Prólogo

63 3 0
                                    

Verano de 2014.

El avión estaba a punto de aterrizar. Mi madre se mostraba más nerviosa que nunca. Me imagino que para ella no es fácil volver al pueblo ahora que la abuela no está. Mamá acudió al funeral de la abuela sola, no la acompañamos ni papá ni yo, era mejor así.

Este verano ha sido un caos, tenía ganas de que acabase de una vez por todas.

La cosa empezó a torcerse cuando mamá recibió aquella llamada de Annie, su mejor amiga. No tardó en hacer su maleta e ir corriendo al aeropuerto. Papá y yo nos quedamos solos durante una semana. Aunque realmente no estábamos juntos, él siempre estaba trabajando en el bar o en el club. Yo en cambio me pasaba las horas sentada en las escaleras de incendios del edificio dónde mis padres tienen su local.

Esperaba durante horas a que él por fin llegase. Cuando lo hacía siempre me hacía sonreír, aunque yo estuviese triste por la muerte de mi abuela. Con él no podía evitarlo, siempre sonreía.

Nunca pensé que tendría consecuencias tan graves lo que hacíamos hasta que le vi aparecer con la cara llena de moratones y la nariz torcida. Me imaginaba quién era el responsable de aquello. Tenía miedo por él, no quería que lo perdiera todo por mi culpa.

En cuestión de una semana mis cosas estaban empaquetadas en maletas que iban de camino a New Haven. No nos vamos a quedar ahí, estaremos sólo de paso, durante dos semanas. Mamá asegura que tiene un trabajo en Chicago.

Es su oportunidad de empezar desde 0. Papá y ella no han acabado bien. Era algo que me veía venir desde hacía meses. Pero no me esperaba que todo fuese tan repentino y mucho menos que me tuviera que marchar tan lejos de mi hogar, de mi familia, de él.

Lo reconozco, estoy acojonada.

Sentí mi cuerpo temblar cuando recogimos nuestras maletas en el aeropuerto de Louisville y nos dirigimos hacia las puertas de salida.

Quería llorar, pero no quería hacerlo ahora. No cuando íbamos directas hacia Annie y Jack, quienes nos esperaban pacientemente iluminando todo el aeropuerto con sus sonrisas.

En cuanto lo vi a lo lejos parado hablando de forma tranquila con su madre no pude evitarlo. Salí corriendo en su dirección para lanzarme a sus brazos. Esos brazos que me han protegido de todo a lo largo de tantos veranos. No tardó en estrecharme contra su pecho y disfruté de aquel momento cómo nunca. Disfruté de Jack en su esencia más pura, oliendo a colonia y campo.

-Te he echado de menos Rider. -Susurró en mi oído antes de separarse de mí para tirarme de la trenza.



‐---------‐--------------------------------------------------------------------------------------------
NOTA DE LA AUTORA:
Amores estoy muy feliz de poder compartir esta historia con vosotros... Espero que os guste mucho y os voy a estar muy agradecida por cualquier voto y comentario que veáis oportuno!!!
Os leo 😘

INEVITABLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora