Volví a casa del abuelo el domingo por la tarde. No lo hice por él, si no por Raeni, quién se de sobra que no estaba nada contenta con la discusión entre mi abuelo y yo. Obviamente él no me ha pedido perdón por todo lo que dijo, yo tampoco lo hice por mandarle a la mierda. No hemos hablado desde que llegué, simplemente me he encerrado en la antigua habitación de mi madre a leer mientras él estaba en el salón con su periódico y Raeni hacía sus deberes. De vez en cuando viene corriendo a preguntarme alguna duda y después de resolverla vuelve por dónde vino.
Jack me ha enviado un mensaje para preguntar si estoy bien. No le he contestado todavía. No quiero entrar al whatsapp y ver los mensajes de Cody sin leer. Tampoco quiero mentirle a Jack, por lo que prefiero ignorarlo por ahora.
La razón por la que no contesto a los mensajes a mi novio está más que clara. Mi abuelo no ha cambiado de opinión respecto a su posible viaje hacia New Haven. No me imagino tener que decirle a Cody que tendrá que alquilar una habitación en la pensión que hay en el pueblo, más que nada porque me imagino que no será fácil para él reunir dinero para ello. Su trabajo no da para mucho, y teniendo en cuenta que se paga él sólo su parte del piso pues no le queda demasiado dinero para ir derrochando en viajes. Tampoco quiero que tenga que pedirle dinero a sus padres, se que es capaz de hacerlo pero no quiero que tenga que recurrir a ello. Por motivos que nunca me quiso contar, no se habla con ellos. Simplemente después del instituto se fue de casa, primero a la residencia de la universidad y después al piso que comparte con un amigo suyo.
Mi móvil empezó a sonar justo cuando Raeni volvió a entrar en mi habitación.
-¿No lo vas a contestar? -preguntó ella sin entender nada.
-No me apetece hablar ahora con nadie, además te estoy ayudando con los deberes...
-En realidad ya he acabado, venía a preguntarte si podemos ir a jugar al béisbol. -dijo ella poniendo ojitos de niña buena.
-¿Quieres ir a jugar al béisbol?
-Aham...
-Venga, me cambio y nos vamos.
En el parque no hay mucha gente. Una señora mayor le está dando de comer a las palomas, dos adolescentes se están dando el lote debajo de un árbol y un grupo de 3 chicos están jugando, aunque no sabría decir muy bien a qué.
-Esos, son mis amigos. -Dijo mi hermana señalando a los niños. -Voy con ellos.
Aprovecho para sentarme en un banco cercano al césped dónde ahora está mi hermana con los chicos para leer un rato uno de los libros que me prestó Railey. Por ahora sigo sin descubrir quien es el asesino pero si he descubierto quién encubría las pruebas que encontraban de él. Me puedo imaginar que el susodicho es algún familiar de la persona en concreto, aunque tampoco pondría la mano en el fuego por mi intuición, que sinceramente, no es muy buena.
Dos señoras pasadas de los 40 hablan de forma animada en otro de los bancos del parque mientras picotean de una bolsa de patatas. Ni siquiera me habría molestado el volumen de su conversación si no fuera porque escuché algo que hervía la sangre por dentro.
-Si, sí. Cómo lo oyes. Se casó dos veces... Él primero creo que la engañaba, por eso se fue con el negro... -comentaba una de las señoras.
-¿La engañaba? Pues pobrecita, eso no se llega a superar y más cuando tienes hijos de por medio... Por qué ellos tenían un hijo ¿no?
-Una hija... Antes del divorcio venían aquí a veranear y a aprovecharse de los padres de ella. Aunque claro él nunca aparecía... Se iba con la moto esa a saber con cuantas... Te lo digo claro, se lo tiene merecido por irse con un pieza. ¿A quién se le ocurre dejar todo por un motorista macarra?

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INEVITABLES
RomanceDespués de 8 años Caroline viaja al pueblo de su madre para vivir con su abuelo. Seis meses en New Haven junto con su hermana pequeña serán suficientes para poner su vida patas arriba. Una casa nueva, un nuevo trabajo, nuevos amigos y Jack Burrows...