la jefa del grupo—. Si nos encontramos con Ayla, la bruja, nos la entregarán.
—¿Quién es Ayla? —vuelvo a preguntar—. Necesito contexto.
Dana me pellizca para llamar mi atención y apunta al bosque. ¡La espada!
—Antes de partir —digo—, Los Kane y yo tenemos algo que hacer.
Nota: Sorpresa 2x1 en capítulos
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Myth & War
Hayran KurguAlabaster y Setne han vuelto con su venganza y todo el mundo de las mitologías cae ante su poder. Solo Lester, Percy, Magnus y los Kane son capaces de descubrir sus planes y traer el orden al Cosmos. Con la ayuda otras mitologías, ¿podrá volver a la...