—¿Quién eres? —pregunta Luke a la chica en el callejón.
Sus miradas se encontraron y de inmediato Ayla sintió confianza; algo dentro de ella le dijo que lo siguiera. Al igual que hace unos años cuando su hermana apareció aquella noche y le ofreció ser su mentora. Tal vez las seguidoras de Circe se habían dispersado, pero Ayla se encontraba ante la oportunidad de vengarse.
—Ayla, hija de Helios.
Desde ese momento, se volvería en la ficha más importante del ejército de Cronos. Sus conocimientos de magia antigua le sirvieron al titán para encontrar a los semidioses que se unieron a su legión. Los monstruos le temían, ya que conocían a la aprendiz más antigua de la vieja bruja. Ella empezaría a entrenar a los magos que Luke rescataría. Entre ellos estaba Alabaster Torrington.
—¿Qué haces aquí? —le preguntó el hijo de Hecate.
—Traer a mi padre de vuelta del Tártaro. —ella le contestaba.
—No te creo, sino estarías con Luke buscando el cuerpo de Cronos y no aquí entrenandonos.
—Bueno, si eres tan inteligente, dime qué hago aquí.
—No sé quées exactamente, pero buscas algo para ti y no se lo quieres decir al titán.
Tenía razón. Hace mucho, cuando vivía en Turquía, se encontró con una persona de Egipto; este le explicó que estaba buscando las mitocards. Ella le preguntó, ¿qué era eso? Él le explicó la historia de las cartas que tienen la capacidad de destruir el mundo.
—Al parecer, en la antigüedad, un héroe viajó por la vía láctea y descubrió dónde las almas son creadas. Dentro, encontró al Caos escondido del Cosmos y este lo selló en su corazón.
—Ahora solo me cuentas patrañas, Ayla. —se quejó Alabaster—. Si no me quieres contar, está bien.
—¡Solo te cuento lo que me contaron! —le regaña—. Cosmos rompió el alma desde adentro de este héroe en cinco y esparció los pedazos entre sus creaciones. Muchos años luz después, los pedazos se encontraron. Para conocerse mejor, decidieron crear cartas con cada una de las criaturas que conocieron.
—¿Y eso explica porque jugamos a que Hades puede destruir a Thot? —Alabaster no se creía los cuentos de Ayla y eso la hacía enojar—. Eso se lo inventaron los emperadores para vender sus juguetes y su serie.
—¡Esto me lo contaron mucho antes de que siquiera existiera Estados Unidos! —Ayla le da un codazo a su aprendiz—. Cada cierto tiempo, los cinco se encontraron y crearon nuevas cartas. Sin darse cuenta de que Cosmos vivía dentro de ellos y provocaron que la esencia de estos seres se apegara/impregnara a las cartas. Cuando se dieron cuenta, prometieron nunca volverse a encontrar y crearon las copias falsas que tenemos ahora.
Secretamente, Alabaster se creyó los cuentos de su maestra. Cuando alcanzó el nivel adecuado, Ayla le regalaría la carta de Hidra antes de que se fuera a ayudar a Luke.
—¿Por qué me la regalas? —le preguntó
—Para asegurarme de que vuelvas.
—Cuando todo esto termine, nos iremos a buscar la carta de tu padre —comentó el hijo de Hécate—. Y la de Apolo. Haremos que ese dios se revuelque en la oscuridad.
El ejército de Cronos cayó ante los semidioses. Ayla se escondía en el Monte Otris, cuando los romanos lo invadieron. Ella utilizó su poder para que los semidioses aprendices huyeran, pero el monte colapsó sobre ella. Ya estaba aceptando su muerte cuando un chico rubio de ojos celestes como el cielo la salvó. Llevó su cuerpo hasta los sanadores y se recuperó. La tenían capturada, pero no la trataban como un monstruo.
—No tienes por qué temer. Si nos dices qué está pasando, te perdonaremos.
La tranquilidad del hijo de Júpiter la incomodaba. Ninguno de ellos era igual a él. Ella los guió hasta Crios y el trono de Cronos. Debilitando al ejército del titán, pero justo eso quería. Cronos jamás la dejaría en paz cuando tomara el poder.
—Eres libre —le dijo Jason—. Puedes quedarte en Nueva Roma y ser una semidiosa normal.
Ayla sonrió y se acercó a Jason para darle un abrazo. Ella no era normal, como tampoco él. Jason la había adoptado como su amiga y consejera, pero no quería que él se fuera tras ella. Ayla representaba el mundo antiguo y Jason el nuevo comienzo. Si quería salvar a su familia, tenía que hacerlo sola.
—¿Por qué no mejor me olvidas? —susurró y su magia le borró la memoria Jason.
El chico cayó inconsciente y Ayla huyó en busca de la carta de Helios.
Nota: Perdón por no actualizar, estaba en la playa y muy incomoda como para escribir. Así que les regalo un minimo capitulo, y para el final de semana les tengo el cap de Magnus y va a esatr grandecito. Recuerden mi twitter @PaniGaby.
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Myth & War
FanfictionAlabaster y Setne han vuelto con su venganza y todo el mundo de las mitologías cae ante su poder. Solo Lester, Percy, Magnus y los Kane son capaces de descubrir sus planes y traer el orden al Cosmos. Con la ayuda otras mitologías, ¿podrá volver a la...