Percy llevándose el capítulo más emocionante para dejar a los otros mal parados. Disculpen que Carter y yo tengamos que dar explicaciones, pero es que si no, quedarían muchos huecos argumentales. (No, Percy, no te perdonamos).
A mitad de la noche, mientras todos dormían, desperté en mi saco de dormir para encontrar a Hearth observando la noche oscura y árida por la ventana, así que me acerqué silenciosamente para no despertar a los demás. Tomo a Hearth del hombro y este me vuelve a ver. Su piel siempre había sido pálida, pero ahora es enfermiza. Tiene sentido, ya que el sol de la tierra normalmente no le da la cantidad de energía que necesitan los elfos, y ahora con este tapado debe estar recibiendo mucha menos.
«¿Cómo te sientes?», le pregunto en lenguaje de señas; en momentos así, venía de mucha ayuda. «Te veo muy pálido».
«Estoy bien. Los aztecas me dieron una lámpara de radiación solar, pero ahora se está cargando», me responde y saca mi pañuelo amarillo de su chaqueta. El que me regalo mi padre, Frey. «Te lo devuelvo»
Yo le había prestado el pañuelo a Hearth y Blitz para que fueran a darse un paseo, justo iban a ver las estrellas en mitad del mar. Últimamente mis amigos se estaban portando muy raro entre ellos, así que Alex me sugirió que los dejara solos por un rato, por lo que le entregué el pañuelo a Hearth y le dije que disfrutaran.
«Me encontré con Blitz en Nueva York; parecía un zombie».
Hearth mira afuera tratando de encontrar la luna, pero ni siquiera ella podía brillar en esta oscuridad.
«Estábamos en el bote cuando las estrellas fugaces aparecieron y una cayó. Literalmente, cayó y voló al lado nuestro. Cuando eso pasó, del mar salió un monstruo gigante; era mucho más grande que cualquier cosa que haya visto. En su lomo, había un chico vestido como un mago de una feria medieval. Tenía hasta un báculo».
«¡Alabaster! Ese es el que lo jodió todo».
«Pues ese chico nos notó en el barco. Blitz le hizo frente, pero el chico le lanzó un hechizo. Convirtió a Blitz en una carta y se la llevó. Yo me escondí; sabía que no le podía hacer fuerte. Entonces, provocó una rafaga de viento que hizo volar el barco. El hermano de Mic me encontró y me salvó».
Blitz fue convertido en una carta, y ahora era un zombie de Albaster buscandonos. Hearth se desplomó en mis brazos llorando. No sabía cómo estaban los demás, pero al menos lo tenía a él conmigo. El elfo se limpió las lágrimas; no había tiempo para llorar. Debemos salvar al mundo de las atrocidades de Alabaster.
«Ve a dormir», le digo.
Arropo a Hearth en su saco de dormir y este queda rápidamente dormido. Yo no lo logré, así que me quedé sentado en el sillón. Un sonido extraño viene del garaje, como unos gemidos de dolor. Me levanto para investigar en los pasillos de esta gran casa. Justo en el sótano estaba la chica Piper con Leo Valdez; parecían discutir en voz baja.
—Esto es inhumano, Leo —le critica Piper.
—Es la única forma de que suelte información. Ya intentamos por las buenas, ahora por las malas —le dice Leo—. Además, Paynal me dijo que en mi sangre recorre la de antiguos guerreros aztecas. Confía en mí.
—¿Estás haciendo esto por que un pájaro te lo dijo? —lo cuestiona otra vez Piper.
—Escucharlos a ustedes dos son suficiente tortura —dice una voz masculina que no logro ver—. ¡Además, qué clase de inútiles ni siquiera cuestionan a su rehén! Llevo horas aquí y solo se quedan ahí, sin hacer nada. ¡ESTOY HARTO!
El grito del rehén me asusta, provocando que la puerta del garaje se abra y yo caiga ante los pies de Leo. El suelo estaba cubierto de aceite para máquinas y otros fluidos que no quiero pensar qué eran. Debo admitir que ya había perdido mi toque de dormir donde sea: el hotel me había hecho débil.
—¿El primo de Annabeth? —pregunta Piper y me ayuda a levantarme—. ¿Nos estabas espiando?
—No podía dormir.
En el garaje había muchas piezas de máquinas por todas partes. El lugar estaba cubierto de un olor al mismo aceite que ahora cubre mi brazo. Donde fuera que pisaras, había un tornillo o una tuerca. Sin embargo, lo más sorprendente de la habitación era el chico que tenía amarrado a una silla.
—Te presento a nuestro rehén, Cris —comenta Piper—. Quiero interrogarlo, pero al parecer un fuerte hechizo evita que me hable de los secretos de Alabaster sin morir.
—¡Vamos, Piper! —rogó el rehén con voz distante—. ¿Cuál es el miedo? Hazme hablar, pero mis amigos sabrán mi ubicación en el momento de que la maldición se cumpla.
—Leo sugiere que lo matemos y que Mic reviva su cadáver —me explica la hija de Afrodita—. Pero no queremos matar a nadie y Mic dice que, muchas veces, estas maldiciones no se disuelven con la muerte.
Si lo hacemos hablar, moriría y revelará nuestra posición a Alabaster. Si lo matamos, nada nos garantiza que podamos revivirlo para sacarle información o, por lo que hacerle daño no nos dejará nada bueno. Si hubiera una forma de romper la maldición...
—¿Y si lo curo? —pregunto y los tres me vuelven a ver—. Una maldición es como estar enfermo. Puedo intentar romperla con mis poderes de sanación.
—Podríamos probar eso —comenta Leo.
Tomo la cabeza de nuestro rehén y este me miró preocupado. Encontré un vacio legal en su maldición y ahora deberá decirnos la verdad. Piper se prepara para usar su bruja-habla contra él. Sigo afectado por las drogas, pero sé que puedo curar a alguien. Mi luz empieza a cubrirlo con suavidad y, un olor a primavera llena el garaje. Los ojos de Cris se vuelven verdes y Piper no tarda en embrujarlo.
—Alabaster está usando a semidioses y dioses para recargar su energía. Pronto su máquina se fundirá con el Caos y el mundo renacerá —confiesa Cris en mitad de colores amarillo y verde—. Si quieres, le mando un saludo a tu prima.
—¡Magnus! —Escucho la voz de Annabeth saliendo de la boca de Cris. Mi espíritu se congela ante el sonido de su voz.
Leo y Piper logran sacarme del trance provocado por el rehén. Cris empieza a reírse de nosotros mientras el líquido verde sale de su boca. Este empieza a vomitar y ahogarse hasta que cae muerto en la silla. Yo le sigo al desmayarme en los brazos de mis aliados.
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Myth & War
FanfictionAlabaster y Setne han vuelto con su venganza y todo el mundo de las mitologías cae ante su poder. Solo Lester, Percy, Magnus y los Kane son capaces de descubrir sus planes y traer el orden al Cosmos. Con la ayuda otras mitologías, ¿podrá volver a la...