5 días de rutina. 5 días de madrugones, peleas para levantar a mi hermana de la cama, paseos hasta el colegio y clases de hípica. Todos los días lo mismo, lo único que varía es la comida del día a día, sorprendentemente el abuelo Marshall sabe cocinar. Nunca pensé que tras la muerte de la abuela esta casa seguiría oliendo a la mejor carne guisada del mundo. Raeni incluso repite plato algunas noches, aunque sigue guardando un hueco para un trozo de pastel de chocolate.
Los pasteles son cosa de Annie, los trae después de trabajar. Ella y Jack han venido a cenar con nosotros algunos días. Es agradable poder hablar con alguien más que no sea mi hermana. El abuelo sigue con la misma actitud. Responde con algunos gruñidos a mis intentos de mantener una conversación y yo acabo dándome por vencida viendo cómo con Raeni se lleva mejor que conmigo. No me molesta tampoco, simplemente me da igual.
Mamá ha llamado esta semana un día, nos ha contado los pocos avances que llevan en su trabajo y lo diferente que es todo ahí. Me imagino que no es fácil pasarse el día entero en medio de la Sabana con cámaras enormes tiradas por el suelo con ropa de camuflaje. Algunas noches he pensado en ello, me preocupa que les pueda pasar algo. Es un trabajo peligroso, por mucho que lleven seguridad dispuesta a defenderlos de cualquier peligro que pueda haber. Aún así me preocupa.
A Jack le parece que es un trabajo de lo más interesante, me ha contado que incluso ha buscado algunos de los trabajos de mi madre para apreciar lo que hace. Le gustan la naturaleza y los animales por eso es capaz de valorar el trabajo de mamá y Aiden. Creo que también influye que An sea su fan número uno. He descubierto que la mayoría de las fotos de su restaurante son obra de mamá.
No he vuelto a pensar en aquellas fotos, o por lo menos eso he intentado. No quiero pensar en mi padre, no se lo merece. Tampoco quiero recordar a la familia, no porque no lo merezcan, si no porque duele no formar parte de ellos. He intentado concentrar mis pensamientos en la foto con Jack. No por una razón en concreto, o eso creo. Simplemente me causa mucha curiosidad, saber porque lo último que recuerdo de él es siendo niños y no más adelante, cuando es obvio que él sí lo recuerda.
No he podido hablar con Cody desde el lunes. Se está preparando para la prueba con el ojeador y entre eso y el trabajo no da a basto. Cody también dejó la universidad, no terminó Derecho. En su caso fue más justificado que en el mío. Su equipo de fútbol le ofreció un puesto fijo y no quiso rechazarlo sabiendo que esto podría darle una entrada directa a los equipos estatales. Supongo que hay gente que no vale para esto de estudiar, creo que nosotros somos el ejemplo más claro.
Aunque claro, yo todavía no sé a qué quiero dedicarme el resto de mi vida.
-No ha sido tan duro cómo pensabas, ¿verdad? -preguntó Jack mientras terminamos de recoger los últimos obstáculos de agilidad del circuito.
-Bueno, he vivido cosas peores.
-No me dejes así... Cuenta que ha podido ser más duro que limpiar las cuadras de los caballos. -pidió sonriendo.
-Intenta cuidar a una niña caprichosa y mimada de 4 años que te odia y luego me cuentas.
-No me digas que una niña de 4 años ha podido contigo... -vaciló un momento antes de comenzar a guardar el material en el cobertizo.
-Bueno, no del todo. Es que me odiaba, pero de verdad... Una vez intento cortarme el pelo sólo porque no le di galletas después de cenar.
-Vaya, así que era igual de mimada que tú y por eso no os llevabais bien eeeh. -Río más alto todavía.
-¡Yo no soy una niña mimada! ¿Tú de qué vas? -Me indigné ante sus acusaciones.
-Venga Rider, que nos conocemos... Siempre has sido caprichosa y has conseguido todo lo que querías. -dejó caer Jack cerrando el cobertizo.

ESTÁS LEYENDO
INEVITABLES
RomantikDespués de 8 años Caroline viaja al pueblo de su madre para vivir con su abuelo. Seis meses en New Haven junto con su hermana pequeña serán suficientes para poner su vida patas arriba. Una casa nueva, un nuevo trabajo, nuevos amigos y Jack Burrows...